viernes, 31 de diciembre de 2010

Aniuxa en futuro imperfecto

(interrumpo mis posts sobre mi viajes, por tradiciones de este blog)

El último post del año es del año siguiente y mis propósitos, como lo he hecho antes, y el primero del año es para revisar los propósitos del año pasado (auch) que es el post de mañana. Nunca cumplo mis propósitos, pero me parece que es bonito regañarme una vez al año en las cosas que la estoy pero cag.. digo equivocando. Me sigo equivocando casi en las mismas cosas en 5 años. Esto es como un escarmiento público. Esperemos que el 2011 me traiga la capacidad de ser mejor, a ver cómo "seré" de mejor. (Es que el futuro perfecto es más feo, tendría que ser como habré sido). Aunque la verdad esto es más condicional que otra cosa. Bueno ahí van mis propósitos, como objetivos de proyecto en infinitivo:

1. Tener una vida más sana. Menos comidas sin horarios. Más verduras. Menos picante. Para que lleguemos a menos enfermedades que me auto-genero (gastritis, colitis, etc.)

2. Hacer más ejercicio. Volver a yoga, pero además hacer cardio. Quiero rebajar, pero también quiero ser cuidar este cuerpo que me ha durado hasta ahora. Parte del mantenimiento y pinche vanidad.

3. Menos twitter y facebook, amén. Más productividad en mis proyectos.

4. Ser más organizada, más ordenada y tratar de controlar mis despistes que ya me los puedo: olvidar cosas, fechas y demases. (Se repite del año pasado)

5. Ahorrar. Porque en futuros cercanos quiero viajar, no necesariamente este año. Ajá, pero viajar en serio. Cruzar el charquito que se llama Pacífico.

6. Usar los lentes permanentemente. Por ejemplo, ahorita no los estoy usando. Y de nada me sirve no usarlos, porque mi miopía y astigmatismo aumentan.

7. Terminar de escribir las ideas que escribo detrás de los cuadernos. Creo que debo darme más tiempo de ser esa que dice que escribe más a menudo

8. Guardar los tiempos. Los propios, los ajenos y los compartidos. Darle tiempo al tiempo dicen. No pretender que puedo ser dios y estar en varios lugares a la vez, y sobre todo, no estresarme por no tener el don de la ubicuidad.

9. Ser más inteligente que mis impulsos. Mi clásico. Creo que he avanzado mucho en conocerme a mí misma. Pero siempre me sorprendo, ja.


Les deseo un feliz festejo de lo que han vivido este año. En particular, es un año del que me siento orgullosa. Pero eso se los cuento en el primer post del año.

Además también brinden por el futuro, porque lo podemos construir. El año nuevo puede ser nuestro año de ser dioses por lo menos un día a la vez.

Salut

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Y a fuerza de partir voy a saber lo que es volver, volver (II)

*Sigue de la entrada anterior, pero puede leer sin la primera parte, supongo
*Aunque esto no es Rayuela
*Sigue siendo largo, dramático y además introspectivo

Cuando sabía que solo hacía falta mi maleta para ir a comprar mi pasaje Tapachula-El Salvador en la terminal, fue el primer momento en que sentí que ya estaba llegando. Pasa que después de 18 horas de viaje uno siente que ha estado en un solo lugar -en un bus- y no por todo México. Y entonces me emocioné. Le dije adiós al compañero de viaje. Me deseó buen viaje y yo le desee feliz navidad. Me puse hacer fila donde se compran los ticketes y pasó una señora de pelo corto rubio y me dijo adiós, toda contenta. Con ella había hablado en alguno de esos restaurantes en los que se para el bus para comer. Ella venía desde Sonora. Otro señor me había dicho que venía desde Los Angeles, y no venía solo, con toda su familia, niños incluídos. Ellos ya habían llegado a su destino final, pero mi viaje parecía pequeño a comparación. A mí, de alguna manera, me hacia falta 10 horas, aunque esas 10 horas empezaran desde las 7 AM del día siguiente. Eran las 4:30 pm del lunes. Sabía que llegaría hasta el día siguiente en la noche. Pero a mi me hacían falta nomás 10 horas.

