domingo, 23 de enero de 2011

Los cuatro graves errores de Death Note o cómo destrozar una buena historia

"No, no siempre fui otaku".

Me pongo a hablar de esta serie, porque me ha entusiasmado. Pero encuentro cuatro grandes errores. Podría haber sido una serie Épica, así en mayúsculas. Y echaron todo por la borda.

*SPOILERS ALERT*

Primero lo primero. ¿Qué es Death Note?. Es un cuaderno. De la muerte. Ajá. La historia inverosímil de todo anime. El cuaderno de la muerte tiene la capacidad de matar. El que escribe en el cuaderno puede anotar el nombre y pensar en la persona que quiere matar y ésta muere, básicamente de un ataque al corazón, a menos que se detalle lo contrario. Los Death Notes son originarios del mundo Shinigami, donde esta raza de seres puede aumentar su esperanza de vida tomando la de los humanos. Si no les gusta mi definición, puede ir a la bien amada wiki.

La diferencia con cualquier otro anime, el protagonista que en la tradición debería de ser un héroe que lucha por la justicia y tiene valores, es llevado al extremo. El Death Note de Ryuk, el Shinigami que estaba aburrido e intenta desaburrirse tirando su cuaderno al mundo humano, es tomado por Light. Light un ser correcto, que cree en la humanidad, decide pues empezar a hacer justicia por su propia mano y convertirse en el Dios del nuevo mundo. Un argumento bastante controversial. Sobre todo porque Light tiene por ahí sus 16 años. Pero esto de las transiciones a la juventud y adultez en los animes, es algo que quiero hablar después (ja, ja, ja).

El protagonista mata, pero sólo a los malos -estilo Dexter, si quieren.  Los "malos" empiezan a morir de manera misteriosa lo cual llama la atención del incógnito detective "L", quien trata de atrapar a Kira, nombre que la gente le da al asesino de los delincuentes.

La serie pues se basa en la manera en que "L" y Kira pasan retándose entre ellos y dos nociones de "justicia" que pelean entre sí  ¿Qué tan malo es alguien que mata a los que matan? ¿Es el ser humano capaz de ser un dios que juzga?. Kira se mueve, "L" lo sigue. Cada quien busca destruirse.  Incluso mucho de las escenas sólo son pensamientos de sobre lo que piensa el otro y tratarse de adelantar a sus pasos. Poco importa en realidad la imagen que estamos viendo. Importa el juego. Es una serie poco visual, en este sentido. La tensión se mantiene. Eso que cuando termina un capítulo, uno hace expresión de señora viendo la novela "ihhhh". Pero siempre hay una mosca en la sopa. O varias pues.


Misa Amane
1. ¿Donde están las mujeres? Misa y su potencial echado por la borda.
Misa es otra poseedora de un Death Note. Podría haber sido una contraparte contra Kira bastante interesante. Pero en lugar de eso, enamorada de Light, hace todo lo que Light le dice -quien la manipula por sus afectos. A pesar de esto, si Misa hubiese ocupado el poder que le da su Death Note, para lograr no caer en las manipulaciones, sino tener algún tipo de juego de poderes hubiera sido bien bonito. Lo peor, es que en cada capítulo que avanza se vuelve más y más plana. Cada vez más tonta y cada vez más rubia.  Incluso empieza a salir en trajecitos y con más contenido sexual.  En general, en este anime no hay un personaje femenino que dé la contraparte, y es que pues es algo que adolecen mucho algunos animes, pero ver uno tan actual (la serie salió en 2007) y tan machista, da miedo.

Hay otro personaje mujer que casi desenmascara a Kira, pero la mata, de la manera más fácil. Es una ex-investigadora del FBI, que ha dejado su puesto para ser la prometida de otro investigador del FBI. En serio, la serie cae en lo más machista, cuando el futuro esposo -aun vivo- la calla y le dice que se olvide de ser investigadora porque hoy debe concentrarse en ser esposa.

La hermana de Light, no deja de ser utilizada como una víctima, secuestrada y esas cosas. Esto después de haber sido la hermanita molesta -¿en serio las japonesas hablan en ese tono tan agudo?.

2. Matar a antagónico.
"L"
Matar a "L". Un personaje que incluía una manera de hablar, de vestir, de hablar. Un "L" excéntrico, con maneras extrañas, con pocos modales. Con además un arsenal tecnológico, que resulta ser bastante secundario. Con la muerte de "L" se intenta sustituirlo con personajes que tienen características de éste pero que no logran entre todos hacer un "L" (tienen actitudes de comer dulces, o medio infantiles).
Además, personalmente siempre pensé que "L" era superior a Kira. Y fue decepcionante verlo morir. Parece una victoria bastante mala. Ni Seiya rogando por la armadura de Sagitario en los caballeros de Zodíaco fue tan chafa.
Luego se intenta mejorar todo con la mención de Norteamérica (para mí es Estados Unidos), lo cual, en lo particular no me emociona. Esto intenta darle un giro, un nuevo respiro. Pero no lo logra.

