He tenido en borrador algún post sobre Mad Men.
"Mad Men y sus generaciones", mi visión más demográfica y además que quiere ver el cambio de una sociedad industrial a una de servicios tras la historia de un grupo de publicistas. Nunca vio la luz.
Otro del final de la quinta temporada. Otro sobre Betty y el gaslighting. Nah. Esos menos, esos ni siquiera fueron borradores.
Pero hoy, aquí y ahora como Teresa Rodríguez, estoy en un extraño momento ambivalente de "vacación". Y como siempre necesito interlocutores, necesito hablar de Mad Men (no me va a quedar tan bonito como el post de Lilián de la premiére de esta temporada). Pero hay que aprovechar que tengo que procrastinar vacacionar.
{spoiler alert BIG TIME}
Después de seis temporadas de construirnos al mejor Don Draper, un tipo con mucho carisma, que se mueve como pez en el agua, lo estamos viendo caer. Reconstruirse. Este capítulo (6x12 The Quality of Mercy) nos dice mucha veces: Don es un bebé, pero no cualquier bebé, es un monstruo. Don es Rosemary's Baby. Lo que ya lo veíamos venir desde que vimos a Sally leyendo el libro, y quizás la camiseta que desató polémica de Megan Draper, que emulaba la de Sharon Tate, la muerta esposa de Roman Polansky. [Aquí Weiner desmiente esta teoría]
Don llorando como Bebé
Lo vemos no sólo personificar a un bebé, si no, además dormir en posición fetal dos veces. Una en la cama de Sally, otra en su oficina. La visión del hombre modelo vuelto bebé, es una cosa estúpidamente simbólica, pero que, sólo con estos escritores puede ser visto de manera natural. La verdad, estoy impresionada, más que nunca de esta serie. (Estúpido y sensual Weiner, deberías donar tu esperma).
El final del episodio anterior (6x11 Favors), donde veíamos a todos terminar más o menos estables (Peggy con un gato, Pete comiendo All bran, Ted Chaugh llegar con su familia), Don Draper terminaba borracho después de que su hija lo encontrara con Silvia Rosen, de la peor manera. Este es el preludio para cómo lo vemos caer, y creo que seguiremos viéndolo caer en un gran final de temporada. Pero lo vemos caer no de cualquier manera, lo vemos caer frente a sus mujeres.
Eso ha sido constante esta temporada. Lo vimos con Joan lo manda a la quinta por Jaguar, hasta hoy que lo vimos perder lo poco que le quedaba de Peggy. Lo vimos perder a Silvia Rosen (con su extraño cuento del sueño de que lo vio muerto). El womanizer por excelencia está perdiendo a sus mujeres. Esta perdiendo todo, sí, pero ese todo está siendo simbolizado una y otra vez por las mujeres alrededor de la vida de Don Draper. Y claro no es casual. Con solo revisar la entrada icónica que nos ha acompañado seis temporadas, lo vemos claramente: el mundo de la publicidad del que vemos caer a Don Draper es totalmente femenino. Y quizás por eso la caída es aún más castrante.
Realmente, no sé qué esperar del próximo capítulo. Yo me siento en el borde del abismo. No sé si quiero que me empujen y ver de cerca cómo cae. Pero lo que es seguro, como todo buen abismo, atrae al que lo ve. Y esta atracción a la caída, es el nuevo atractivo de Mad Men, porque realmente, está tan bien manejado, que Don Draper ya no es el hombre guapo que cae bien. Es, en efecto un monstruo, uno muy infantil.
[Notas aparte: las historias paralelas de Sally Draper y Pete Campbell/Bob Benson, estuvieron impresionantes, pero pues quizás algún día (no) haga un post sobre ellas]