-No hay ticabús
-¿No hay?
-Pero hay una corrida de galgos a las 11:15

Bueno. Yo ya veía al otro lado de la estación el hotelito recomendado y que es lindo en el que me quedaría. Compré mi pasaje. Escogí el asiento en la ventana más adelante posible, asiento 23. Y me fui en busca de mi hotelito. Quería bañarme. Quería conectarme y decirles a mis papás que había llegado. Mi abuela murió el 2 de octubre de 1992 en Cumbres de Maltrata, Veracruz. Y aunque hoy están mucho más tranquilos que el año pasado, sé que tienen razones extra para preocuparse.

Pero no había habitación, ni en ese hotel, ni en el otro, ni el otro. Me toco irme a uno que costaba bastante más y que además no era bonito. Le dije a la señora que quería ver la habitación, pero después le dije que inmediatamente que sí cuando me dijo que tenía internet. Me subieron la maleta -soy una pequeña dama que no sube maletas-. Me acomodé y quise conectarme.

-¿Oiga cuál es la clave del internet?
-Espéreme un ratito que lo voy a conectar

Encendí la tele. Yo no suelo ver mucha tele. Primero porque durante casi dos años no tuve. Y segundo porque cuando tuve no tenía cable. Y hoy tenía cable. Extrañamente puse el 44, era el warner, como por inercia. Durante muchos años en el servicio de cable de El Salvador ese canal era el warner. Fue raro.

Me pude conectar, mandar correos, mensajes. Decir todo de estar viva. Me bañé en una ducha que no tenía ni cortina ni puerta. Me sentía como apenada aunque no hubiera nadie en mi cuarto. Entonces me di cuenta: No traje ni cepillo de dientes ni desodorante.

Salí a comer. Me fui al "Disfrutas", enfrente de la terminal de buses. Si un día van tienen que probar las aguas, que realmente son licuados de agua con fruta. Eran las 6 de la tarde. Y yo comía yo solita viendo la tele. Vi en el menú y decidí qué iba a desayunar. "Si mañana salgo tarde, aprovecharé para desayunar".

Pedí que encendieran el internet. Me puse a ver tele. Y me intenté acomodar en la habitación. El aire acondicionado sonaba super fuerte. Había un florero en la esquina, lleno de flores artificiales. Había un rótulo de "Por favor no limpie los zapatos con la toalla". Y la cama tenía una ropa de cama colorida, como típica, que olía un montón a detergente. Lo cual me dio confianza hasta que me empezó a picar -y seguramente fue mi neurosis y no nada de la cama.

El teléfono. Me asusté.

-¿Ya va desocupar el internet?
-¿Ah?
-Es que queremos desconectarlo.

No sé cuál es la política del internet y estarlo conectando y desconectando. Parecía como que yo era alguien que comía de más en un buffet. Me sentí hasta apenada y así que dejé que lo desconectaron.

Dormí. Bien. Más de 10 horas.

Baño y desayuno. Hoy en el desayuno habíamos más comiendo solos. En mesas grandes de 4 ó 6 , todos comiendo solos viendo la tele. Era uno de esos programas matutinos. Y había recuento de los mejores momentos en la telenovelas. Me di cuenta de cómo terminó la novela de lucerito. Dos comensales se sentaban a la par mía y ordenaban un desayuno muy similar al mío.

En una de esas, la comensal y yo nos reímos al unísono de unas cachetadas de telenovelas. Y fue divertido. Comí, aunque ya no quería, pero no quería dejar nada en mi plato y me fui. Fui por mis cosas y ya iba siendo hora de irse a la estación. En la fila -pequeña- para registrar el equipaje iba un chero de pelo largo, colocho y con pasaporte Nica que le preguntaba al señor tico, supongo, que si en San Salvador se podía agarrar el otro bus. El señor le decía que sí. Uno de los comensales del desayuno llevaba muchas maletas -entre esas cosas que se veían que eran instrumentos musicales-. Y me sonrió y me preguntó que si iba a San Salvador también.

