sábado, 8 de mayo de 2010

35 años sin Roque

¿Qué algo nuevo puedo decir sobre Roque Dalton?
Yo, particularmente, nada. Nada nuevo.  Cuando el 10 de mayo cumple 35 años de su asesinato. Cuando a 35 años sus asesinos trabajan en México y en El Salvador. Sólo me queda leer su poesía y recordarlo e indignarme por la injusticia.


Cuando alguien me pasó el STATA me dijo:
-¿A qué nombre lo ponemos?
-Al mío.
-No, yo siempre pongo artistas y cosas así.
-A pues, Roque Dalton.

STATA mi segundo hogar

Y un par de poemas que me gustan:

No te pongas bravo, poeta

La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.

Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz en ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.

Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto
propicio para la melancolía.

Los locos

A los locos no nos quedan bien los nombres.

Los demás seres
llevan sus nombres como vestidos nuevos,
los balbucean al fundar amigos,
los hacen imprimir en tarjetitas blancas
que luego van de mano en mano
con la alegría de las cosas simples.

Y qué alegría muestran los Alfredos, los Antonios,
los pobres Juanes y los taciturnos Sergios,
los Alejandros con olor a mar!

Todos extienden, desde la misma garganta con que cantan
sus nombres envidiables como banderas bélicas,
tus nombres que se quedan en la tierra sonando
aunque ellos con sus huesos se vayan a la sombra.

Pero los locos, ay señor, los locos
que de tanto olvidar nos asfixiamos,
los pobres locos que hasta la risa confundimos
y a quienes la alegría se nos llena de lágrimas,
cómo vamos a andar con los nombres a rastras,
cuidándolos,
puliéndolos como mínimos animales de plata,
viendo con estos ojos que ni el sueño somete
que no se pierdan entre el polvo que nos halaga y odia?

Los locos no podemos anhelar que nos nombren
pero también lo olvidaremos…


Me gustan más, pero esos me los puedo de memoria. Y quizás uno podría ponerse culto y decir que su mejor libro es éste o el otro. Yo sólo sé, que el libro que más quiero es y será siempre la Ventana en el Rostro, porque quien -cuando se estudia en colegio jesuita- no se le ha puesto la carne de gallina con este poema:

ESTUDIO CON ALGO DE TEDIO

“Clov: —llora…
Hamm: —Luego vive”.
(Diálogo de “Fin de Partida” de Beckett.)


Tengo quince años y lloro por las noches.

Yo sé que ello no es en manera alguna peculiar
y que antes bien hay otras cosas en el mundo
más apropiadas para decíroslas cantando.

Sin embargo hoy he bebido vino por primera vez
y me he quedado desnudo en mis habitaciones para sorber la tarde
hecha minúsculos pedazos
por el reloj.

Pensar a solas duele. No hay nadie a quien golpear. No hay nadie
a quien dejar piadosamente perdonado.
Está uno y su cara. Uno y su cara
de santón farsante.
Surge la cicatriz que nadie ha visto nunca,
el gesto que escondemos todo el día,
el perfil insepulto que nos hará llorar y hundirnos
el día en que lo sepan todo las buenas gentes
y nos retiren el amor y el saludo hasta los pájaros.

Tengo quince años de cansarme
y lloro por las noches para fingir que vivo.
En ocasiones, cansado de las lágrimas,
hasta sueño que vivo.

Puede ser que vosotros no entendáis lo que son estas cosas.

Os habla, más que yo, mi primer vino mientras la piel que
sufro bebe sombra…

3 comentarios:

  1. Yo creo que nunca podré quitarme de la cabeza el "Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre..."

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  2. La palabra de Roque toca por igual a jóvenes y viejos, la primera vez electriza y la poesía a partir de ese momento ya no es la misma. La vigencia de su poesía es tal que pasa por encima de de la muerte misma.

    Saludos.

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  3. La vida paga sus cuentas con tu sangre
    y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.

    Me encanta este verso...Roque más actual que nunca ;)

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