viernes, 30 de diciembre de 2011

2012, el mundo se nos acaba y yo no sé qué haré.

De las pocas tradiciones/rituales que tengo es ésta en este blog (¡Diario, mi querido diario!). Cada año, desde 2006, el último post del año habla del año siguiente y el primer post del año anterior. Debo hablar del 2012.

Y me da miedo.

Y no. no es por los mayas. Es que antes sabía que podía hacer una serie de propósitos en el año. Hoy ya no tengo ganas y veo el 2012 con muchas metas. Pero no tengo ganas de pedirme cosas. Entiéndame. No quiero.

Primero porque no me he hecho caso, cuando me pido cosas. Entonces quizás, quizás este año que viene, ése donde parece que el mundo se va acabar, yo pueda usar la autopsicología inversa. Si es que si existe. Pero aunque no exista, la aplicaré.

Es decir, no le pido al 2012 nada. No me pido nada el 2012. Tengo que cambiar muchas cosas. Demasiadas. Listarlas y darles nombre puede ser útil. Listarlas y darles nombre los últimos 6 años consecutivos y que sigan siendo casi las mismas es un poco... inútil. Y es que para el 2012 no quiero hacer más ejercicio, no quiero leer más, no quiero aprovechar mejor el tiempo. No quiero ponerme límites y quizás ese propósito se me escapa de las manos. Porque limitada sí soy.

Más bien quiero aprender a vivir más tranquila. Y sí, ya estoy trabajando en eso. Sin que haya un cambio en el calendario.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Indeleblemente, Ligia

Pues para antojarlos, yo ya leí el nuevo libro de Ligia María Orellana. "Indeleble" se titula la obra que está dividida en dos partes. Una primera parte es una cosa exquisita, sobre todo para los que ya hemos leído a Ligia, pues se trata de sus conocidos "Tripin". La segunda parte son cuentos, donde aquí la autora se conecta con su primera obra "Combustiones espontáneas" (2004).

La primera parte "Tripin" presenta una serie de crónicas con personajes muy propios de la autora y que los lectores de su blog (quejoder.wordpress.com) ya conocemos. Verlos en un libro es como reconocer la calidad de las historias que nacieron de eventos muy particulares y conyunturales. Por un momento pensé que, dado que las crónicas evocaban un hecho muy salvadoreño y de un momento específico, tendría que tener la fecha o algo, algo así "como una explicación". Leer los "Tripin" en conjunto, me hizo repensarlos de otra manera. El "Tripin" recrea una situación pero no es la situación, es un universo "paralelo" y en esto es donde Ligia es maestra, en crear de lo cotidiano personajes únicos, con ayuda de la escritura y unos dibujos sencillos pero que tienen todo lo que se necesita. Leído así, como unidad, me di cuenta que pueden ser universales y no importa porqué o dónde nacieron, el "Tripin" funciona sin su detonante. Y es delicioso.

La segunda parte Ligia nos presenta una serie de cuentos. Los cuentos tienen como denominador común personajes fuera de serie. Es sin duda, otro tipo de universo paralelo: lleno de cupidos, de muertes que acechan, donde hay un Scott Fitzgerald Malasuerte, espacios llamados Sentral Parc y donde vender riñones para comprar zapatos es posible. Entonces Ligia nos hace jugar con las palabras. Así como al dibujar es sencilla y concisa, en sus textos también lo es, pues este tipo de personajes que pueden ser inverosímiles se conectan con el lector en su cotidianidad. La serie de cuentos cortos parece también haber sido escritos con la misma tinta indeleble que nos dibuja a sendos personajes de la primera parte. El texto que sin duda conecta con su manera de dibujar es "Cinco microcapítulos (sobre cosas innombrables)", donde Ligia nos deja los puntos para que nosotros terminemos el trazo, pero nos deja los puntitos ella sonriendo, con ironía, y nosotros diciendo "claro, es así".

Este libro se presenta el 19 de Diciembre en el Centro Cultural de España. Adjunto la invitación.


lunes, 14 de noviembre de 2011

De (ir)realidades, recuerdos e historia

Últimamente he andado así como en plan de auto-evaluación. Ha sido un año interesante en muchos aspectos. Y creo que me di cuenta de unos de mis principales miedos: perder la noción de la realidad.

Si eso existe. Me parece que sí.

[googlea]

Sí, sí existe.

Pero no importa, porque es mi noción de realidad. Hace poco recordaba que en alguna clase algún profesor (si es que fue real), comentaba sobre la física cuántica y del tiempo lineal. Como uno es capaz de recordar el pasado, pero no el futuro.

Entonces es eso: el pasado está en los recuerdos. En lo que uno recuerda. Y siempre he pensado que ando malita de mis recuerdos. En una de mis películas favoritas "Vals con Bashir", cuando tratan de reconstruir un recuerdo que también es un momento histórico (been there, done that), plantean una cosa que siempre me ha llamado la atención sobre los recuerdos. Alguien tuvo el buen atino de subir la escena al tumblr (algún día les hablaré de esa otra red social). La cuestión es esta: uno puede recordar cosas que no existieron. El tiempo no es tan lineal. ¿Por qué entonces mi pasado puede ser falso y no así mi futuro?.

Pondré otro ejemplo. "Abre los ojos" o su versión gringa chafa "Vanilla Sky". Este tipo contrata para que le injerten una serie de recuerdos para vivir en criogenizado. Lo que más me impacta de la película es esa sensación de no saber justo cuando se hizo el cambio. Cuándo los verdaderos recuerdos (si es que son verdaderos) terminan y empiezan los falsos. Uno puede dudar de todo.

Entonces aquí viene: el pánico. Tipo los enanitos verdes, uno está sentado en la muralla que divide todo lo que fue de lo que será. Y es bien alta y marea. Porque el presente es así, fugaz. Y uno lo vive de prisa. Y de repente ya casi todo es pasado. En mi caso mi pasado es incluso a veces todo un gran país. "El Salvador no existe", bromean por ahí. Pero yo una vez lo llegué a pensar y me llegó a dar miedo. Me dio entonces una de las peores ansiedades por regresar a un país, que seguramente ya no existe. En un año ha cambiado. Y mis visitas anuales en tres años quizás no me dan cuenta para darme cuenta de todo lo que es ya mi país o ya no lo es.

Mi país es entonces es una serie de recuerdos frágiles.

Y eso me da angustia.

Y a veces quisiera recordar y saber que lo recordé es certero. Como un libro de historia (no oficial por favor). Alguien que me dé cuenta de lo que digo es cierto. Porque a mí todo se me hace nubloso. Un día despertaré y todo lo que más quiero será un recuerdo. Un recuerdo a mi manera y poco real. Quizás. Ese es uno de mis grandes miedos.

Si es una reflexión que parece loca. Pero créanme, está aún peor en mi cabeza. Y es por estas cosas tan personales y subjetivas que creo en la memoria histórica. En tener presente algunas cosas nublosas. Por ejemplo el 11 de noviembre se cumplieron 22 años de la ofensiva. Yo tenía 5 años y recuerdo un par de cosas que cada vez están más nublosas. Cuando todo esté nublado, cuando todos estemos así, no sólo el pasado será fabricado, sino también habremos fabricado nuestro futuro.

Y entonces estoy ahí, sentada en esa muralla. ¿Habrá que pararnos?


domingo, 30 de octubre de 2011

De ubicuidades y columnas

Voy a hacer un ejercicio de "diario" de Psicología de la adolescencia de la institución jesuita en la que estudié buena parte de mi niñez y juventud. Pues es que cuando quiero pensar mi relación con los espacios, mi vida siempre ha sido un desencuentro.

No. No soy víctima del desencuentro estilo novela rosa. Pero siempre han existido distancias por todos lados. Las distancias se deben de medir en términos de que tan posible es que estemos en un mismo lugar. No en kilómetros. No. Por eso siempre he anhelado el don de la ubicuidad, porque la capacidad de estar en varios lugares a la vez controla esa imposibilidad. Juega con las distancias.

Por ejemplo, a mí me hubiera gustado estudiar Letras al mismo tiempo que estudié Economía. Es más me hubiera gustado además estudiar Física y Matemática. Porque las extraño y recuerdo yo que era muy buena para esas dos últimas. Pero también me hubiera gustado ser deportista. De algo. De volleyball.

Soy golosa y por eso quiero ser ubicua.

Entonces he intentado ser ubicua haciendo muchas cosas que me gusta hacer. A veces al mismo tiempo. Por ejemplo escribir este post mientras estoy trabajando una base de datos. Escribir una idea que se me viene para un cuento en medio de una conferencia sobre mortalidad, o bien simple y sencillamente irme a dormir y pensar que soñaré con el trabajo pendiente (de joven me funcionaba mucho mejor).

Entonces pienso que le he ganado a la ubicuidad. Pero entonces me doy cuenta que hay días que quiero despertar en El Salvador y luego regresar a México y pasar la tarde jugando con mi sobrino en Sttutgart. Quiero que realmente exista ese "Salvéxico" o "Mexsalvador" donde vivo, con un pueblo llamado Alemania para visitar. Levantarme y desayunar pupusas. Hacer mi trabajo y luego cenar tacos al pastor deliciosos. Eso es el mundo ideal, si me preguntan.