-¿Sos de allá?
-No, yo soy de Guadalajara
-Ah

Era un músico de Guadalajara que viajaba con su hermana. Que quería tocar en Costa Rica. Venía en tierra desde tierras tapatías. De la nada sacó un disco y me lo regaló. El grupo lo pueden encontrar aquí: http://www.pneumus.com/. Lo oigo ahorita de soundtrack mientras escribo. Agradecí y le dije que qué lástima que no tenía un discman. Nunca pensé decir tales palabras. Le dije que me iría a sentar.

Ahí, sentada en la estación, me encontré a Cindy. Una guatemalteca que regresaba a su casa después de tres años de trabajar en diferentes hoteles. Venía desde Michoacán. Que estaba emocionada. Que trabajar en turismo es cansado y que la discriminaban por ser guatemalteca, aunque era bien chelita.

-¿Cuál es tu asiento?
-23, le dije.
-¡No es cierto!

El suyo era el 24.

Y llamaban : "Los de El Salvador".

viernes, 24 de diciembre de 2010

Y a fuerza de partir voy saber lo que es volver, volver (I)

*Esta es la crónica de un viaje anunciado
*Post largo y dramático.
*Parte I - Llegar a Tapachula

El domingo 19 de diciembre fue un día que terminó en el inicio de un viaje largo.

-¿Te vas por tierra?
-Sí
-¿Y cuántas horas son?
-Como 30-32 pero no las haré de un solo

Y la gente me miraba desde ya con una cara de "Pobrecita, niña". Esa fue una conversación recurrente. A esto agregarle un "¿No te da miedo?" o un "¿Y vas sola?". Y así...
Recién mudada de depa, recién terminada del primer semestre del doctorado y con una maleta armada en una hora, yo llamaba de vuelta a un taxi que llegaba tarde para irme a dejar a la terminal de buses de norte (¿si voy para al sur, por qué salgo del norte?).
-Me dijeron que era el depa 40X
-No. es el depa 20X

Genial. Pensé. Me iba yo... cansadísima. Los últimos días habian pasado entre dos fiestas institucionales y unas muy buenas reuniones de amigos, un brevísimo viaje al Estado de México y terminar de afinar algunos detallitos. Me senté y le dije al taxi que se fuera por el lado más corto, porque yo no sé cómo llegar a la TAPO. Aún soy extranjera. Así lo dice mi documentación y así me sigo sintiendo.

Llegué a la TAPO, que en esa noche de domingo parecía un domingo en la calle Madero del centro de la ciudad de México. Llenísima. Hice una fila para documentar la maleta. Si armar una maleta implica olvidar regalos, cepillo de dientes y desodorante, ya tengo una profesión.

-Oiga tiene la mochila abierta y se le ve la compu.

Ese fue el samaritano número 1. Hubo varios. Viajar no está llena de gente mala y rencorosa. Si no de gente que también quiere llegar con su familia en las fiestas. Gente humana, pues. A veces, demasiada humana.

El bus, como mi taxi llegaba tarde. En estos viajes nunca se llega a tiempo. Y me fui a mi asiento 4, ventana, al frente de un ADO GL, con destino a Tapachula. El tiempo estimado de viaje 16 horas y cacho decía la página de ADO. Yo sabía que seguro serían más... Ya había hecho ese recorrido, con una amiga. Pero hoy iba sola. Confiando en que mi MP3 con la selección de 1gb de música de hace un año me siguiera gustando, porque no tuve tiempo de cambiarla. Y a penas compré un par de baterías y un jugo en la estación.

Un poco malhumorada, le dije al del asiento 3 que quitara su botella del lado de mi asiento. Y que me diera permiso. Me senté. acomodé mis cosas. Puse mis audífonos en el asiento y pasé oyendo una música extraña pero que me servía para irme del asiento y ver un poco la ventana. Aunque no pude dormir. Empecé a ser consciente de todo mi cuerpo. De donde estaba apoyada, de qué se me cansaba y que tenía que moverme, de mi gastritis de la que casí nunca me percato (me di cuenta que tenía gastritis hasta que un doctor me tocó la panza y salté), de todo. Yo era mi peor enemiga para dormir en bus. Pero lo logré, a cuotas de dos horas. Y uno que se levanta cada vez que se llega a una estación y hay cambios de pasajeros. Pero luego de un rato (bueno, como 8 horas) ya casi todos íbamos para Tapachula.

