La oveja negra
Augusto Monterroso
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
- - -
No queremos más ejercicios de escultura.
- - -
Hoy se cumplen 21 años de la muerte de los jesuitas y de Elba y Celina Ramos. La muerte y la injusticia tienen edad para beber en todo el mundo.
Salut por tanta "estupidez".
martes, 16 de noviembre de 2010
sábado, 13 de noviembre de 2010
Juventú, decisiones y el tiempo maldita daga lamiéndonos los pies
El otro día un buen amigo -sincero ante todo- me dijo:
-Tienes arrugas debajo de los ojos -por el tuteo, sabrán que es mexicano.
Y pues sí. Pero es como que la conciencia de algo nos hace verlo siempre. Nombrar las cosas las hace visibles diría mi profe de Metodología y pues sí. Ahí están mis arrugas. Debajo de los ojos diciéndome dos cosas: que debo gastar en una crema para que no sigan multiplicándose y además, que el tiempo pasa por mí.
Y por más jovial y por más cara de niña que tengo, el tiempo pasa por mí. Que además siento que no he hecho todo lo que debía, que a veces no aprovecho las cosas que tengo y que sobre todo me queda mucho por hacer.
Ajá, eso son las arrugas. El ser vieja me estresa por no haber aprovechado mi juventú. Y en este mundo así estructurado, pasan dos cosas: la juventú es el momento. No hay manera de volverse atrás, se nos dice que es el mejor momento y que además es donde hay que trabajar -en versión gringa- para después ver qué hacemos de viejitos. Y, luego, el romanticismo que es el momento donde se comparten tantos espacios de socialización que uno hace sus verdaderos amigos, conoce al amor de su vida y además donde decide cómo será en sus últimos días: una profesión.
Esto último es lo que más de pone un poco complicada. Ayer, alguien me preguntaba, sin anestesia y con público presente, que qué haría si en lugar de tener una beca para estudiar demografía y estas cosas que estudio, tuviera una beca por el mismo tiempo pero para escribir. Pero eso sí, no podía hacer lo otro. No ser esta mujer que se obsesiona con las bases de datos y los métodos estadísticos y que le interesa el mercado laboral.
Y casi me muero.
Y me refugié en el alcohol. No. No es cierto. Creo que tomé un trago de mi cerveza. Como que entonces vi pasar toda mi vida -como dicen que cuando uno se va a morir. Para mi, renunciar a algo de lo que soy, parecía como una pequeña muerte.
Y dije que no podía. Que no puedo. Pero al mismo tiempo a veces siento esa necesidad de "definirme". Y digo la vida: "Vida, ¿qué querés de mí?". Y me da puros mensajes cruzados. Como diciéndome, yo no te voy a decir, la muy bayunca. Y me estresa.
Sin embargo, también en la misma plática resultó que terminé hablando de toda mi vida. Yo soy algo así como un muñequito que con un botoncito empieza a hablar. Y bueno terminé contando cómo es que había terminado escribiendo y esas cosas.
Y me di cuenta que hay una superposición de las decisiones que me han llevado a escribir cómo escribo y a estar aquí en México estudiando.
Podría decir que todo se resume a cuando decidí que ya no trabajaría como asistente de la gerente de una banca de segundo piso. Cuando decidí que buscaría algo más cercano a mi carrera como economista y como investigadora. Que era lo que quería realmente hacer. Y no estar administrando prestaciones a los trabajadores.
¿Y eso que tiene que ver con escribir?
Pues porque si no me hubiera ido de ahí, no hubiera conocido en el momento que tenía mis inquietudes a Rafael Menjívar Ochoa, pues en ese momento el presentaba un libro en lo que iba a ser mi nuevo centro de trabajo. Y nunca quizá hubiera ido al Taller de la Casa del Escritor.
Creo que ese diciembre de 2005 en que tomé esa decisión nunca me imaginé que esa decisión podía ser un "break point", como dirían en la teoría del curso de vida. Simplemente ya no quería usar un uniforme, ponerme medias y seguir engordando como oficinista que era.
