Cosas raras me pasan estando en el extranjero.
Hace un par de meses recibía un correo de Vladimir Amaya me mandaba un correo para incluirme en una Antología que él preparaba. Me imaginaba a alguien con semejante idea, pero no me imaginaba a alguien ejecutándola con su propio presupuesto.
Yo estoy lejos. Y sólo dije sí. Que me sentía honrada. Sobretodo porque conozco el trabajo de Vladimir.
Luego me mandaba otro correo diciendo que todo estaba listo. Luego otro diciendome que con quién me dejaba el ejemplar (gracias Herberth por guardármelo).
Y pues presentaciones lejos, con invitaciones, y todo lo demás. Y yo lejos de todo eso. Leyendo posts sobre la Antología (como éste y éste) . Y yo sin ni siquiera tenerla en mis manos. Sólo sabía que era un librito Negro.
Hoy lo tengo en mis manos (más bien desde el sábado). Y ha sido un "Mucho Gusto". Pues la verdad no conozco a muchos de "mis compañeros". Que quizás somos una generación, quizás. Pero me sentí con cierto sabor semi-amargo por no conocer a muchos. A muchos también los conozco, a algunos demasiado como a mis compañeros de la Casa del Escritor y releerlos en letra Garamond (si mi memoria fontística no se equivoca) ha sido un gusto. Aún no termino de leer la Antología (verán que tengo unas bases de datos y un índice sintético y un modelo estadístico para mi tesis que me quita el tiempo). Pero sin duda es extraño verme ahí. Quizás porque me he perdido de toda esa cosa de presentaciones y muchos gustos y estrechones de mano en persona, y, pues, sentirme que comparto cosas con personas que no conozco, pero leo. es raro. No es malo. Nomás raro.
Leí el prólogo y leí la opinión de Vladimir de mis textos (es raro leer eso de uno): "Destaca entre las voces femeninas por el manejo variado entre versos largos y medios que dotan a su palabra un ritmo solemne pero al mismo tiempo nada monótono".
De nuevo gracias a Vladimir, a Herberth por guardármelo y a mi familia y amigos por traerme el libro.
P.D.1. Me faltaron dos poetas, quizás por los límites temporales: Lauri García Dueñas y Johanna Raabe.
P.D.2. Parece que soy hermana de los errores de imprenta. Y eso me pasa por no ponerle título a los poemas... Asi que el "Quiero poner a prueba este corazón que deambula" y "La estúpida costumbre de no olvidar los nombres de los amantes", aparece como un solo poema. Siempre sucede alguna cosa parecida.
jueves, 29 de abril de 2010
sábado, 24 de abril de 2010
No, no y no - Julio Cortázar
El señor Silicoso está completamente loco si se imagina que voy a darle una hormiga. Por el momento no pide más que una, creyendo que va a convencerme con su modestia, pero al principio (el 22 de noviembre por la tarde) pedía mucho más, quería cantidad de hormigueros, legiones de hormigas, prácticamente todas las hormigas. Está loco. No solamente no voy a darle la hormiga sino que tengo la intención de pasearme delante de su casa llevándola conmigo para hacerlo rabiar. Procederé de la manera siguiente: Primero me pondré mi corbata amarilla, y después de haber elegido la más esbelta y vivaz de mis hormigas, la soltaré para que se pasee por mi corbata. Habrá así un doble paseo, en el que yo iré y vendré frente a la casa del señor Silicoso y mi hormiga ira y vendrá por mi corbata. ¿He dicho un doble paseo? Más bien una apertura infinita de paseos en espiral, pues si bien la hormiga se pasea por mi corbata, mi corbata se pasea conmigo, la tierra me pasea en torno de la eclíptica, ésta se pasea a lo largo de la galaxia, que se pasea en torno de la estrella Beta del Centauro, y en ese preciso momento el señor Silicoso, que cree estar inmóvil, se asomará al balcón a tiempo para ver a mi hormiga perfectamente dibujada con todas sus patas y sus antenas sobre mi corbata amarilla que le parecerá, pobre hombre, una espada flamígera. Entonces empezará a soltar por boca y nariz una baba semejante al macramé, y su esposa e hijas acudirán para hacerle respirar sales y tenderlo en el canapé del salón. Salón que conozco demasiado bien, después de tantas veladas que he pasado bebiendo té frío junto a esa familia ávida de insectos.