Avisos parroquiales:
Quizás tener cosas publicadas sea una manera más de alcanzar la ubicuidad, uno puede estar dónde lo lean. Ya van dos columnas mías en La Prensa Gráfica. ¡Espero sean más! Cada una ha sido, sin planificarlo así, de una de mis facetas. La primera fue más recordándome mi lado de fan de la estadística y la segunda de la presentación de los libros Roque Dalton. Les dejo los enlaces.

Sueños guajiros estadísticos - columna del 9 de Octubre
País mío no existes: Roque Dalton en el Zócalo de México - columna del 30 de Octubre

domingo, 2 de octubre de 2011

Mamá Lita

Dicen que la gente que muere el día de su cumpleaños es especial. Puede ser.

Mi abuela era demasiado especial. Pues para mí, sí. Que es lo que importa. Porque no era más abuela mía que de nadie más. Era una abuela diferente para cada uno de sus nietos, seguramente. Porque dicen que yo puedo tener mi imagen particular porque era su consentida. Su "gorda".

Estoy en México. El lugar donde murió. A veces siento que hay cosas en los caminos que recorremos. Tengo el cuerpo de abuela y mucho de su carácter. Demasiado, a veces.

Cada vez pasa más el tiempo, ya casi veinte años de que me dijeron que murió y yo no lo podía creer. Cada vez mi infancia se vuelve más borrosa. Como si el pasado se acumulara por ahí y se quedara apretadito entre tanto presente. Tanta prisa y tantas cosas.  Y puedo enumerar cosas tan aleatorias como mi abuela pintándose las uñas de azul, del mismo tono del vestido que usaría en la fiesta, mi abuela jugando solitario en la tabla en la sala, mi abuela dándome naranja con una cucharita, mi abuela mandándonos a hacer vestidos donde la niña Manda, mi abuela enojada porque me tomé una foto con mi amiga y ella pagaba el fotógrafo para tomarnos fotos a nosotras no a nuestras amigas (jijiji), mi abuela, mi mamá Lita que no cocinaba más que una sopa Maggi los fines de semana. Mi mamá Lita viendo si me había caído de la parte de arriba del camarote. Mi mamá Lita que mandaba regalos a los cumpleaños si no íbamos, pero que sí íbamos no llevábamos. Los puestos en el mercado. La comida, mucha comida. Revisar la mercadería, ver si no iba a dar de lo "nuevo". Mi mamá Lita que se enojaba si no hacíamos las tareas, mucho, porque teníamos que hacerlas y lograr mucho más que ella. 

Y tantas cosas que quizás ni me acuerdo, pero seguro que están ahí. Porque yo soy mi mamá Lita, en tantas cosas. Feliz cumple. 

sábado, 10 de septiembre de 2011

De los problemas de enamorarse de hombres que no existen


Explicaba, por quinceava vez, que iría a la fiesta sola. No. No, gracias. No, no tengo con nadie con quién ir. Es triste darse cuenta de la poca existencia que tiene tu pareja en esos momentos de bodas, bautizos y quince años, donde las parejas son necesarias. Primero, para que todas las mujeres de tu familia le planten un beso en rojo y, segundo,  para que evitar al tío borracho que siempre quiere bailar.

Suspiraba y pensaba en el vestido más idóneo, pensando en qué tan sencillo sería llevar a Filiberto, si existiese. La primera vez que me di cuenta que Filiberto no existía fue cuando lo invité a comer helado. Lo cité en una heladería bastante populosa, quería compartir una banana split con choco krispies y sin crema batida. Se negó. Dijo que las muchedumbres lo ponían nervioso. Pero rápidamente volví a creer en su existencia, porque a las niñas de ocho años les es fácil  saber de existencias e inexistencias, sobre todo intermitentes.

A los diez años quise que fuéramos juntos a la pizza, una pizza con hongos, jamón y doble queso, con un té helado de limón. A los doce, le pedí que fuera a mi primera fiesta. A los trece mientras fumábamos mi primer cigarro, le dije que por favor me llevara por una cerveza o una copa de vino, que qué más daba. Y llegaron los terribles quince, con fiestas rosas y con mi pasión por un Filiberto de chambelán bailando conmigo y haciendo una “L” con los pies.

Entonces Filiberto quiso atenuar las cosas. Me dio explicaciones. Que era poco vistoso. Que era bastante feo. Entonces me dijo  una mentira para apaciguar mis interrogatorios: que era totalmente invisible. Durante mucho tiempo creí fielmente en su invisibilidad. Tenía un novio invisible al que me dedicaría en cuerpo y alma. Un novio que además sólo era mío.

Poco a poco me iba convenciendo que la invisibilidad no era de este mundo, este mundo donde yo tenía un novio invisible pero que yo no era invisible. Mis mundos se habían puesto locos. Por lo menos ese tipo de mundos visibles e invisibles. Si la gente invisible no podía ver a la gente visible y viceversa, las cosas hubiesen sido más fáciles. O si por lo menos los visibles escucharan a los invisibles y los invisibles no escucharan a los visibles. Porque podía creer en ese tipo de justicia de ojo por oído y oído por ojo. Me miré en el espejo. Me miré detenidamente. Y entonces decidí  renunciar a mi visibilidad como el acto más puro de amor. Esperando quizás perder alguna otra cualidad física (yo esperaba perder sobre todo peso).

Filiberto entonces admitió su inexistencia y no su invisibilidad, a veces pienso que lo hizo para nomás para dejarme vivir en este mundo visible. Me dijo que él vivía en mi mente, nada más. Le dije que eso no importaba, que lo quería fuese como fuese. Pero que no podía irme a mi vivir a mi propia mente, porque era bastante imposible y un poco endógeno. Él coincidió conmigo. Me dio un beso en la frente. Yo le juré amor eterno.

Y ha funcionado muy bien. Salvo esas necesidades que aparecen de querer decirle al mundo que tengo novio, pero no poder hacerlo porque mi novio no existe. 

sábado, 27 de agosto de 2011

De la violencia y mi sensibilidad ageográfica

El otro día, después de leer el post de Kyuutz, él me dijo que pues viniendo del país que vengo quizás podría entender un poco más la violencia de México, cuando le dije que no iba a comentar.

A veces siento que no tengo todos los elementos de análisis. No sé de historia mexicana, no he vivido mi vida acá. Cualquier cosa que diga está sujeta a "pero vivís de este país" y con eso pueden cerrarle la boca a cualquiera.

No lo sé.

El asunto es éste. Me duele todo. Ya no soy solo salvadoreña. Después de tres años y sabiendo que estaré aquí por lo menos tres años más, implica que no soy solo salvadoreña. Y es así. Monterrey pienso y ya no es una idea abstracta.

Vengo de un país pequeñito. Normalmente se me hace que en México por lo menos hay 32 El Salvador, uno por cada entidad federativa. Y se me hace difícil comprender esa unidad como nación, como país siendo tantos y tan diversos. Hay "países de México" de los que no sé nada. Pero ya la ciudad de Monterrey ya no es para mí esos estudios de movilidad social de Patricio Solís que leí. Ya no es eso. Conozco a varios regios. Tienen cara y tienen nombre. Y entonces ya no puedo sacudirme las cosas como extranjera errante de paso. Ese tipo de alejamiento que uno tiene cada vez que lee noticias de violencia en lugares tan distantes como Afganistán, Libia, Irak o cualquier otro cruzando el charco, eso que uno se indigna un ratito y luego sigue con todo, muy normal.

Entonces veo estas cosas Monterrey, Torreón que se unen a lo que ya sabemos de Juárez, Tijuana y los eventos como la matanza de los migrantes y otras historias de la frontera sur. Es la violencia que ya no sólo afecta a los más oprimidos (como los migrantes) si no que nos dice que todo está haciéndose anárquico. Entonces me viene el flashback de cuando las maras hicieron su supuesto "toque de queda" o los buses quemados en mi país. La sensación esa de "todo puede pasar". Esta idea del miedo, de lo simbólico, de la ostentación del poder que ya deja pequeñito a los gobiernos.

Leo las noticias en El Salvador y veo muerte por todos lados. Y me duele mi país - y a veces me da culpa de estar acá "a salvo", porque además soy de esa generación que se recuerda que la metían de jugar por el toque de queda, de los colchones en la puerta del cuarto en la ofensiva y ve como se cuentan y cuentan los muertos en El Salvador ahorita que estamos en paz (pues deben ir a crónicas guanacas, un blog donde se cuenta no con números este tipo de historias). Soy, quizás como muchos, fácilmente impresionable, fácilmente me da miedo. Fácilmente me duele.

Me duele mi país y me duele el país donde vivo. Y lo peor del caso es que no sé qué podría hacer yo, ni en un lugar ni en el otro. Porque estoy lejos de uno y al otro todavía no lo entiendo por completo.

martes, 16 de agosto de 2011

Welcome to NHK o de cómo estar jodido no es un drama de televisa

* Absténgase de leer si usted piensa que el anime es sólo para niños*

Pues sí. La gente se va de paseo, la gente viaja. Yo en el verano me puse a ver un anime mientras trabajaba con más baja intensidad. Por andar leyendo conversaciones en tuiter entre la Virjinia y el Doug, me encontré con este anime. Por una extensa conversación sobre este anime con la señorita antes mencionada hago este post que ha estado en borrador varios días.