"Definirse" uno quien es, a veces sale de las decisiones menos pensadas. Y quizás soy dual, pero entonces, pienso que la Astrología -que quizá no sea ni ciencia exacta, pero que sí me da la respuesta que quiero- explica que soy capricornio con ascendente géminis, es decir la dualidad se me da, porque se me da.
A veces pienso, entonces en esa decisión de venirme a México, cómo dentro de 5 años estaré explicando que fue importante, o que no lo fue. Quizá.
Bonus track
Fui al concierto de Fito Páez el findesemana pasado. Entró diciendo - muy argentino, él- que viviríamos uno de los mejores conciertos de nuestras vidas. Y pues sí. Es grande. Además se acordó de cantarme -para mí me estaba cantando especialmente a mí- "Polaroid de una locura ordinaria", donde está la frase "el tiempo maldita daga lamiéndonos los pies".
El concierto estuvo lleno de invitados, que estuvieron bien. Pero el mejor momento del concierto fue cuando cantó el cover de Serú Girán "Desarma y sangra"... Y como pues se me da la gana les dejo la canción en su versión original.
"Tu tiempo es un vidrio
tu amor un fakir, mi cuerpo una aguja
tu mente un tapiz.
Si las sanguijuelas no pueden herirte
no existe una escuela que enseñe a vivir"
-Tienes arrugas debajo de los ojos -por el tuteo, sabrán que es mexicano.
Y pues sí. Pero es como que la conciencia de algo nos hace verlo siempre. Nombrar las cosas las hace visibles diría mi profe de Metodología y pues sí. Ahí están mis arrugas. Debajo de los ojos diciéndome dos cosas: que debo gastar en una crema para que no sigan multiplicándose y además, que el tiempo pasa por mí.
Y por más jovial y por más cara de niña que tengo, el tiempo pasa por mí. Que además siento que no he hecho todo lo que debía, que a veces no aprovecho las cosas que tengo y que sobre todo me queda mucho por hacer.
Ajá, eso son las arrugas. El ser vieja me estresa por no haber aprovechado mi juventú. Y en este mundo así estructurado, pasan dos cosas: la juventú es el momento. No hay manera de volverse atrás, se nos dice que es el mejor momento y que además es donde hay que trabajar -en versión gringa- para después ver qué hacemos de viejitos. Y, luego, el romanticismo que es el momento donde se comparten tantos espacios de socialización que uno hace sus verdaderos amigos, conoce al amor de su vida y además donde decide cómo será en sus últimos días: una profesión.
Esto último es lo que más de pone un poco complicada. Ayer, alguien me preguntaba, sin anestesia y con público presente, que qué haría si en lugar de tener una beca para estudiar demografía y estas cosas que estudio, tuviera una beca por el mismo tiempo pero para escribir. Pero eso sí, no podía hacer lo otro. No ser esta mujer que se obsesiona con las bases de datos y los métodos estadísticos y que le interesa el mercado laboral.
Y casi me muero.
Y me refugié en el alcohol. No. No es cierto. Creo que tomé un trago de mi cerveza. Como que entonces vi pasar toda mi vida -como dicen que cuando uno se va a morir. Para mi, renunciar a algo de lo que soy, parecía como una pequeña muerte.
Y dije que no podía. Que no puedo. Pero al mismo tiempo a veces siento esa necesidad de "definirme". Y digo la vida: "Vida, ¿qué querés de mí?". Y me da puros mensajes cruzados. Como diciéndome, yo no te voy a decir, la muy bayunca. Y me estresa.
Sin embargo, también en la misma plática resultó que terminé hablando de toda mi vida. Yo soy algo así como un muñequito que con un botoncito empieza a hablar. Y bueno terminé contando cómo es que había terminado escribiendo y esas cosas.
Y me di cuenta que hay una superposición de las decisiones que me han llevado a escribir cómo escribo y a estar aquí en México estudiando.
Podría decir que todo se resume a cuando decidí que ya no trabajaría como asistente de la gerente de una banca de segundo piso. Cuando decidí que buscaría algo más cercano a mi carrera como economista y como investigadora. Que era lo que quería realmente hacer. Y no estar administrando prestaciones a los trabajadores.
