viernes, 31 de enero de 2014

Voces

Me sucede cuando leo a un autor que "suena" como algo. Quizás eso explique mi fascinación por leer más a hombres que a mujeres (perdón, sé que debería ser menos sesgada y apoyar la causa de las mujeres escritoras, pero me derrito por los hombres). Me encantan los narradores fuertes. Omniscientes o metacientes (me acabo de inventar la palabra, esos que saben que ellos cumplen la función de narradores, ayúdenme con mi ignorancia)

Quizás por eso me enamoré de Vonnegut. Nunca lo había leído. Pero llegó una tablet a mis manos (¡Gracias, Alberto!). Y con ella un kindle. Y en cuestión de instantes ya tenía a Vonnegut ahí cerquita. Con su expresión sarcástica y sus dibujos en Cuna de Gato y Desayuno de Campeones. "Es que me hace reír" dicen las enamoradas, algo así.

[Luego aprendí cómo usar los epub y hoy hay una fila de libros electrónicos que se le suman a la fila de libros físicos que tengo por leer]. [ANA, HACÉ LA TESIS]

Pero ante este narrador tan simpático, tan impresionante (que impresiona e imprime) ¿cómo podía seguir leyendo a otro? ¿Cómo se hace en esa transición? Esa donde los autores revuelan la cabeza y ya hasta las instrucciones del champú me parecen dictadas por esa voz muda conocida, en mi caso la de Vonnegut.

Tuve que dejar pasar un tiempo. ¿Sólo a mi me pasa eso? ¿Cada vez mis neurosis están peor? No lo sé. Pero me cuesta hacer la transición cuando las maneras de narrar son tan "así" (véase cómo me adhiero a definiciones concretas). Intenté empezar con Perec (y no, no logré despegarme de Vonnegut). Sí, soy esa lectora indisciplinada, que además cree en la suerte de que los libros deben llegar cuando deben llegar y no cuando uno quiere.

Pensé que era una cuestión de géneros. Que debía leer cuentos para despedirme de la novela. Los cuentos son cortos, muchos más manejables. O pues quizás leer poesía. Buscando ahí en ese laberinto de epubs que construí en bibliotecas virtuales, llegue a Kawabata. Tan elegante y pulcro. Menos atiborrado. Como si fuera un gran señor con sombrero, sacando palabras e imágenes de él. Hay hoy una parte de mí que lee todo con voz ronca muda (sin timbre, a pesar que me da la impresión de ser ronca, no me imagino un timbre en específico). Leo como con tiempos espaciados. Como que esa lectura serenara por ratos, para luego caer en todo lo que no se dijo. No, no me vuelve como quinceañera loca (oh, Vonnegut, soy tu fangirl arrebatada). Pero es el elegante enigma lo que me enamora. Es el misterio o morbo elegante.


Soy fácil. Ya terminé un libro y voy por otro. Temo que me enamoro muy rápido.


jueves, 2 de enero de 2014

2013: ya se fue papito, salú pues

Ay. El 2013.

Mi balance del 2013 es como regular-medio. Tuve muchos altibajos. Cosas buenísimas. Muchas sí. Pero la salud me jugó muy mala pasada. Pero en parte, en esos momentos me sentí muy muy querida. Entonces cómo explicarlo. Sí estuvo jodido, pero no estuvo mal. Digo quizás el 2012 tuvo un saldo muy bueno y este año más bien no se puede juzgar como uno solo. Como si fueran varios períodos, diferentes. Quizás en parte porque fui varias. Y eso me agotó.

El primer trimestre tuve la compañía de mi mejor amigo. y eso fue hermoso, tener a alguien que te conoce toda la vida para llegar a hablar de la cotidianidad en otro país. Pensé que nada podría superar esa compañía hasta que encontré a una buena roomie con la que hablo como si fuera mi amiga desde el kinder. Y pues no puedo quejar porque Alberto también siempre estuvo ahí y que a pesar que aún resolvemos asuntos geográficos nos hemos sabido acompañar.

Pero me enfermé. Muchas veces. Primero pasé varias veces en cama por la gripe. Una tras otra. Para terminar en una crioterapia seguida de una caída con una fractura en el tobillo. Una mala racha. No saben, el costo de oportunidad de estar sano es ahorrarse un montón de dinero. Valoren su salud. Pero como dije, tuve amigos, novio, vecina que respondieron de manera impresionante. La primera semana recibí muchas visitas, flores y dulces además de muletas y sillita para bañarme. Me hizo evaluar lo que he cosechado en México. Tengo relaciones fuertes y que puedo contar con gente, aún cuando no es mi ciudad de origen. Les agradezco un montón. Ustedes son mi familia en México.