3. Desarmar al protagónico.
Después de matar a "L", Kira se vuelve tonto. Se equivoca. Cae más fácilmente de lo que alguna vez hubiese hecho con "L". Con quien estuvo cerquísima. Sin equivocarse. Sin "L" y sin Kira. La serie cae. Mucho. Los giros ya no me hacían decir "qué ingenioso", sino "qué weba, cuándo va acabar". Ni siquiera un nuevo dueño del cuaderno parece emocionar. Nada. Nada.

4. Animación y música mala.
Los muñequitos cuadrados se vuelven más evidentes desde la muerte de "L", y luego la música seudo-pesada, con frases en inglés es insoportable. Y es que, como dije, la serie se mantenía con pura tensión, y al caerse tensión, lo malo sale a flote. La segunda entrada es todavía peor que la primera. Los cierres malos. Los ringtones de lo teléfonos de los personajes que son la primera entrada -como si fuera una cosa linda de oír. Luego hasta ponen a cantar cursimente a la Misa. Mal, todo mal. Acostumbrada al  "Original Sountrack" como el de Lost Canvas y el de FullMetal Alchemist -Brotherhood, esta serie me queda debiendo. Por mucho.

Creo que es una gran historia. Parece que hay películas y diezmil spin-off's de esta serie. Yo me quedo hasta el capítulo 25, viendo a L morir con, ironías aparte, poca justicia.

jueves, 13 de enero de 2011

Silencios

El 16 de enero se cumplen 19 años de los Acuerdos de Paz. Hay toda una generación adulta de post-guerra.




Yo hablo mucho.

Pero quizás no tanto.

Una cosa es tantas palabras. Palabras cotidianas.

Otra cosa es contarles qué me duele, qué me pasa y qué me importa.

A veces este blog es un ejercicio de hipocresía.

Como todo.

Como levantarse y salir a caminar. Saludar a la gente. Nomás para esperar el ¿cómo estás? Y decir "Bien".

Pero a veces no estoy bien. O sí. Quizás. Todo es un gris. Uno es.

Así. Con su historia. Esa de la que no se habla porque no se podía hablar.

¿Se puede hablar?

No lo sé.

Me sigue dando miedo. Siento que hiero a la gente si hablo. Pero es mi historia.



Algún día, quizás.

Más que Acuerdos de Paz, uno necesita libertad. Libertad real. Aún no la siento. Y sigo callando.

Como siempre. Porque nací cuando no se hablaba. Cuando se inventaban nombres y causas de muerte. Y sigo repitiendo lo mismo. Como una cotidiana seguridad.

Nací, ya hace mucho tiempo.

Demasiado.

Pero parece que no crezco.

martes, 11 de enero de 2011

Y a fuerza de partir voy a saber lo que es volver, volver (III parte, final)

Post final.. los anteriores están aquí y acá


México D.F., a los 11 días de Enero de 2011.

A veces quisiera escribir cartas con fechas, a la vieja usanza. Uno lo abre y ahí está: tiempo y espacio para decir algo.

Pero no siempre es tan fácil.

Escribo desde mi cuarto en el Distrito Federal. Este es mi cuarto. El cuarto en San Salvador era mi cuarto, Pero ya no es mío. Tiene mi cama y mis muebles. Pero todo lo que soy está más cómodo en este cuarto de por acá. En esta ciudad donde hace frío.

Debo contar como terminé de llegar a El Salvador, aunque yo ya estoy en México. A esta carta, pues, no sabría como ponerle lugar y fecha. Es anacrónica y está en espacios diferentes.



*Pausa de suspenso*



Empezaré por decir que los buses galgos son muy grises. Que Cindy nunca fue mi compañera de asiento. Porque resultó que había un galgos espacial a Guatemala. Nunca le dije buen viaje. Estos viajes están llenos de saludos y de no saludos.

La frontera está bien cerquita de Tapachula. En mi pequeño viaje, encendí mi reproductor de mp3 de 1GB sonó Dave Matthews Band y miraba los arbolitos por la ventana. Casi se me olvida de los infantes que venían atrás si no fuera porque movían mi asiento. El viaje será largo, pensé.