¿Y eso que tiene que ver con escribir?
Pues porque si no me hubiera ido de ahí, no hubiera conocido en el momento que tenía mis inquietudes a Rafael Menjívar Ochoa, pues en ese momento el presentaba un libro en lo que iba a ser mi nuevo centro de trabajo. Y nunca quizá hubiera ido al Taller de la Casa del Escritor.
Creo que ese diciembre de 2005 en que tomé esa decisión nunca me imaginé que esa decisión podía ser un "break point", como dirían en la teoría del curso de vida. Simplemente ya no quería usar un uniforme, ponerme medias y seguir engordando como oficinista que era.
"Definirse" uno quien es, a veces sale de las decisiones menos pensadas. Y quizás soy dual, pero entonces, pienso que la Astrología -que quizá no sea ni ciencia exacta, pero que sí me da la respuesta que quiero- explica que soy capricornio con ascendente géminis, es decir la dualidad se me da, porque se me da.
A veces pienso, entonces en esa decisión de venirme a México, cómo dentro de 5 años estaré explicando que fue importante, o que no lo fue. Quizá.
Bonus track
Fui al concierto de Fito Páez el findesemana pasado. Entró diciendo - muy argentino, él- que viviríamos uno de los mejores conciertos de nuestras vidas. Y pues sí. Es grande. Además se acordó de cantarme -para mí me estaba cantando especialmente a mí- "Polaroid de una locura ordinaria", donde está la frase "el tiempo maldita daga lamiéndonos los pies".
El concierto estuvo lleno de invitados, que estuvieron bien. Pero el mejor momento del concierto fue cuando cantó el cover de Serú Girán "Desarma y sangra"... Y como pues se me da la gana les dejo la canción en su versión original.
"Tu tiempo es un vidrio
tu amor un fakir, mi cuerpo una aguja
tu mente un tapiz.
Si las sanguijuelas no pueden herirte
no existe una escuela que enseñe a vivir"
sábado, 6 de noviembre de 2010
Completar, Completitud y Complemento
Esta reflexión pareciera de alguien ocioso, y pues sí, sí soy ociosa, nomás que no tengo tiempo para serlo. Y ha pasado entre los días, semanas y meses. No sé qué tan certera es ya ni que tan fidedigna a mis pensamientos/sentimientos.
En la vida y sobre todo en este mundo occidental, donde el todo el mundo me pasa preguntado por mi media naranja, por el novio que me falta, por el marido que no tengo,por el padre de mis hijos que no conocen (pues a mi no me importa no conocerlo), me quedo pensando ¿Qué onda? ¿Me falta algo?
"You complete me"
En aquellos tiempos -ejem, tono bíblico- Renee Zwelleger era simpática y no tenía la cara hinchada y yo aún la quería por Empire Records y no por el Bridget's Jones Diary. Tom Cruise caía menos mal y no usaba discos en su pecho y no le hacía a la Cienciología y tenía a la Nicole Kidman y no a la ex-Joey de Dawson's Creek. Eran tiempos buenos y sencillos. Jerry Maguire era una película que podía caer bien, sobre todo porque tenía una historia de amor de un hombre que cambia (las mujeres amamos eso, queremos repararlos y cambiarlos y hacerlo a nuestra medida), un negro simpático (Cuba bailando Show me the Money ) y un bichito así buena onda con lentes que quién sabe que le pasó.
Y entonces la escena "You had me at the hello":
O sea, la idea es bonita. Se ve bonito, ¿no?¿Por qué no me convence? ¿Por que no me convence tener alguien que me complete en este mundo cínico?
El asunto es que si alguien te completa supone que estás incompleto. Lo cual no me molesta. Pero ¿entonces el otro sólo era una piecita de rompecabezas? Y gritamos EUREKA, porque la encontramos. ¿Y si se nos pierde? Es un idea que entonces no me empieza a gustar ¿tengo que estar completa? ¿por qué la obsesión con la perfección? Porque vivimos en un mundo cínico que nos dice que tenemos que serlo.