"Welcome to NHK" es uno de mis animes favoritos de todos los tiempos. No es un anime de magia. No es un anime de niñas y niños con trajes marineros. No es steampunk. No. Es un anime sobre la vida. Incluso podríamos decir que es un poco a lo Inception porque sí, retrata la vida de gente que podría ver anime (pero el anime es de 2006, Nolan: detené tu demanda). No hay héroes. No hay que salvar el mundo. Lo que hay que hacer es sobrevivir. 

De entrada dije "¿NHK? ¿como en la cadena de televisión?". Y no. El NHK podría ser muchas cosas. Se trata de una conspiración de la que es víctima Satou, o así lo cree él. Porque NHK es la asociación japonesa de Hikikomoris  (Nihon Hikikomori Kyōkai) por lo menos para Satou. Los hikikomoris son ninis que no salen de su casa y quizás sufran de agorafobia. Es una situación creciente en Japón,  un país donde la depresión y el suicidio es bastante común. La serie cuestiona cómo en una sociedad como la japonesa basada en el honor y en el trabajo, ser un "nini" es algo demasiado vergonzoso. [En este sentido se me hizo que Satou es el antagónico del hermano de Sakura, la Card Captor, un joven que podía emplearse en casi cualquier cosa y trabajaba los fines de semana -y por cierto ese es otro gran anime que es bonito de analizar por el manejo de los roles familiares y la sexualidad y por los bonitos trajes de Sakura]. 

En esta situación de claustro, Satou alucina, ha perdido el control, ya no sabe cómo relacionarse con la gente y su casa es un chiquero (mientras veía el anime mi cuarto apareció impecable, porque dije yo no soy un hikikomori, el problema fue que lo vi muy rápido). Pero de repente, algo cambia, parece ser que ha llegado una heroína a salvarlo. Este contacto lo lleva a tener otros contactos, con su vecino -un otaku y gamer-, recobrar amistad con su ex superiora del un grupo del bachillerato y otra serie de personajes que no son las personas más tradicionales, esto lleva al anime a enseñarnos diferentes subculturas y sectas donde la soledad juega un papel muy importante.

A pesar de que a veces quise matar a Satou -no sé, no se me da tanto la empatía- y el abuso del fanservice -pero pues inevitable si el anime habla de otakus y similares-, el anime logra manejar y dejarnos entrar en una cultura japonesa para los jóvenes -y sí, ese tema de los jóvenes y las transiciones a la adultez es mi debilidad. Si bien Satou no es mi personaje favorito (aunque no es malo), el vecino Yamazaki, la "senpai" y sobre todo Misaki (la "heroína") son personajes entrañables.

El anime puede manejar varias subtramas del personaje principal sin hacer saltos bruscos. La gente tiene sus manías, sus obsesiones, sus presiones, sus cuestionamientos sobre la vida y sobre la religión. Es capaz de hacerte reír mientras se habla de suicidios, fracasos o despedidas. En general me parece una gran crítica a la sociedad donde vivimos, por ahí dirá la senpai, "podemos comprar cualquier cosa menos las relaciones humanas" o bien Misaki diciendo que no tiene tanta "imaginación" como para creer en Dios.

No hay un final feliz, tampoco es triste. Es un final en el que dos personas reconocen que están jodidos y no saben si lo seguirán estando, pero son capaces de acompañarse y hasta de reírse. 

Yo nomás la recomiendo y ya.

Les dejo por aquí una escena bonita que encontré que no tuviera mucho spoiler


Les dejo también el primer ending que me gusta mucho:

miércoles, 10 de agosto de 2011

Seré feliz nomás por vanidad

Porque la gente bonita siempre está sonriendo.
Sonrisa *inserte marca de pasta de dientes que los deja extra blancos según su preferencia*.

Así.

Porque la tristeza lo pone a uno triste, lo cual es obvio, pero sí:  la tristeza es ansiedad y da insomnio y por eso da ojeras. Y yo con tanta genética tan sensible a las ojeras no me puedo dar ese lujo.

Por eso hay que ser feliz, aunque sea por vanidad.

Pero no hay que fiarse. Como ya decía Tolstoi :"Es asombroso cuán completo es el espejismo de que la belleza es bondad". 

lunes, 8 de agosto de 2011

La Casa "revisited"

Una de las cosas que trajo la agradable compañía salvadoreña que tuve los últimos 10 días, fueron los ejemplares de "Memorias de La Casa", antología de La Casa del Escritor como ya dije por acá.

En la primera hoja: "A la memoria de Rafael Menjívar Ochoa" y el corazón se me hizo chiquito. Leí el prólogo y realmente oía a Mario Zetino hablando. Es más lo podía ver hasta en sus gestos. Y además sus palabras solo me hacían asentir. "Solo se aprende a escribir de una manera: escribiendo", recuerda Eliot y dice lo que somos "un grupo de amigos con una manera común de entender la literatura".

Luego los poemas de todos. Cada quién puesto según el orden que llegó a la Casa (yo estoy casi al final, pues). Tuve chance de conocer los poemas de Erick Chávez, a quien nomás conocí virtualmente el día de la presentación del libro en el CCESV. Pero esa sensación de estar con tu mara y tu mara que admirás no tiene precio. El libro es una de mis más preciadas joyas (permítanme el lugar común poco certero, porque realmente ni me gustan las joyas, pero se entiende)

Dejo además un poema mío, el favorito de Rafa, de paso, además de que es lunes y parece algo adecuado. Es el doceavo poema de un poemario demasiado íntimo de apenas 21 poemas no muy largos.



Se me ha olvidado mi orfandad un lunes por la noche
y en el pecho no hay golpes sino latidos

Es lunes y pienso en mis piernas tan fuertes
en mis brazos algo flácidos
en mi abdomen lleno de ira

Es lunes y soy capaz de empujar alguna piedra
alguna hoja
algún soplido de viento

Y pienso en mi cabeza tan pesada
en mi corazón tan corazón y tan poco músculo
y quizás ya no es lunes
y los sueños sólo nos recuerdan que el dolor es parte de las piernas

Se me han olvidado mis hijas y es martes por la mañana
pero vuelven convertidas en doce,
luego en quince
luego en sal

Nadie nunca ha visto lo que una lágrima borra de los ojos
Por más veces que he nacido
por más veces que me he hecho renacer
sigo pensando que el camino no es mi camino
porque no hay frío suficiente que elimine el vacío que dejan las hojas cuando caen
ni escarcha sobre la que las lágrimas al fin parezcan tontas

Quizás ya es miércoles
quizás no hace frío
quizás no importa

Las cosas no se olvidan para siempre
solo se olvidan.




viernes, 22 de julio de 2011

De fumar e indignarse

[Pues es mi opinión, subjetiva como todas la opiniones]

Pues tengo un vecino en el piso de abajo que fuma. Tengo una vecina que está loca también, que es su esposa, que da para tantas historias, pero su esposo es menos loco, pero fuma. Fuma MUCHO. Me molesta además que lo haga justo del lado de la cocina. En la mañana me despierto y voy a prepararme el desayuno y mi cocina huele asquerosamente a cigarro. Es molesto. Pero pues, luego se va.

Esa es mi relación más disgustosa con el cigarro. No fumo. Antes lo hacía, uno o dos cigarros diarios, rara vez compraba una cajetilla. Lo hago de vez en cuando y en plan social. No soy adicta. Pero he intentado seguir desde el DF las discusiones de la Ley Anti-tabaco en El Salvador. No he podido encontrar la ley, pero sí leí esto

La normativa prohíbe fumar en lugares públicos e impone por violar esta disposición una multa de 57 dólares. Prohíbe además la comercialización de cigarros al menudeo y permite que una persona no fumadora denuncie a familiares o vecinos que consumen tabaco dentro de su casa.

Eso me parece bastante excesivo. ¿Qué es un lugar público? No lo sé. ¿La banqueta? No lo sé de nuevo. Me acordé de mi vecino acá en México, que podría denunciarlo. Aunque eso, a pesar de las molestias me parecería excesivo. Así como yo me enojo que la señora esta se enoje cuando camino con ciertos zapatos (una vez hizo eso la señora esposa del fumador), no soy ese tipo de personas. Entiendo que vivo en un edificio y que compartimos cosas: ruidos, hábitos y demás.

Entonces pensé que la ley era un poco "prohibitiva". Y sí, me vi a mi misma usando las palabras del presidente al que le quiero exigir que cuide más la Constitución. Y esa sensación, de usar sus palabras y estar de acuerdo con él, me hizo... vomitar sentir mal.

Creo que hay una sensación generalizada de enojo actual, por las anteriores acciones de la Asamblea Legislativa y el Ejecutivo con respecto a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Esta Ley Anti-tabaco da una ocasión política para que los diputados le digan al pueblo "No estamos con el presidente" y "Protegemos su salud". Y quedar muy bien, hoy revirtieron el veto presidencial como acto "democrático". Los titulares parecen decir que la Asamblea le ha "ganado" al presidente, porque además es la primera vez que se unen los partidos para evitar el veto presidencial. Una cosa inédita, pero que hoy tiene el timing correcto. Entonces tenemos que la gente dice "El presidente es malvado", que puede que lo sea, pero puede que a la gente se le olvide que esos mismos diputados también tienen responsabilidad en la merma a la democracia por parte del decreto 743. Todos los diputados tuvieron responsabilidad, aunque después se resarcieran, se retractaran, lo que sea (con movidas políticas extrañas): el decreto pasó como una propuesta de la derecha y se aprobó sin votos en contra.

