Se me quedan sólo las ganas. Y me pellizco. Me pego contra la pared.
No puedo llorar.
Nada…
Los ojos secos. y el dolor en el pecho. y me quedo con las ganas. Con los porqués Con los cómos Y con los cuándos. Esos crueles.
Y en plena auto-interpelación, nada aparece. Nada más que una hormiga. Perdida. Insignificante.
La aplasto. No muere. En mi inutilidad asesina, se queda perdida, sin el rastro de feromonas. Preguntando dónde ir.
Y en pleno interrogatorio hormiguesco, aparezco yo, con el zapato listo, para destruir el dónde.
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Aniux,este es uno de esos momentos "insignificantes" en la vida.... A los q una mujer como vos puede ponerle "sabor" ... "Y color" Sin embargo , aun me queda la duda de ¿¿¿por q no podemos dejar en paz a las hormigas???... Sera una venganza por lo que el destino hace con nosotros? jajaja
ResponderEliminarLa "inutilidad del ser", la imperfección al encontrarse mudo den sus propios adentros y una hormiga que lucha por la vida... hay que seguir viviendo igual que ella, hermana querida. Bello texto!
ResponderEliminarMarce