La frontera estaba tan cerca. Me bajé con mis documentos. Por primera vez usaría mi credencial. Antes el FM-3 , mi documento migratorio, era una libreta verde que parecía de los años 50's (y también mi foto tomada en el reconocido "Foto Flores"). Hoy es una credencial. La foto parece, según dice mi hermana, de una internada en siquiátrico. Yo digo que nomás me veo anémica. No sé porqué pero me emocionaba utilizar mi documento migratorio nuevo (soy tan ñoña, a veces, bueno, bien seguido).

En la filita me encontré a los hermanitos. Bien buena onda. Nos hicimos cherada. Luego llegó el nicaragüense. Y ellos fumaban y yo no. Y luego llegó un chico de Tabasco. Nos hicimos una "mara", pué. Haciendo los trámites y esas cosas.

Me fui al baño de la oficina de Galgos de la Frontera. Maravilloso cuando no sirven las chapas. La señora salió corriendo, porque cuando terminé ya no estaba. Yo quería por lo menos que supiera mi nombre si ya me conocía tan a fondo.

Nos subimos de nuevo al bus. El chico de Tabasco me preguntó que si no me quería pasar para adelante. El iba justo atrás de los hermanitos. Y pues pensé que era extraño aceptar ir a la par de un desconocido todo el viaje. Pero yo sabía que no iba a soportar a los infantes a mi alrededor. Y pues ahí estaban los otros y podía ser más divertido. Así que me cambié. Los asientos iban mucho más adelante que el que tenía. Eso también era un plus.

El viaje transcurrió. Oí música. Leí un par de cuentos de Kafka.

Se subió un señor a vender comida. Tenía precios en las tres monedas, no se cansaba de decir: dólar, peso y quetzal. El plato costaba: 40 pesos, 3 dólares o 20 quetzales. No eran grandes. Pero pues hacían su cometido.

Comimos.



Leí un poco más.

De repente, un olor. Un olor horrible inundó el bus. Pensé que a lo mejor era sólo un lugar por dónde pasábamos. No. Alguien omitió las indicaciones que nos dio la azafata más caderuda de la historia (cada vez que pasaba me golpeaba el hombro). La señora había dicho claramente que el baño era solo para orinar. Pero no.

Así que mi historia se detiene momentáneamente aquí, después de deternos en la gasolinera mientras la culpable limpiaba el baño.

6 horas de viaje. En ese estado.

Luego, llegar a El Salvador. A abrazar a mis queridos, con la pena que sentía que yo era toda una m***da andante. Pero me dijeron que sólo olía al cigarro de mis acompañantes.


***
En otras curiosidades, le pedí el celular prestado a la señora de mi encuentro bañístico en la frontera. Era salvadoreña y se puso a hablar y todos le caímos encima, porque el bus se atrasó 2 horas y media.





¿El regreso a México?

También tuvo sus cosas. Memorables. Como conocer a un indio (de la India) que reside en Canadá en Tapachula.Pero en esos regresos, siempre voy más triste.

martes, 4 de enero de 2011

Que veinte años no es nada (o cinco, o 27)

Le venimos manejando lo que vienen siendo los 27 años de edad. Pero además, este blog cumple 5 años.

Sí.

Un lustro.


*grillos*



Tengo una manía por hablar, gritar y por escribir.


¿Qué le vamos a hacer?


¿Celebro?

Pues sí. Como todo. Excusas para ser feliz.

No sé cuál es el objetivo más que exponerme a mi misma. Quizá. Todo empezó con un personaje anónimo -Aniuxa no era Ana Escoto. Para bien o para mal, eso cambió. Hoy escribimos en versión sintética, como trinidad cristiana. Pasé de ser tesista de estudiante de economista y trabajadora, a desempleada, a workaholic, a extranjera, a tesista de nuevo y a estudiante de nuevo. Todo en 5 años.


Para que no digan... dejaré algunos posts rescatables de estos 5 años, porque me gustan, porque les gustaron, porque comentaron... por cualquier cosa:


2010
Completar, completitud y complemento
Literatura es literatura
Romero esperando abril

2009
El Azteca, la derrota, las maras y un "Se busca"
Día de muertos
De las casualidades literarias - De Neftalí Coria a Mariano Brull
Semana de exámenes
Fuck San Valentín

2008
La familia, la propieda privada y... No, no era así.
Cosas que pasan
Se van porque no hay subtítulos

2007
El eneagrama
Des-amor-empleo
La hermosura y la gordura

2006
En-ojo no tan ajeno
Confusión
Anti-oda al útero

Gracias por leer, por estar. Me he ganado amigos, enemigos, trolls, mentadas de madres, cariños. El balance: positivo, aunque no sé hasta cuando seguiré escribiendo este volado. Pero ahí está.

sábado, 1 de enero de 2011

Ay, yo no olvido el año viejo

El 2010 fue ante todo, un año inesperado. Y eso se nota en que muchos de mis propósitos para ese año tenían que ver con mi regreso a El Salvador (que hubiera tenido que ser entre agosto y septiembre). Yo iba a regresar y tratar de insertarme en el mercado laboral salvadoreño.