Pero tampoco estoy eximiendo al presidente, que parece que quiere convertir a El Salvador en un régimen presidencialista (quizá lo único que comparte con lo que se conoce como otros regímenes de izquierda). No. Pero vimos que el presidente ha usado su poder de veto, que lo sabe usar, que lo puede usar y que lo habría podido usar y no lo hizo para el decreto 743. Y que además, aún cuando lo usa y quizás personas como yo, los fumadores y otros podemos estar de acuerdo en que la Ley es demasiado prohibitiva, nos da un argumento que no esperamos "que afecta los intereses económicos", obvio que no son los intereses ni siquiera de los grupos económicos nacionales (Ah... pobre tabacalera Morazán... ya ni los Delta se hacen en El Salvador). Y eso también nos molesta. Y entonces pienso ¿reformar o vetar la ley? Y entonces quizás este argumento económico haya sido el que pesó más.

Seguro se necesita una Ley Anti-tabaco, no estoy en contra que se legisle, pero quizás una distinta. Hay gente adicta. No podemos decirles que dejen de fumar de un día para otro. Y por otro lado, parece una cacería de brujas a los fumadores, en un país donde hay 11 homicidios diarios.

La ley está aprobada en El Salvador. Los ganadores de todo esto:  los no-fumadores y la imagen de los diputados héroes. Y yo me sentiré privilegiada en México, si no se modifica: cada mañana que me despierte y sienta el olor de vecino fumando, lo veré como un acto totalmente contestatario y ya no me molestará tanto...



También lea esto de la Virjinia.

Gracias a Jerry H, nos deja este otro link de la Ley

jueves, 30 de junio de 2011

Lo público y lo romántico -análisis no serio después ver demasiadas comedias románticas

[Otra de esas entradas de ocio que no había hecho pero que había pensado hace mucho y que seguramente no dice lo que quería decir cuando la pensé la primera vez]

Pues soy fan de las comedias románticas. Pero después de ver demasiadas uno empieza a observar patrones. Uno clave es que en toda comedia romántica el héroe y heroína se ven envueltos en una situación -muchas veces vergonzosa- que implica que hablen de manera pública de sus sentimientos. Uno de mis favoritos es el beso de "Never been kissed" y el karaoke de "How to loose a guy in ten days".

Eso me deja pensando.

*Piensa*


¿Es algo normal o es propio de las comedias románticas? ¿En qué momento la realidad imita al arte y viceversa?. A los pocos días de llegar a México recuerdo haber visto un carro lleno de post-its y globos como demostración de afecto. Me estresa el 14 de febrero y sus osos de peluche y demás demostraciones de afecto. ¿Todos necesitamos esa gran escena propia de comedia romántica en la que la gente grite al unísono un "awwww" y aplauda para saber qué sentimos?

Quizá. Quizá el amor sea de las cosas más públicas y sea socialmente aceptada por eso. Y quizás, por eso no me gusta.

Eso me deja pensando, de nuevo.

¿Es menos amor el amor que no se dice que el amor que sí se dice? Incluso ¿es necesario que la persona "amada" lo sepa para que sea más amor o menos amor?. Es que he oído esas cosas de "Tenía que decírselo", incluso hay gente "tenía que decírmelo" aunque de antemano tuvieran ya la respuesta o los tenían que decírmelos vinieron de manera bastante anacrónica e inútil. Yo quizás he optado por callarme más de alguna declaración, pues uno sabe cuando no es correspondido. Hay una cultura bien de web 2.0. de tener que decir todo.

Eso me deja pensando.

Por eso haré una declaración amorosa por estos medios.


Jiji, no es cierto.

domingo, 19 de junio de 2011

El tiempo relativo

Hace poco cambié de teléfono celular. No es un smartphone, sino simplemente un teléfono con el que puedo leer los sms en una sola pantalla y que me permite poner tildes y emoticones. Algo sencillo y es Nokia de largo aguante. De segundo uso, heredado de una guapa salvadoreña que solía vivir por estos rumbos del DF.

Mi anterior celular era uno que compré justo cuando vine a México. "Deme el más barato" dije y me dieron un Motorola noséquécosa y ya. El teléfono siempre funcionó. Pero el reloj se empezó a descomponer. El reloj se empezó a atrasar. Siempre se atrasaba y se atrasaba cada vez más.

Me puse a pensar en que mientras yo tenía un reloj que iba contando el tiempo más lento yo no me daba cuenta que el tiempo real era más rápido. El tiempo es una cosa relativa. Es decir mientras yo veía el reloj, sólo ése del celular, no me daba cuenta que mi tiempo era simplemente más corto. Porque se atrasaba digamos 5 minutos en una semana. Pero ¿dónde se me iban esos 5 minutos imperceptibles?.  Pues ni me daba cuenta. Pero si me hubiera regido mi vida completa a un reloj que pierde 5 minutos cada semana, significaría que habría de haber ganado 5 minutos de vida y ocuparlos que sé yo, en ocio. 20 minutos en un mes. Saquen la calculadora, pero eso es mucho en un año. Y luego podría ser mucho en una vida.

Pero hay algo que me acongoja. Y es que uno pueda no sentir el tiempo. Y tener relojes que le dicen a uno que puede ir más lento que los demás y no darse cuenta. Uno entonces viviría siempre en los ayeres.

A veces pienso cosas estúpidas -bueno más bien muy seguido-. Veía un anime el otro día y veía que habían varios soles y me puse a pensar cómo esa gente, con dos soles, definiría su "día", su tiempo. Como el señor astro sol ha regido el que contabilicemos el tiempo en este nuestro mundo. Porque lo cierto es que sin eso, a saber qué evento más o menos constante hubiéramos tomado para medir el tiempo (hoy se usa el tiempo atómico noséqué porque es más estable que la rotación de la tierra, la cual dicen que después de tanto tsunami ya es más rápida, pero lo cierto es que tampoco es un evento completamente estable). La verdad es que tenemos una idea relativa al tiempo a un evento que no es absoluto. Y eso me da dos cosas. Una: miedo. Y la otra: libertad para medir mis tiempos.

Entonces a veces uno puede contabilizar el tiempo como eventos estables de su vida. Entonces los tiempos se mide como "cada vez que me pongo a estudiar" -esperaríamos que fuera de las cosas más estables de mi vida; "cada vez que escribo un tuit" -quisiéramos que fuera una medida de tiempo más grande que la anterior y otras maneras subjetivas e infinitas de medir el tiempo. Un desorden, pero válido.

Y pienso sobre el tiempo y me cuento las canas.

Son más de 10.

Y pienso que el tiempo tan relativo quizás no es.

jueves, 16 de junio de 2011

El ejercicio de seguir

He tenido abandonado este espacio de manera intencional. No he podido. He escrito sobre la muerte de Rafa aquí y acá, pero no lo había querido encarar en este espacio. Mi propio espacio. No había podido. En este espacio conocí a Rafael Menjívar Ochoa y escribir acá muchas veces me da la impresión que él siempre podría venir a comentar. Ay tantas cosas: tantos trolls, tantas historias, que ollas de frijoles, que bailes de la macarena, se pueden leer en los comentarios en mi blog y de todos los de La Casa. Todo eso que sólo es un pequeño reflejo de todo lo que fuimos como La Casa.

El martes pasado -mismo día en que presente mi proyecto doctoral de tesis- se presentó la Antología "Memorias de la Casa", de muchos de los participantes del taller. Estuve ahí vía skype. Algunos mencionaron que era la primera vez que se veían así todos, desde el velorio de Rafa. Yo sonreí, no pude estar en el velorio por la distancia y por el poco desarrollo tecnológico de nuestros días que no ha podido establecer ya la teletransportación como medio cotidiano de transporte. Pero estar ahí en skype con todos, platicar con algunos después de la presentación, oírlos leer sus poemas, muchos los reconocía de cuando los habían leído quizá en el taller, fue muy bonito. Me dio esa sensación de estar y haber estado con ellos. Aunque no lo he visto, hay un libro que se abre y se lee y tiene vida y que debe oler a los Planes de Renderos. Me da la impresión que cuando lo tenga en mis manos, lo abriré y empezará a oírse el bullicio de todos, las risas y los chistes. Así me lo imagino.

Fue algo emotivo para mí. Pero no fue triste. Me di cuenta que recordar no tiene que ser triste. Para nada. Y que todos vamos a seguir y vamos a seguir "el proyecto" que no es un taller literario ni una manera particular de escribir ni nada de secreto (como diría Kung Fu Panda: el secreto es que no hay secreto). Pero no se los puedo explicar, a lo mejor cuando llegue y coma pan dulce con Coca-Cola light con alguno de los del taller, podríamos ponernos a explicar. Pero a mi no me llegan las palabras. Y no creo que se necesiten. Por lo menos no demasiado. A veces en todo esto de escribir, hay que saber hasta cuando sirven las palabras y hasta cuando nos dicen algo importante.

