Sin tele, dispersa y otras cosas

NO TENGO TELEVISIÓN

No.

La televisión no es una necesidad básica. Yo lo sé.

Que mientras trabajaba no veía televisión... casi. Pero veía... y cuando me siento como pobrecita cenicienta, se me viene esta canción de soundtrack:



Que como veran no es mi soundtrack nada más, si no que de una serie que solía ver...

Así que me cuesta concentrarme más sin tele. Es como algo en mí que me dice que no la tengo. Y es ese algo que me impulsa a andar revisando dónde puedo mirar tele. Que si en duck tv, que si tv gratis punto tv, que si el miro, que si veo el 21 en línea, que si el 12. Que si bajo una película. Que si reviso el tv tonic, etc.

Y sí, es como sólo el síndrome que me falta algo. Típico. Como el hombre que se pone a llorar cuando la mujer a la que trató mal se va con otro. Y dice... ah nada se valora como cuando no se tiene.


Y entonces viene la Ana dispersa que tiene que leer, que no encuentra un buen café en esta ciudad, que utiliza demasiados puntos suspensivos para escribir, que piensa que debe comprarse una cafetera además y que entonces es una neurótica que lista todas las pequeñas cosas que le hacen falta. Como que si listar todas esas nimiedades distrae del verdadero hecho:

Me falta El Salvador.

El Salvador ese donde no se pintan el día de la indepedencia, donde dicen que hablamos como Sebastián el Cangrejito de la Sirenita, extraño mi familia y mis amigos como un todo no a nadie por separado, extraño que haga calor, extraño que los frijoles sean rojos.

Extraño mi comodidad.


Y me digo: Ana, es una inversión.

Es tu trabajo. Te pagan por estudiar.

Y ya.

Al final soy una animal disciplinado. Que con tres semanas se está acostumbrando a su jaula.

Y que tiene mucho que leer y que no se concentra, por neurótica, porque sí.