El último Round - Tomo 2
El último Round - Tomo 2
martes, 20 de abril de 2010
De la temporada de cumpleaños y la cuántica
18 abril - Hermanito
20 abril - Papi
24 abril - Sobrinito
30 abril - Mejor amigo
Y uno tan lejos de un país llamado "El Salvador".
Pero ahí vamos. Siento que el tiempo pasa.
Y que el tiempo y el espacio me juegan muchas bromas. Como sentir que regreso, cuando estuve en Guerrero. Si me moví a Guerrero, realmente me acerqué a El Salvador. Pero cuando acabó el viaje y regresé al DF, es eso "regresé". Pensé en eso. Que realmente antes estaba espacialmente más lejos. Pero siento que en el DF ya regreso a algo.
Nomás porque todos estos pensamientos se disipan con una llamada de cuatro pesos el minuto y luego una hora de skype en videollamada con mi papá, le sigo diciendo a la cuántica que lo que llamo hogar sigue siendo absoluto. No tiene que ver con el tiempo y el espacio.
Pero cuídenme a El Salvador que tiene lo que más quiero y querré en el mundo: mi familia y mis amigos.
20 abril - Papi
24 abril - Sobrinito
30 abril - Mejor amigo
Y uno tan lejos de un país llamado "El Salvador".
Pero ahí vamos. Siento que el tiempo pasa.
Y que el tiempo y el espacio me juegan muchas bromas. Como sentir que regreso, cuando estuve en Guerrero. Si me moví a Guerrero, realmente me acerqué a El Salvador. Pero cuando acabó el viaje y regresé al DF, es eso "regresé". Pensé en eso. Que realmente antes estaba espacialmente más lejos. Pero siento que en el DF ya regreso a algo.
Nomás porque todos estos pensamientos se disipan con una llamada de cuatro pesos el minuto y luego una hora de skype en videollamada con mi papá, le sigo diciendo a la cuántica que lo que llamo hogar sigue siendo absoluto. No tiene que ver con el tiempo y el espacio.
Pero cuídenme a El Salvador que tiene lo que más quiero y querré en el mundo: mi familia y mis amigos.
jueves, 15 de abril de 2010
Robadas
lunes, 12 de abril de 2010
El hombre que quería construir su propio avión
El hombre que quería construir su propio avión no quería volar
sólo quería saber porqué una flor le observa sus pies cuando él camina
saber porqué entre tantas cosas tras su ventana él sólo observa los aviones
saber porqué los aviones dejan estelas que parecen lejanos caminos que crecen deprisa
quería un avión como una flor quiere florecer
quería un avión como quien quiere secar lágrimas desde una ciudad lejana
quería un avión para regalar sonrisas como hélices de viento
para despeinar a los caminantes de las montañas que se dibujan
pequeñas
borrosas
tras la contaminación
tras la ventana
tras un edificio
sólo quería saber porqué una flor le observa sus pies cuando él camina
saber porqué entre tantas cosas tras su ventana él sólo observa los aviones
saber porqué los aviones dejan estelas que parecen lejanos caminos que crecen deprisa
quería un avión como una flor quiere florecer
quería un avión como quien quiere secar lágrimas desde una ciudad lejana
quería un avión para regalar sonrisas como hélices de viento
para despeinar a los caminantes de las montañas que se dibujan
pequeñas
borrosas
tras la contaminación
tras la ventana
tras un edificio
el hombre que quería construir su propio avión
no quería un avión para tener un avión
el hombre que quería construir su propio avión
quería construir para siempre el deseo de volar
Mayo 2009
Publicado en la Antología que hizo Don Manlio -sí, la de la Nacional-, según me dijeron por ahí.
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