Desde el 27 de abril, cuando sentada en mi cama, no sabía si podía pararme, ha pasado ya mucho. Sigo y sigo. A veces como inercia. Como si la vida nos llevara en esa inercia de seguir, para bien y para mal. Y la muerte, como siempre, me deja los recuerdos, recordándome que la gente que tengo a mi lado no es para siempre. Pero que soy privilegiada por esos momentos en que nuestras vidas se juntaron.

Y hay que seguir, en este blog, y en todo.



lunes, 6 de junio de 2011

Memorias de la Casa 2002-2010

Mañana se presenta una antología muy especial para mí. Estoy muy emocionada por estar junto a todos mis compañeros de la Casa del Escritor en un libro como homenaje a Rafael Menjívar Ochoa, el que ideó el proyecto del taller literario y al que todos le debemos mucho. Dejo la información aquí abajito. Yo no puedo ir, porque el evento  es en El Salvador y yo sigo por el bien querido Distrito Federal mexicano.  Pero intentaremos tener conexión por skype... a ver qué tal funciona.





domingo, 1 de mayo de 2011

Se me acaban los brazos


Se me acaban los brazos
y no puedo caminar sin ellos.

Se me acaban
y no puedo llorar

no es cosa sencilla el llanto:
se necesita equilibrio
postura
y extremidades largas
como raíces.

Se me acaban los brazos
como ríos
viejos.


Me faltan brazos.
Faltan.

jueves, 21 de abril de 2011

¿Economista?

Hace más de cuatro (¡cuatro!) años me gradué de la licenciatura. "Licenciada en Economía".

Tengo una licencia en una ciencia. Primero no entiendo muy bien ese concepto. Y segundo la ciencia esa en la que estoy licenciada se me hace ya bastante ajena.

Me puse a hacer un ejercicio mental, que debiera ser como la tablas de multiplicar para cualquier economista. ¿Si sube la tasa de interés, cómo se desplazan las curvas IS-LM?. Y no supe qué contestar. Supuse por un momento que me acordaba que LM era la del mercado monetario y que se debía mover. Pero que en la IS estaba la inversión (si mal no recuerdo). El problema no es la respuesta, que puede o no puede ser. Es mi poca certeza de una ciencia que pasé estudiando más de cinco años.

Y sí, la economía es mucho más que el modelo IS-LM. Y me recuerdo de cosas así como "los mercados se vacían", querido Walras. Y digo con mucha certeza "ceteris paribus". También puedo decir "En el largo plazo estaremos todos muertos", querido Keynes. Pero ya no me siento economista. Por más que quiero ya no pienso así.

No sé si alguna vez lo pensé. Fui mil veces (bueno no mil) instructora de Microeconomía, y puedo hablar sin equivocarme de las preferencias. También sé más o menos cómo se ven las curvas de costos. Pero ya no me acuerdo para que me servía todo eso.

Eso. Quisiera saber porqué estudié economía. Ya no me acuerdo. Porque la tasa de interés no me dice mucho, quizás a veces la de inflación. No, nunca fui financiera y nunca supe que significa el NASDAQ con certeza. Pero ceteris paribus, soy economista porque tengo un título. Y a veces uno dice a lo Say "Toda oferta crea su propia demanda". ¿Para qué me quieren, como economista? Demanden (me).

viernes, 15 de abril de 2011

La violencia infantil

Cuando uno dice violencia infantil parece que hablaremos de la violencia que infrigen los adultos contra los niños. Eso no es violencia infantil, porque no les pertenece. Uno se imagina que los niños no son violentos. Que la violencia no les pertenece y quizás así debiera ser.

Coyoacán tiene la característica de que abundan los niños como vendedores ambulantes. Estos niños te venden chicles, flores, muñequitas, duvalines y demás cosas que se pueden comprar con las moneditas que a uno le sobra. Como novata, recién llegada empecé a comprar. Una vez, después de comprarle como cuatro niñas, una niña me exigía que le comprara y se puso a llorar, en plan de chantaje total. Me sentí como rara ante eso. Y muy sacada de onda de cómo estos niños empiezan a decirte "deme que yo no tengo nada y usted sí" "que me duele la panza de no comer". Es terrible. Porque la verdad es que uno está en Coyoacán tomándose una cerveza o un café que se vuelve bastante amargo.

Después de lo de la niña me puse un poco más fuerte en eso de comprarles cosas. Hace poco estábamos con unos amigos en un bar. Coyoacán, para los que no conocer su centro histórico, tiene las mesas así como en la calle y en la pasada -digan como el cafecito ése que está a la par de Centro Tecleño en Santa Tecla en El Salvador. Entonces estábamos ahí. Después de sin exagerar más de diez niños que nos habían pedido, llegó un niño y me dijo "deme una alita". Agarré una servilleta y le di dos alitas. No podía negarle comida. No me parecía. Pero después tuve una pequeña multitud de infantes pidiéndome alitas, que obviamente no me alcanzaban las alitas para darles a todos.

Empecé a decirles que no me alcanzaba, les daba explicaciones, porque pues ellos no eran diferentes al niño que sí le di alitas y toda la situación se me hacía bastante injusta. Y mientras daba explicaciones y otro niño se quería llevar el bote de Nestea de una amiga, sentí unos arañazos en las piernas. Con estos calores he andado en faldas y pues el arañazo se sintió perfectamente. Me quedé así como buscando entre los niños quien podría haber sido de todos. Luego sentí nuevamente y le dije "No me aruñés", claro que no me entendió, porque hablé en total salvadoreño, aquí no se aruña, se araña. Y ya enojada le dije que no, y ella me decía que ella no tenía nada que comer y que yo sí. Luego me jaló el pelo. Una amiga entonces intervino y como buena madre calló a todos los niños y me dijo que ya no les explicara nada. Yo asentí. Pero estaba bien sacada de onda. Seguimos departiendo. Los niños siguieron llegando. Otro niño, que vendía alguna artesanía, le dijo a la amiga del Nestea "Puta perra", cuando ella se negó en comprarle lo que vendía.

Todo me dejó pensando en los niños. No tendrían ni siete años. Pensé en las maras y cómo los niños se integran a los diez años. He pensado en esa imagen que hasta puede resultar graciosa de una niña golpeándome, yo que no soy pequeña y para nada delgada. Pienso en lo infantil de la violencia. Esa violencia que les pertenece a los niños, que ya es cotidiana, que les es necesaria, que les resuelve algunas cosas. Y quizá la imagen es extraña, pero es real.

lunes, 4 de abril de 2011

Rafa y la distancia y lo que puedo hacer

Desde hace un par de semanas me han pasado cosas de las que no he hablado. Yo no he hablado de lo que se siente que alguien que querés mucho esté enfermo. Y que además esté lejos. Más bien, que uno esté lejos. Porque las distancias parecen medirse desde quién debería moverse.

Es lo peor. Una gran impotencia. Yo no puedo llegar y apoyar a mis amigos y a la gente que quiero y que quiere también a Rafa.

Estar lejos es esto: no tener con quien compartir un abrazo. Ni siquiera que me entienda cómo quiero a Rafa ni por qué lo quiero tanto. Nadie, por más que le explique, que lo conocí en el Taller Literario de La Casa del Escritor, podría con esa fría descripción saber algo.

Porque para mí Rafael Menjívar Ochoa, no es sólo el gran escritor que es. De esa novela que me encanta Trece, ni de esa otra Cualquier Forma de Morir. Para mí no es sólo quien me dijo cuando le mandé mis textos que me hacía falta dos cosas "técnica y más técnica". No es sólo eso. Pero nadie lo puede entender y yo mucho menos explicar. Pero ahí están esas cosas, que son más fáciles de contar, enumerar y que dan cuenta que Rafael es un elemento importante en la literatura salvadoreña, por su obra y por su labor de dar acompañamiento.

Porque Rafa no es mi maestro, no es mi profesor, no soy su discípula ni soy su aprendiz. Creo que siempre nos ha tratado como iguales. Como "Iguales en diferentes momentos del proceso de ser escritor", nos dijo más de alguna vez. Incluso me hizo ver cómo compañeros míos, mucho más jóvenes, me sacaban ventaja en esto de escribir.

Yo no puedo hacer mucho, desde lejos. Sólo puedo decirles otra vez que hay una página en facebook, donde se pueden enterar de las diferentes actividades que se están haciendo -y que además están buenas: lecturas, conciertos y más. Además puedo decirles de nuevo que hay una cuenta en un banco y que hay libros, muy buenos, que pueden comprar.

Porque Rafa, mi amigo, lo necesita.

Aquí los datos.



viernes, 1 de abril de 2011

Rafa

Les doy el comunicado oficial de la familia de mi querido amigo Rafael Menjívar Ochoa

Den clic y se lee más grande.


martes, 8 de marzo de 2011

¿El día de la mujer?

Cuando salgo a la esquina y veo que en un restaurante hay oferta por "El día de la mujer" y hay una promoción para celebrarlo, siento que hemos ganado un día de la madre más y perdido una lucha.