Addendum: Esas bonitas muletas son cortesía del Rufián,
a quien le debo la vida en forma de semitas.
Pero en medio de todo eso, me fui a Montréal (no sin antes sufrir por la visa). Y me la pasé andando en bici más que nunca (justo antes de la fractura, al menos le di buen uso a la pierna antes). Debo decir que eso ha sido de las mejores experiencias que he tenido en la vida. No me sentía tan libre desde que hacía minitorneos de bici cuando tenía 10 años.

Llévenme de nuevo. Te extraño Bixi

Trabajo no me faltó. La tesis avanzó. Quizás el último semestre del año hubiera querido tener más energías y fuerzas para hacer más cosas y hacerlas mejores. No pude ir a Chile a un congreso latinoamericano por la fractura, pero creo que he logrado un par de cosas más. Por ejemplo hablé con gente de varias partes del mundo, aquí en México, sobre mi tesis y estuvo bien.




También le debo mucho a la pluma. No he escrito todo lo que debiera o quise escribir. Pero eso sí, nos mantuvimos en la columna de la Prensa Gráfica en Séptimo Sentido. Donde he hablado de lo que me ha enojado o impactado más de este año: El caso de Beatriz, el juicio contra Ríos Montt, el cierre de Tutela Legal y los cambios que siento en México. Es un espacio a veces me saca en "guinda", porque es un registro que exige mucho: actualidad y universalidad. A pesar de esto, creo que ya me gustó, no es para nada el tipo de reflexión que hago en este blog. Ha sido una sorpresa que cada que me he encontrado a alguien en El Salvador me dice, "siempre leo tu columna", vecinos, tíos, papás de mis amigos. Me sentí leída y aunque eso hace que me muerda la trenza de la pena, me da alegría saber que lo que escribo llega a alguien.

Y hoy las superficialidades. Dice Letterboxd que vi 116 películas. Destacan de mi vida en el cine, laptop y dvd: "Starlet", "Stoker" y "The Conjuring". Mientras que vi con ansías la sexta temporada de Mad Men y hasta hice un post de ello, pero también me la pasé viendo American Horror Story. En mi lado otaku, también escribí de un par de animes, pero seguro la serie en este género que marcó este año fue una emitido en 2005, Samurai Champloo.

En mi mundo musical. Dice Last.fm que me la pasé oyendo a David Bowie, y cómo no, con ese maravilloso disco de "The Next Day", no podríamos esperar menos.  Y aquí lo demás que oí:



Por ello, haré mi top 5 de discos que salieron este año, porque Erick Chicas me lo pidió por facebook:

1. The Next Day - David Bowie
2. No Blues - Los Campesinos!
3. New - Paul McCartney
4. Reflektor - Arcade Fire
5. Lightning Bolt - Pearl Jam

[/mención a Daft Punk, es un gran disco, todos lo aman, está bien hecho, no más es ese tipo de música que no me prende tanto como los mencionados, no soy crítica es personal/ Sí, Editors tuvo un nuevo disco, pero no se acerca a sus discos anteriores.]

Mis mejores momentos en conciertos fueron dos, ver a We are Wolves en Osheaga y ver en Vivo a Vetusta Morla en el Metropolitan en la Ciudad de México. Los mejores conciertos del universo. Esos que no están tan llenos de gente pero que te ponen la piel chinita.


Vetusta Morla en el Metropolitan. Gracias Orus  :)

También viajé un poco dentro de México. Me nortié un poquito.
Macroplaza - Monterrey

Mazatlán - Foto de Alberto G.

Y ya. Les deseo que el 2014 nos mejore a todos. Aún cuando quizás no sea tan bonito como queremos, que nos haga mejores, al menos. Nos seguimos leyendo en este blog que se niega a dejar de existir por su dueña con egolatría que sigue escribiendo.

Peace out.

[Ah, y los propósitos para el 2014, están acá]

Actualización: Se me había olvidado mencionar que el 2013 significó enamorarme de Kurt Vonnegut. Nunca lo había leído y hoy siento que debía haberlo hecho hace años. Si bien me gustó más Cuna de Gato, me la pasé subrayando como loca Desayuno de Campeones
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