Pero, no.

Me quedé en México.

Para empezar el doctorado.


La decisión la empecé a tomar por ahí de marzo. Que decidí aplicar. Fue raro. Yo tenía ganas de regresar. Extraño mucho vivir permanentemente en El Salvador. Pero al mismo tiempo sentía que no podía regresar. A lo mejor fue una maricada, a lo mejor soy cobarde, pero me quedé. Que me sigan pagando por estudiar e investigar, no tiene precio.

En el 2010, tuve una mascota. Nunca había tenido una, sólo mía -en la casa siempre hubo uno que otro animal-. La Púchica alegró mis días. Una gatita es una gran compañera para una tesista. Pero tuve que decirle abruptamente adiós.

En el 2010, además, dije muchísimas veces adiós. Demasiadas. Fue un año de muchas cosas emocionales. Comprender que la gente es pasajera, momentánea y que la soledad no es mala. Ser más independiente emocionalmente. Costó pero aquí estoy.

En este año, también, viví lo peor. Vivir de lejos que seres queridos estén en el hospital, que les roben, que tengan problemas y la gran impotencia que significa estar lejos de la gente que querés cuando están mal.

Hoy sí, la revisión de los propósitos del año pasado:

1. Graduarme de la maestría, sin atraso. Je. Me toca trabajar duro, para lo que ya ideé un plan mental.
No sólo me gradué sin atraso, me gradué casi antes. Porque básicamente me gradué y a los días empecé las clases del doctorado.

2. Dejar de tener planes mentales... es que suelo no escribir mucho de lo que se me ocurre, tomaré la buena costumbre de tener un lapicito y papel a la mano, siempre.

Lo que hoy tengo son ideas desperdigadas por todos lados y papelitos que nunca volví a leer. Este propósito fue inútil y un poco tonto.

3. Buscar trabajo. Volver a ser parte del EIR del capitalismo salvadoreño.
Este... No pues, no lo logré.

4. Ser más organizada, más ordenada y tratar de controlar mis despistes que ya me los puedo: olvidar cosas, fechas y demases.
Pues no. En la tesis me obligué a muchas cosas. Pero mi caos y desorden, tiene algo de especial, quiero creer. Pero sí creo que debo mejorar, sobre todo por la salud mental de la gente con quien vivo.

5. Rebajar. Me propongo regresar a El Salvador con el peso que me fui.
Bueno... pero no regresé. Y tampoco engordé. Fluctué entre dos kilos +- durante todo el año.

6. Ahorrar. Mucho. Mucho. Se me viene una epoca futura de desempleadez para la cual debo estar preparada.

Jajajaja. No ahorré. Incluso el 2010 ha sido de mis peores años en términos económicos. Pero bueno, no soy desempleada, soy estudiante.

7. Ponerme a escribir. Dejarme de mariconadas, que no me gusta lo que escribo -y es que para variar estoy cambiando de estilo y forma- y sacar lo que tengo. Dejar la adolescencia escritorial de lado y sentirme agusto con la que me estoy convirtiendo. Y es que debo aprenderme a escuchar mejor.

Sí escribí. Terminé un proyecto. Empecé otro. Hoy tengo que terminar ese.

8. Disfrutar México, lo poco que me queda de estar allá.
Sí disfruté México, aunque me quedá mucho de estar allá :D Fui dos veces a la playa. Y fui a conciertos que nunca pensé ir: Charly García, Joaquín Sabina, Arcade Fire y Fito Paéz. Además empecé a tener más amigos mexicanos -proceso se asimilación FTW- y creo que me abrí un poco más a la cultura mexicana, a su gente y aprender que de alguna manera esa gran ciudad es también mi hogar.

9. Ser más inteligente que mis impulsos, el clásico, ya. Y es que este año nos fue como el cangrejo. El estrés hace que impulsos ganen.
Creo que me enojé mucho. Dejé muchas relaciones conflictivas. Desaprendí un montón de jueguitos mentales que me había hecho desde hace muchos años. Y creo que soy un poco más feliz.

Y eso es todo. El 2011 parece ser un año lleno de trabajo, pero es lo que nos gusta. Saludos, mara.
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