-Mamá, invades mi espacio - gritaba un niño muy pequeño atrás. Otra madre e hija, pero hija adulta, discutían de cuentas. Eran las 4 de la mañana y llegabamos al restaurante donde yo comí la otra vez. De noche el lugar era un poco siniestro pero había baño y la gente comía como si fueran las dos de la tarde.

Seguí dormida, hasta las 8 y 30. Me desperté y desayuné. Saqué una galleta de avena y abrí el jugo. Saqué otra galleta para dársela al tipo cuya chaqueta de cuero y su olor me molestaba, así como me había molestado que había puesto su jugo en mi lugar. Todo eso exacerbado por mi mal humor. Pero era otro día. Y había que desayunar. La tomó. El iba leyendo un libro raro. No lograba ver de qué era, pero tenía como muchos apartados y números y negritas. Parecía una ley o algo y vi que tenía marcadores de cuatro colores.

La tomó. Y luego me preguntó que para dónde iba, que de dónde era... Él era de Guerrero. Iba para Tapachula, destino final. Nunca supe su nombre. Era testigo de Jehová. Pero no intentó evangelizarme. Me contó de las diferentes traducciones de la Biblia, de en cuántos idiomas está traducida -no me acuerdo-, de cuántos idiomas se lee la Atalaya y así. De cómo habían muchos grupos indígenas en Guerrero y Oaxaca.

Ya estábamos en Oaxaca. Desde hace rato. Y vi por la ventana molinos de vientos. "La ventosa". A veces digo que es necesario que yo ya tenga cámara. Pero San Google ya tiene muchas fotos de lo que vi, aquí. Increíble... se veía tan bonito. Un señor con cámara de video se acercó hacia adelante y empezó a filmar. El nuevo conductor, tenía una música tantito más norteña. Pero no me molestaba. Una parada a comer. Y poco más de cuatro horas de camino.

Me dormí, intenté ver una película, pero me dormí. Cuando me despertaba miraba el camino. A veces parecía un paisaje conocido, a veces todo lo contrario. Es como raro intentar nombrar algo que no sé. A veces el señor de la par me hacía preguntas de lo que para él era un lugar lejano, mi país. Me dijo que quería ir a ayudar a sus hermanos allá, le dije que tenían ya bastantes adeptos. Un rato hablamos de las maras -tema obligado- , de la inseguridad en México. Me preguntó cómo eran las gasolineras, cuánta gente vivía en mi país y cuanto tiempo seguiría viajando. Nunca intentó convencerme. Me dijo nomás "¿Fue alguna vez a un templo?", le dije: "No". Pensé que empezaría. Pero no. Confieso que me preguntó porqué no me vio evangelizable... quizás soy un caso perdido y mi poca fe es notable a primera vista.

Con un poco de tráfico y después de dejar Tonalá y Huixtla... ya hacía falta muy muy poco para llegar a Tapachula. En la entrada de Tapachula, un rótulo del Pollo Campero y ya sabía que iba llegando a casa.

martes, 7 de diciembre de 2010

Dos ejemplos de grandes versos de amor #NOT

Pues que la gente a veces dice que algo "se oye" bonito y no reflexiona lo que dice. Pienso a veces que uno se deja de llevar por si en el título de la página web que hizo la búsqueda dice "Poemas de amor" y pues no.

He aquí un par, como ejemplo.

"Me gusta cuando callas porque estás como ausente"
O sea, me gusta que no hablés  y además me gusta que estés como ausente, porque presente, no se te da.  Si alguien se siente bien porque le digan esas palabras... por ahí debe empezar el feminismo a hacer conciencia. Mujeres del mundo uníos. Y el poema sigue más o menos en el mismo tono.

"Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas".
Sencillito, porque si no, no entendés, tarada - le falto decir.


Y esos son mis pensamientos que divagan mientras uno debería estar leyendo cosas sobre la fuerza de trabajo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Diálogos socráticos

He terminado con mucho gusto mi curso de Metodología. He tenido otros cursos de Metodología, pero este lo disfruté mucho.
El curso impartido por Juan Guillermo Figueroa, fue sumamente productivo. Una de las principales actividades del curso implicaba contestar a forma de diálogo socrático, decíamos, estas 20 preguntas a partir de nuestro proyecto de investigación. Gastritis y colitis a un lado, creo que fue sumamente provechoso. Le pregunté si las podía compartir, y me dijo que sí.
Se las comparto. Advertencia: tómese con dos Omeprazol:

1. ¿Qué es lo que más ignoras y lo que te genera más dudas sobre lo que quieres investigar?
2. ¿Cómo se te ocurre poner a prueba lo que “se sabe cotidianamente” sobre el tema que te interesa investigar?
3. ¿Cómo se te ocurriría poner a prueba –más que demostrar- lo que supones, hipotetizas e intuyes sobre el tema que quieres investigar?
4. ¿Cómo tratarías de convencer a alguien (por ejemplo a ti) de que no es pertinente ni relevante investigar lo que piensas-quieres-imaginas investigar?
5. ¿Cuáles son las tres principales limitantes del proyecto que quieres desarrollar?
6. ¿Cómo defenderías –a pesar de lo anterior- tu intuición, lucidez e interés para desarrollar este proyecto?
7. ¿Te imaginas encontrando casos-situaciones paradigmáticos, atípicos o extraños en tu estudio? ¿En qué sentido y por qué?
8. ¿Qué interpretaciones conoces o bien propones para abordar tu objeto de estudio cuando surgen “esas posibles rarezas”?
9. ¿Cómo reconstruirías tu proyecto o qué es lo crees que más cambiaría si tuvieras otros lentes disciplinarios, contextuales o de sexo-género?, ¿puedes dar algunos ejemplos de ello?
10. ¿Qué variaciones tendría tu búsqueda si recurrieras a otra metodología distinta a la que has pensado hasta el momento -documental, cuantitativa, cualitativa, etc-, aunque esta misma sea provisional?
11. Qué esperarías de tu director(a) de tesis al acompañarte en este proceso-aventura de construir tu investigación para el doctorado?
12. ¿Crees que tu investigación puede generar dilemas éticos o algún conflicto de intereses entre quienes participan en la misma o quienes usarán sus resultados?, ¿cómo cuáles o por qué no?
13. ¿Por qué escogiste “esa población de estudio”?, ¿tendría sentido cambiarla o diversificarla?, ¿qué ganarías y qué perderías?
14. Si cambiaras de marco teórico o de paradigma de referencia, ¿crees que encontrarías algo diferente?, ¿como en qué sentido?
15. ¿Te sirve tener hipótesis para tu estudio?, ¿para qué?, ¿por qué no? Al margen de la respuesta, ¿cómo aprendiste a formular hipótesis?
16. Si pudieras ponerle un nombre “poco formal o convencional –académicamente hablando-, ¿cómo le nombrarías a tu estudio?
17. ¿Cómo le explicarías a un adolescente de alrededor de 13 a 15 años de edad el tema del que trata tu investigación y su relevancia?
18. Si pudieras pasar del ‘conocimiento científico’ a la ‘ciencia ficción’, ¿qué le cambiarías a tu proyecto?
19. ¿Qué crees que haría o hará un “tomador de decisiones” con los resultados que te imaginas generar en tu investigación?, ¿qué te gustaría que hiciera un(a) ciudadan@?
20. ¿Qué piensas hacer con los resultados de tu investigación, además de titularte, publicar algunas productos paralelos –artículos, libros, etc- y convertirte en exalumn@ de doctorado?

Fuentes de inspiración: A través del espejo de Lewis Caroll y Crónicas marcianas de Ray Bradbury.
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