Terrible es cuando los discursos de la luchas se vuelven parte del marketing y el consumo. El listón morado y el orgullo por tener vagina como una celebración de muchachas solteras en las discotecas. ¡Feliz día de la mujer! Porque en lo efímero de la fiesta se ha perdido una revindicación y la conmemoración de la desigualdades entre hombres y mujeres.

¿Cuánto más nos dejaremos quitar?

lunes, 7 de marzo de 2011

Onírico

I

Una gota cae sobre un lago en el que uno se refleja. Una gota y hace ondas. Y el reflejo se pierde. Ay, Narciso, ay.


II

La gota ya no es gota. Es una pieza de un rompecabeza. Pero cae con fuerza. Es la última pieza pero en lugar de armarlo, lo bota.


III

El rompecabeza es ahora un espejo, ya que lo armo. Un espejo en el que mi reflejo no me gusta. Escena de telenovela: lo tiro dramáticamente.


IV

Después de un rato, tomo una de las piezas del espejo roto. Sirve para depilarme las cejas.




...


Qué cosa.

martes, 22 de febrero de 2011

Twitteratura #NOT

¿Pueden existir los libros sin editores? ¿Cuál sería la diferencia entre la twitteratura y la auto-publicación y los poetas que venden sus poemas en Coyoacán?

A lo mejor soy muy purista. Demasiado. Me divierto en tuiter (tengo más de 15,000 tuits que a ninguno calificaría de twitteratura). Me parece un gran fenómeno social, cultural, ingenioso. Hay tuiteros muy muy ingeniosos. Me entretienen. Otros me informan. A lo mejor alguien puede tomar el escribir cortos de 140 caracteres como un ejercicio de escritura, como Sabines hablaba de su escritura de sombra, esa que hacía diariamente para ejercitarse. Puede ser. Puede ser que funcione. La microficción puede ser interesante. Como un primer inicio, como parte de un proceso. Si tuviera más garantía.

Me preocupa la ausencia del proceso editorial. Y sí, podemos criticar los procesos editoriales actuales, no son perfectos, quizá. A lo mejor. Pero en twitter, como en casi toda herramienta de auto-publicación como este blog -este justo que está leyendo- no tiene más control de calidad que su propio autor. ¿Quién corrige? ¿Quién publica? Esta falsa democracia literaria con la única regla de 140 caracteres me parecería más cercana a una anarquía. ¿Y si usted, estimado twitterato, se equivoca de preposición quién lo corrige? ¿No querría alguien tener algo más que su propio criterio sobre la calidad de sus escritos, algo más que dar clic en el botón "tweet"?.

De la red han salido cosas lindas como Justin Bieber, a puro clamor del pueblo, la democracia de las ventas. ¿Validará una estrellita del pueblo puesta a un tuit que lo llamemos literatura? A mi me quedan muchas dudas.

Yo seguiré buscando a literatura donde siempre la he encontrado: en los libros. A lo mejor luego me trague mis palabras, pero ahí está la labor de los twitteratos, convencer como lo han hecho siempre los escritores: con calidad.

sábado, 12 de febrero de 2011

De Tokio Blues

Siempre me han dado mala espina los best-sellers de autores que están vivos. Un poco de desconfianza. El pequeño pepegrillo-hipster que llevamos dentro dice algo cuando uno está en la librería y uno ve demasiado de un mismo autor que no sea un ya clásico.

Pues es inevitable. Y es que en el mundo de lo popular que enaltece a Shakira que está loca por su tigre, confiar en los gustos populares es bien difícil.

Pero Tokio Blues llegó a mis manos. Me lo leí en medio de buses y de filas y de calles en México DF.  Un gran compañero. Un narrador que cae bien. Un mundo ajeno en mis manos, en una ciudad ya no tan ajena. Así viví Tokio Blues.

Alguien me dijo que sólo hay tres grandes temas: la locura, la muerte y el amor. Tokio Blues los tiene todos. El suicidio es el eje principal, pero sobre todo otra visión de la muerte. Una muerte que está ahí. Que existe. Se nombra, con nombre y apellido. La gente se muere y además la gente se mata. Pero la gente es sexual y está en relación con los otros.

El protagonista Toru Watanabe es alguien que desde su adultez narra su juventud en los años 60's en Japón. Se pueden ver todas sus transiciones -no puedo evitar siempre observar estas cosas, ustedes disculparán: dejar su  casa, empezar la universidad, trabajar, iniciar su vida sexual, vivir solo y, como extraño contexto, la muerte de su mejor amigo.

Toru entonces es el gran oyente de las historias. Los diálogos son lossegundos narradores de las historias del resto de personajes. Un Watanabe que se limita a decir un "Entiendo", "Continúa". Entonces los personajes, sobre todo femeninos, le quitan la batuta. Hablan mucho, se describen, dicen cómo son y qué cosas les gustan abiertamente. Cuando Watanabe tiene la batuta, cuando es un narrador, entonces es el detalle el que acompaña la historia. El detalle es sobre todo gastronómico (qué comen y cómo comen), musical (qué escuchan) y literario (qué libro está leyendo).

El libro me gustó mucho. Me parece que está bien armado. No pretende ser "la" novela ni buscar giros extraños ni totalmente sorprendentes. Es una historia bien armada y contada. Hay una película. La quiero ver, porque realmente quiero oir el soundtrack.

Por lo pronto, el jueves salió a la venta en México el 1q84, cuyo ejemplar ya está en mi escritorio, esperando su turno.

martes, 8 de febrero de 2011

De San Valentín, comerciales y ser la misma

Pues resulta que siento que vivo en ningún lugar.

Sí.

Así.

Normalmente, por estas fechas me quejaba porque ponían un pinche corazón en todos lados y uno sabía que la publicidad y el marketing hacían que San Valentín -que fue un santo que fue quemado- se le asocie a un querubín con alas, en todo caso proveniente de la cultura griega: Cúpido. El sincretismo de nuestra era. Segurito que ya pronto veremos a Buda y al comercio justo celebrando el día del amor y la amistad (que debe ser una causa justa y salva tortuguitas).

Pero pues vivo, digamos, en mi mundo. Que no es ninguno. Vivo en un departamento normal, en una unidad de edificios normales. Tengo tele, que no veo, porque no tuve tele mucho tiempo. Por el contrario yo escojo mis mercancías culturales que consumo. No me atengo a los horarios y muchos menos veo comerciales. Este finde hubo un puente y aproveché de ir al cine. En el cine vi "Comerciales", tenía mucho mucho tiempo de no verlos. Vi un anuncio de un Renault que tiene responsabilidad social, yo me reí, mucho mucho. En serio. Estaba tan desacostumbrada a la publicidad que se me hacía una jalada que nadie más se estuviera riendo de lo falsísimo de lo que decían. Y me carcajeé y la señora del lado se me quedó viendo feo.

Así es, vivo en mi pequeña burbujita. En los buses leo. Presto poca atención a menos que el Papa-americano, o como sea asalte a decibles inesperados en mi trayecto. Estoy pero no estoy en contacto con muchas cosas. Y eso es bueno supongo. Porque noticias al instante no me faltan, estoy ya casi aburrida de algunas noticias cuando apenas se dan cuenta los demás (las (des)ventajas del tuiter).

Y ahí voy, me siento siempre extranjera. Pero una extranjera que se esconde un poco de la bulla y demás. Ahí detrás de un libro, viendo a veces a la gente, pensando en qué hará de tesis, podrá ver a una Ana caminando el mismo camino casi todos los días y entonces a veces, cuando ando por la Avenida Universidad tengo un flashback de cuando regresaba del colegio en San Salvador, de ir en la Calle al Volcán. Pienso que detrás quizás del Walmart o de Hermanos Vásquez va salir a veces un señor Volcán de San Salvador, porque veo unas montañas así, a lo lejos azulitas y celestes.

Y recuerdo entonces las veces que me quedé en la 30-B hasta la siguiente parada porque por ir leyendo no me bajaba en la que me tocaba.

Al final soy la misma. Y creo que me pone extrañamente feliz.


sábado, 5 de febrero de 2011

De salirse de la zona de confort porque se puede, en cinco minutos

El otro día me preguntaba porqué uno es un autómata constantemente. Uno se levanta todos los días y tiene rutinas que dan comodidad. Pero cada vez pensamos menos. ¿Qué tal si mañana me levanto y nomás porque me da la gana me pongo 5 minutos a ver en la ventana los árboles? Nadie se va dar cuenta. Y yo me voy a sentir bien.

Y que tal si salirse de la rutina, no significa solamente que yo me voy a sentir mejor, si no que realmente implica cambios sutiles, pero significativos. No, no hablo de consumir productos orgánicos -que son excesivamente caros- si no hacer las cosas diferentes porque se puede.

No. No estoy llamando a una revolución. Porque hace tiempo dejé de creer en ellas.

Tampoco a un movimiento mundial de algo. *inserte aquí un hashtag para tuiter*

Tampoco sé muy bien qué podría significar.

Digo, es que a veces, me atrapan las rutinas de todo. Y creo que a todos. Todo tiene horario y fecha en el calendario, canario. Y parece que ese "free will" no existe. Para nada.