Pienso entonces en una suma de quebrados. Pues sí, somos algo que le falta una parte. ¿Qué tenemos en el denominador? ¿Que tan grande es la parte que nos falta? Y sobre todo, si le sumamos un quebrado para que sea una unidad, ¿cuál de los dos sumandos es más grande?
Entonces me estreso. Digamos entonces que este el "modelo aditivo". Necesitamos que se nos agregue algo.
(1- a/b) + (a/b) =1
¿Qué tan grande es a/b? ¿a/b es indivisible? No. Es una fracción. Mi intuición me dice que no. ¿Y si me faltan muchas partes? ¿Y si lo que me falta es una suma de partes? ¿Y si esa suma tiende al infinito? ¿Y si me falta una suma de partes infinitas?
¿Díganme si no odiarían estar en mi cabeza?
La completitud "completeness".
Pues para mí entonces, se trata de un concepto estadístico. ¿Qué se le va hacer?. Dejo la tele y me voy a lo otro que soy. Y pues para mí, me hace mucho sentido. Pero no crean que fue una cosa que se me ocurrió ahorita. Hace como tres años (¿ya pasaron tres años?), yo trabajaba en el Censo Agropecuario. Había un consultor, gringo, que siempre escribía "completeness" en sus reportes. Y como google is my friend, me fui a ver qué era eso.
Encontré algo que no tenía que ver con lo que el gringuito ponía. Porque él decía que calculábamos la "completeness" del Censo. Y pues hoy que lo pienso era un poco como un complemento pero multiplicativo. Eso es un factor de expansión. En realidad es eso. Pero completeness sonaba tan bonito.
Aquí ya nada puede ser menor que la unidad. Se trata de un modelo multiplicativo. El valor de algo hay que multiplicarlo por otra cosa, para que llegue a su valor verdadero.
A'*(1+a/b)= A
¿Pero cuánto es ese valor verdadero? ¿Hay un límite? ¿Que tal si para llegar a mi factor de expasión paso por muchos muchos estratos? ¿Y si lo que me encuentro es un factor que sea menor que la unidad y me haga menos?
¿En serio, no odiarían tener todos estos pensamientos en su cabeza?
El complemento: el universo.
Teoría de Conjuntos FTW!!
Pues entre la suma infinita y multiplicaciones infinitas. Me fui a teoría de conjuntos. El universo. El universo en una cajita de Diagrama de Venn. Siempre me gustó eso.
Hay dos cosas que me gustan de la teoría de conjuntos. Y es que el complemento del universo es el vacío y que complemento del vacío es universo. Tan simple. Y el complemento de un conjunto es universo menos el conjunto. Es decir todo lo azulito.
Pero claro, el universo no es una cajita. Y la sombra quién sabe cómo sea ni cómo sea. Ni como la sumamos. Me siento pequeña. Y al mismo tiempo grande. ¿Qué tal si el conjunto A es el universo de otra serie de eventos y conjuntos así definidos? Matriushkas de Conjuntos.
En general pienso que eso de que me falte el universo, una parte o un factor multiplicativo me deja pensando que todo es infinito. Que nunca estamos completos. Y que tal si A' cambia de valor, que tal si mi conjunto A cambia... cambian los complementos. Si meto el tiempo a jugar todo se hace más y más complejo. Y aunque quiera, eso de andar pensando en complementos simples, creo que no es lo mío. Tengo que hacer cosas más productivas. Luego uno se clava en posts y así.
---
Y ya.
En la vida y sobre todo en este mundo occidental, donde el todo el mundo me pasa preguntado por mi media naranja, por el novio que me falta, por el marido que no tengo,por el padre de mis hijos que no conocen (pues a mi no me importa no conocerlo), me quedo pensando ¿Qué onda? ¿Me falta algo?
"You complete me"
En aquellos tiempos -ejem, tono bíblico- Renee Zwelleger era simpática y no tenía la cara hinchada y yo aún la quería por Empire Records y no por el Bridget's Jones Diary. Tom Cruise caía menos mal y no usaba discos en su pecho y no le hacía a la Cienciología y tenía a la Nicole Kidman y no a la ex-Joey de Dawson's Creek. Eran tiempos buenos y sencillos. Jerry Maguire era una película que podía caer bien, sobre todo porque tenía una historia de amor de un hombre que cambia (las mujeres amamos eso, queremos repararlos y cambiarlos y hacerlo a nuestra medida), un negro simpático (Cuba bailando Show me the Money ) y un bichito así buena onda con lentes que quién sabe que le pasó.