Un día, cinco minutos, deje de pensar en sus deudas, de sus tareas, de sus tesis, de sus crisis existenciales-porque-no-sabe-que-quiere-de-la-vida.

Son cinco minutos, la vida es eterna en cinco minutos.

Dése cinco minutos.

Yo voy a intentarlo.

domingo, 23 de enero de 2011

Los cuatro graves errores de Death Note o cómo destrozar una buena historia

"No, no siempre fui otaku".

Me pongo a hablar de esta serie, porque me ha entusiasmado. Pero encuentro cuatro grandes errores. Podría haber sido una serie Épica, así en mayúsculas. Y echaron todo por la borda.

*SPOILERS ALERT*

Primero lo primero. ¿Qué es Death Note?. Es un cuaderno. De la muerte. Ajá. La historia inverosímil de todo anime. El cuaderno de la muerte tiene la capacidad de matar. El que escribe en el cuaderno puede anotar el nombre y pensar en la persona que quiere matar y ésta muere, básicamente de un ataque al corazón, a menos que se detalle lo contrario. Los Death Notes son originarios del mundo Shinigami, donde esta raza de seres puede aumentar su esperanza de vida tomando la de los humanos. Si no les gusta mi definición, puede ir a la bien amada wiki.

La diferencia con cualquier otro anime, el protagonista que en la tradición debería de ser un héroe que lucha por la justicia y tiene valores, es llevado al extremo. El Death Note de Ryuk, el Shinigami que estaba aburrido e intenta desaburrirse tirando su cuaderno al mundo humano, es tomado por Light. Light un ser correcto, que cree en la humanidad, decide pues empezar a hacer justicia por su propia mano y convertirse en el Dios del nuevo mundo. Un argumento bastante controversial. Sobre todo porque Light tiene por ahí sus 16 años. Pero esto de las transiciones a la juventud y adultez en los animes, es algo que quiero hablar después (ja, ja, ja).

El protagonista mata, pero sólo a los malos -estilo Dexter, si quieren.  Los "malos" empiezan a morir de manera misteriosa lo cual llama la atención del incógnito detective "L", quien trata de atrapar a Kira, nombre que la gente le da al asesino de los delincuentes.

La serie pues se basa en la manera en que "L" y Kira pasan retándose entre ellos y dos nociones de "justicia" que pelean entre sí  ¿Qué tan malo es alguien que mata a los que matan? ¿Es el ser humano capaz de ser un dios que juzga?. Kira se mueve, "L" lo sigue. Cada quien busca destruirse.  Incluso mucho de las escenas sólo son pensamientos de sobre lo que piensa el otro y tratarse de adelantar a sus pasos. Poco importa en realidad la imagen que estamos viendo. Importa el juego. Es una serie poco visual, en este sentido. La tensión se mantiene. Eso que cuando termina un capítulo, uno hace expresión de señora viendo la novela "ihhhh". Pero siempre hay una mosca en la sopa. O varias pues.


Misa Amane
1. ¿Donde están las mujeres? Misa y su potencial echado por la borda.
Misa es otra poseedora de un Death Note. Podría haber sido una contraparte contra Kira bastante interesante. Pero en lugar de eso, enamorada de Light, hace todo lo que Light le dice -quien la manipula por sus afectos. A pesar de esto, si Misa hubiese ocupado el poder que le da su Death Note, para lograr no caer en las manipulaciones, sino tener algún tipo de juego de poderes hubiera sido bien bonito. Lo peor, es que en cada capítulo que avanza se vuelve más y más plana. Cada vez más tonta y cada vez más rubia.  Incluso empieza a salir en trajecitos y con más contenido sexual.  En general, en este anime no hay un personaje femenino que dé la contraparte, y es que pues es algo que adolecen mucho algunos animes, pero ver uno tan actual (la serie salió en 2007) y tan machista, da miedo.

Hay otro personaje mujer que casi desenmascara a Kira, pero la mata, de la manera más fácil. Es una ex-investigadora del FBI, que ha dejado su puesto para ser la prometida de otro investigador del FBI. En serio, la serie cae en lo más machista, cuando el futuro esposo -aun vivo- la calla y le dice que se olvide de ser investigadora porque hoy debe concentrarse en ser esposa.

La hermana de Light, no deja de ser utilizada como una víctima, secuestrada y esas cosas. Esto después de haber sido la hermanita molesta -¿en serio las japonesas hablan en ese tono tan agudo?.

2. Matar a antagónico.
"L"
Matar a "L". Un personaje que incluía una manera de hablar, de vestir, de hablar. Un "L" excéntrico, con maneras extrañas, con pocos modales. Con además un arsenal tecnológico, que resulta ser bastante secundario. Con la muerte de "L" se intenta sustituirlo con personajes que tienen características de éste pero que no logran entre todos hacer un "L" (tienen actitudes de comer dulces, o medio infantiles).
Además, personalmente siempre pensé que "L" era superior a Kira. Y fue decepcionante verlo morir. Parece una victoria bastante mala. Ni Seiya rogando por la armadura de Sagitario en los caballeros de Zodíaco fue tan chafa.
Luego se intenta mejorar todo con la mención de Norteamérica (para mí es Estados Unidos), lo cual, en lo particular no me emociona. Esto intenta darle un giro, un nuevo respiro. Pero no lo logra.

3. Desarmar al protagónico.
Después de matar a "L", Kira se vuelve tonto. Se equivoca. Cae más fácilmente de lo que alguna vez hubiese hecho con "L". Con quien estuvo cerquísima. Sin equivocarse. Sin "L" y sin Kira. La serie cae. Mucho. Los giros ya no me hacían decir "qué ingenioso", sino "qué weba, cuándo va acabar". Ni siquiera un nuevo dueño del cuaderno parece emocionar. Nada. Nada.

4. Animación y música mala.
Los muñequitos cuadrados se vuelven más evidentes desde la muerte de "L", y luego la música seudo-pesada, con frases en inglés es insoportable. Y es que, como dije, la serie se mantenía con pura tensión, y al caerse tensión, lo malo sale a flote. La segunda entrada es todavía peor que la primera. Los cierres malos. Los ringtones de lo teléfonos de los personajes que son la primera entrada -como si fuera una cosa linda de oír. Luego hasta ponen a cantar cursimente a la Misa. Mal, todo mal. Acostumbrada al  "Original Sountrack" como el de Lost Canvas y el de FullMetal Alchemist -Brotherhood, esta serie me queda debiendo. Por mucho.

Creo que es una gran historia. Parece que hay películas y diezmil spin-off's de esta serie. Yo me quedo hasta el capítulo 25, viendo a L morir con, ironías aparte, poca justicia.

jueves, 13 de enero de 2011

Silencios

El 16 de enero se cumplen 19 años de los Acuerdos de Paz. Hay toda una generación adulta de post-guerra.




Yo hablo mucho.

Pero quizás no tanto.

Una cosa es tantas palabras. Palabras cotidianas.

Otra cosa es contarles qué me duele, qué me pasa y qué me importa.

A veces este blog es un ejercicio de hipocresía.

Como todo.

Como levantarse y salir a caminar. Saludar a la gente. Nomás para esperar el ¿cómo estás? Y decir "Bien".

Pero a veces no estoy bien. O sí. Quizás. Todo es un gris. Uno es.

Así. Con su historia. Esa de la que no se habla porque no se podía hablar.

¿Se puede hablar?

No lo sé.

Me sigue dando miedo. Siento que hiero a la gente si hablo. Pero es mi historia.



Algún día, quizás.

Más que Acuerdos de Paz, uno necesita libertad. Libertad real. Aún no la siento. Y sigo callando.

Como siempre. Porque nací cuando no se hablaba. Cuando se inventaban nombres y causas de muerte. Y sigo repitiendo lo mismo. Como una cotidiana seguridad.

Nací, ya hace mucho tiempo.

Demasiado.

Pero parece que no crezco.

martes, 11 de enero de 2011

Y a fuerza de partir voy a saber lo que es volver, volver (III parte, final)

Post final.. los anteriores están aquí y acá


México D.F., a los 11 días de Enero de 2011.

A veces quisiera escribir cartas con fechas, a la vieja usanza. Uno lo abre y ahí está: tiempo y espacio para decir algo.

Pero no siempre es tan fácil.

Escribo desde mi cuarto en el Distrito Federal. Este es mi cuarto. El cuarto en San Salvador era mi cuarto, Pero ya no es mío. Tiene mi cama y mis muebles. Pero todo lo que soy está más cómodo en este cuarto de por acá. En esta ciudad donde hace frío.

Debo contar como terminé de llegar a El Salvador, aunque yo ya estoy en México. A esta carta, pues, no sabría como ponerle lugar y fecha. Es anacrónica y está en espacios diferentes.



*Pausa de suspenso*



Empezaré por decir que los buses galgos son muy grises. Que Cindy nunca fue mi compañera de asiento. Porque resultó que había un galgos espacial a Guatemala. Nunca le dije buen viaje. Estos viajes están llenos de saludos y de no saludos.

La frontera está bien cerquita de Tapachula. En mi pequeño viaje, encendí mi reproductor de mp3 de 1GB sonó Dave Matthews Band y miraba los arbolitos por la ventana. Casi se me olvida de los infantes que venían atrás si no fuera porque movían mi asiento. El viaje será largo, pensé.