Y entonces la escena "You had me at the hello":
O sea, la idea es bonita. Se ve bonito, ¿no?¿Por qué no me convence? ¿Por que no me convence tener alguien que me complete en este mundo cínico?
El asunto es que si alguien te completa supone que estás incompleto. Lo cual no me molesta. Pero ¿entonces el otro sólo era una piecita de rompecabezas? Y gritamos EUREKA, porque la encontramos. ¿Y si se nos pierde? Es un idea que entonces no me empieza a gustar ¿tengo que estar completa? ¿por qué la obsesión con la perfección? Porque vivimos en un mundo cínico que nos dice que tenemos que serlo.
Pienso entonces en una suma de quebrados. Pues sí, somos algo que le falta una parte. ¿Qué tenemos en el denominador? ¿Que tan grande es la parte que nos falta? Y sobre todo, si le sumamos un quebrado para que sea una unidad, ¿cuál de los dos sumandos es más grande?
Entonces me estreso. Digamos entonces que este el "modelo aditivo". Necesitamos que se nos agregue algo.
(1- a/b) + (a/b) =1
¿Qué tan grande es a/b? ¿a/b es indivisible? No. Es una fracción. Mi intuición me dice que no. ¿Y si me faltan muchas partes? ¿Y si lo que me falta es una suma de partes? ¿Y si esa suma tiende al infinito? ¿Y si me falta una suma de partes infinitas?
¿Díganme si no odiarían estar en mi cabeza?
La completitud "completeness".
Pues para mí entonces, se trata de un concepto estadístico. ¿Qué se le va hacer?. Dejo la tele y me voy a lo otro que soy. Y pues para mí, me hace mucho sentido. Pero no crean que fue una cosa que se me ocurrió ahorita. Hace como tres años (¿ya pasaron tres años?), yo trabajaba en el Censo Agropecuario. Había un consultor, gringo, que siempre escribía "completeness" en sus reportes. Y como google is my friend, me fui a ver qué era eso.
Encontré algo que no tenía que ver con lo que el gringuito ponía. Porque él decía que calculábamos la "completeness" del Censo. Y pues hoy que lo pienso era un poco como un complemento pero multiplicativo. Eso es un factor de expansión. En realidad es eso. Pero completeness sonaba tan bonito.
Aquí ya nada puede ser menor que la unidad. Se trata de un modelo multiplicativo. El valor de algo hay que multiplicarlo por otra cosa, para que llegue a su valor verdadero.
A'*(1+a/b)= A
¿Pero cuánto es ese valor verdadero? ¿Hay un límite? ¿Que tal si para llegar a mi factor de expasión paso por muchos muchos estratos? ¿Y si lo que me encuentro es un factor que sea menor que la unidad y me haga menos?
¿En serio, no odiarían tener todos estos pensamientos en su cabeza?
El complemento: el universo.
Teoría de Conjuntos FTW!!
Pues entre la suma infinita y multiplicaciones infinitas. Me fui a teoría de conjuntos. El universo. El universo en una cajita de Diagrama de Venn. Siempre me gustó eso.
Hay dos cosas que me gustan de la teoría de conjuntos. Y es que el complemento del universo es el vacío y que complemento del vacío es universo. Tan simple. Y el complemento de un conjunto es universo menos el conjunto. Es decir todo lo azulito.
La sombra azul es el complemento de A |
En general pienso que eso de que me falte el universo, una parte o un factor multiplicativo me deja pensando que todo es infinito. Que nunca estamos completos. Y que tal si A' cambia de valor, que tal si mi conjunto A cambia... cambian los complementos. Si meto el tiempo a jugar todo se hace más y más complejo. Y aunque quiera, eso de andar pensando en complementos simples, creo que no es lo mío. Tengo que hacer cosas más productivas. Luego uno se clava en posts y así.
---
Y ya.
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