La frontera estaba tan cerca. Me bajé con mis documentos. Por primera vez usaría mi credencial. Antes el FM-3 , mi documento migratorio, era una libreta verde que parecía de los años 50's (y también mi foto tomada en el reconocido "Foto Flores"). Hoy es una credencial. La foto parece, según dice mi hermana, de una internada en siquiátrico. Yo digo que nomás me veo anémica. No sé porqué pero me emocionaba utilizar mi documento migratorio nuevo (soy tan ñoña, a veces, bueno, bien seguido).

En la filita me encontré a los hermanitos. Bien buena onda. Nos hicimos cherada. Luego llegó el nicaragüense. Y ellos fumaban y yo no. Y luego llegó un chico de Tabasco. Nos hicimos una "mara", pué. Haciendo los trámites y esas cosas.

Me fui al baño de la oficina de Galgos de la Frontera. Maravilloso cuando no sirven las chapas. La señora salió corriendo, porque cuando terminé ya no estaba. Yo quería por lo menos que supiera mi nombre si ya me conocía tan a fondo.

Nos subimos de nuevo al bus. El chico de Tabasco me preguntó que si no me quería pasar para adelante. El iba justo atrás de los hermanitos. Y pues pensé que era extraño aceptar ir a la par de un desconocido todo el viaje. Pero yo sabía que no iba a soportar a los infantes a mi alrededor. Y pues ahí estaban los otros y podía ser más divertido. Así que me cambié. Los asientos iban mucho más adelante que el que tenía. Eso también era un plus.

El viaje transcurrió. Oí música. Leí un par de cuentos de Kafka.

Se subió un señor a vender comida. Tenía precios en las tres monedas, no se cansaba de decir: dólar, peso y quetzal. El plato costaba: 40 pesos, 3 dólares o 20 quetzales. No eran grandes. Pero pues hacían su cometido.

Comimos.



Leí un poco más.

De repente, un olor. Un olor horrible inundó el bus. Pensé que a lo mejor era sólo un lugar por dónde pasábamos. No. Alguien omitió las indicaciones que nos dio la azafata más caderuda de la historia (cada vez que pasaba me golpeaba el hombro). La señora había dicho claramente que el baño era solo para orinar. Pero no.

Así que mi historia se detiene momentáneamente aquí, después de deternos en la gasolinera mientras la culpable limpiaba el baño.

6 horas de viaje. En ese estado.

Luego, llegar a El Salvador. A abrazar a mis queridos, con la pena que sentía que yo era toda una m***da andante. Pero me dijeron que sólo olía al cigarro de mis acompañantes.


***
En otras curiosidades, le pedí el celular prestado a la señora de mi encuentro bañístico en la frontera. Era salvadoreña y se puso a hablar y todos le caímos encima, porque el bus se atrasó 2 horas y media.





¿El regreso a México?

También tuvo sus cosas. Memorables. Como conocer a un indio (de la India) que reside en Canadá en Tapachula.Pero en esos regresos, siempre voy más triste.

martes, 4 de enero de 2011

Que veinte años no es nada (o cinco, o 27)

Le venimos manejando lo que vienen siendo los 27 años de edad. Pero además, este blog cumple 5 años.

Sí.

Un lustro.


*grillos*



Tengo una manía por hablar, gritar y por escribir.


¿Qué le vamos a hacer?


¿Celebro?

Pues sí. Como todo. Excusas para ser feliz.

No sé cuál es el objetivo más que exponerme a mi misma. Quizá. Todo empezó con un personaje anónimo -Aniuxa no era Ana Escoto. Para bien o para mal, eso cambió. Hoy escribimos en versión sintética, como trinidad cristiana. Pasé de ser tesista de estudiante de economista y trabajadora, a desempleada, a workaholic, a extranjera, a tesista de nuevo y a estudiante de nuevo. Todo en 5 años.


Para que no digan... dejaré algunos posts rescatables de estos 5 años, porque me gustan, porque les gustaron, porque comentaron... por cualquier cosa:


2010
Completar, completitud y complemento
Literatura es literatura
Romero esperando abril

2009
El Azteca, la derrota, las maras y un "Se busca"
Día de muertos
De las casualidades literarias - De Neftalí Coria a Mariano Brull
Semana de exámenes
Fuck San Valentín

2008
La familia, la propieda privada y... No, no era así.
Cosas que pasan
Se van porque no hay subtítulos

2007
El eneagrama
Des-amor-empleo
La hermosura y la gordura

2006
En-ojo no tan ajeno
Confusión
Anti-oda al útero

Gracias por leer, por estar. Me he ganado amigos, enemigos, trolls, mentadas de madres, cariños. El balance: positivo, aunque no sé hasta cuando seguiré escribiendo este volado. Pero ahí está.

sábado, 1 de enero de 2011

Ay, yo no olvido el año viejo

El 2010 fue ante todo, un año inesperado. Y eso se nota en que muchos de mis propósitos para ese año tenían que ver con mi regreso a El Salvador (que hubiera tenido que ser entre agosto y septiembre). Yo iba a regresar y tratar de insertarme en el mercado laboral salvadoreño.

Pero, no.

Me quedé en México.

Para empezar el doctorado.


La decisión la empecé a tomar por ahí de marzo. Que decidí aplicar. Fue raro. Yo tenía ganas de regresar. Extraño mucho vivir permanentemente en El Salvador. Pero al mismo tiempo sentía que no podía regresar. A lo mejor fue una maricada, a lo mejor soy cobarde, pero me quedé. Que me sigan pagando por estudiar e investigar, no tiene precio.

En el 2010, tuve una mascota. Nunca había tenido una, sólo mía -en la casa siempre hubo uno que otro animal-. La Púchica alegró mis días. Una gatita es una gran compañera para una tesista. Pero tuve que decirle abruptamente adiós.

En el 2010, además, dije muchísimas veces adiós. Demasiadas. Fue un año de muchas cosas emocionales. Comprender que la gente es pasajera, momentánea y que la soledad no es mala. Ser más independiente emocionalmente. Costó pero aquí estoy.

En este año, también, viví lo peor. Vivir de lejos que seres queridos estén en el hospital, que les roben, que tengan problemas y la gran impotencia que significa estar lejos de la gente que querés cuando están mal.

Hoy sí, la revisión de los propósitos del año pasado:

1. Graduarme de la maestría, sin atraso. Je. Me toca trabajar duro, para lo que ya ideé un plan mental.
No sólo me gradué sin atraso, me gradué casi antes. Porque básicamente me gradué y a los días empecé las clases del doctorado.

2. Dejar de tener planes mentales... es que suelo no escribir mucho de lo que se me ocurre, tomaré la buena costumbre de tener un lapicito y papel a la mano, siempre.

Lo que hoy tengo son ideas desperdigadas por todos lados y papelitos que nunca volví a leer. Este propósito fue inútil y un poco tonto.

3. Buscar trabajo. Volver a ser parte del EIR del capitalismo salvadoreño.
Este... No pues, no lo logré.

4. Ser más organizada, más ordenada y tratar de controlar mis despistes que ya me los puedo: olvidar cosas, fechas y demases.
Pues no. En la tesis me obligué a muchas cosas. Pero mi caos y desorden, tiene algo de especial, quiero creer. Pero sí creo que debo mejorar, sobre todo por la salud mental de la gente con quien vivo.

5. Rebajar. Me propongo regresar a El Salvador con el peso que me fui.
Bueno... pero no regresé. Y tampoco engordé. Fluctué entre dos kilos +- durante todo el año.

6. Ahorrar. Mucho. Mucho. Se me viene una epoca futura de desempleadez para la cual debo estar preparada.

Jajajaja. No ahorré. Incluso el 2010 ha sido de mis peores años en términos económicos. Pero bueno, no soy desempleada, soy estudiante.

7. Ponerme a escribir. Dejarme de mariconadas, que no me gusta lo que escribo -y es que para variar estoy cambiando de estilo y forma- y sacar lo que tengo. Dejar la adolescencia escritorial de lado y sentirme agusto con la que me estoy convirtiendo. Y es que debo aprenderme a escuchar mejor.

Sí escribí. Terminé un proyecto. Empecé otro. Hoy tengo que terminar ese.

8. Disfrutar México, lo poco que me queda de estar allá.
Sí disfruté México, aunque me quedá mucho de estar allá :D Fui dos veces a la playa. Y fui a conciertos que nunca pensé ir: Charly García, Joaquín Sabina, Arcade Fire y Fito Paéz. Además empecé a tener más amigos mexicanos -proceso se asimilación FTW- y creo que me abrí un poco más a la cultura mexicana, a su gente y aprender que de alguna manera esa gran ciudad es también mi hogar.

9. Ser más inteligente que mis impulsos, el clásico, ya. Y es que este año nos fue como el cangrejo. El estrés hace que impulsos ganen.
Creo que me enojé mucho. Dejé muchas relaciones conflictivas. Desaprendí un montón de jueguitos mentales que me había hecho desde hace muchos años. Y creo que soy un poco más feliz.

Y eso es todo. El 2011 parece ser un año lleno de trabajo, pero es lo que nos gusta. Saludos, mara.
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