lunes, 5 de enero de 2015

Adiós 2014

El 2014 es/fue un año raro. Es el año en las que más veces he llorado sin saber o sin poder controlarlo. Qué vergüenza, sí. Si ha visto a alguien en el camión [bus] llorando, quizás soy yo. Es un año que me fregó el ánimo. El mundo sentí que se fue a la mierda. Pero en realidad, viéndolo desde muy particular punto de vista, fue un año bueno para mí. Pero quizás, eso no me basta.

Desde temprano en el año lo de Gaza e Israel me dejaba un sin sabor muy horrible, de que lo peor que le puede pasar al mundo es la propia humanidad. Luego seguir observando el poco avance de los derechos sexuales y reproductivos en El Salvador con el movimiento por las 17, que realmente no ha avanzado mucho, pero que me hizo escribir varias columnas en mi espacio en Séptimo Sentido, revista dominical de La Prensa Gráfica, espacio que ya cumplió tres años. Pero sin duda, en septiembre (a dos días de titularme), nos cayó la noticia que afectaría todo: Ayotzinapa. 

Vivir estos momentos como extranjera que lleva residiendo ya 6 años en México, ha sido duro. Por un lado uno tiene menos herramientas, pero al mismo tiempo creo que se puede aportar desde la globalización de la noticia. No sé. Algunos dicen que el movimiento se fue de vacaciones. Yo quiero pensar que no. Yo quiero creer genuinamente que algo ha despertado. Hay gente más vieja y con más experiencia viviendo acá, que no es tan optimista. Eso ha sido el 2014, vivir entre la confusión de qué hacer, cómo hacerlo y con quién hacerlo. Y para mí: qué decir y cómo decirlo. ¿Cómo explicar que desde la lectura de alguien que nació en guerra civil sin parecer que se regaña? ¿Cómo explicar que uno se siente mal aunque "no sea tu país"? ¿Cómo no decirles que uno quisiera que el movimiento como éste lo hubiera querido por los 72 migrantes muertos (casi todos centroamericanos) en San Fernando sin parecer que se quiere robar el spotlight de la causa? Por eso el Ayotzinapa somos todos es tan poderoso, porque aunque no lo somos si nos atañe a todos.
Una foto publicada por Ana Escoto (@aniuxilla) el

En ámbitos más personales, como decía fue un año bueno. Me rehabilité de mi pie. Conocí Guadalajara. ¡Dejé de comer carne!. Construí un nuevo hogar y hoy, además del que ya tenía, tengo otro por tierras tapatías. Tuve un nuevo compañero de casa en el DF. Pedí la visa gringa, me la dieron. Visité Estados Unidos por primera vez (no me gustó tanto). Me batearon en miles de congresos, en otros tantos no. Lo usual. No escribí muchos cuentos ni poemas, pero terminé la tesis (a veces no se puede ser la multitasking que uno quiere). Tampoco leí tanto como quisiera.  


Una foto publicada por Ana Escoto (@aniuxilla) el

En general, sigo bien acompañada con grandes amistades a la distancia y a la cercanía. Cosechando una vida muy agradable en pareja estilo living apart together. En perspectiva no fue un año malo, en lo personal. De lo otro, que jode y chinga, me queda cantar como Yuri [ Ft. el tan en onda por la peli de Gloria, sergio andrade]: siempre vendrán... tiempos mejores.

Con este comentario ya podemos pasar a lo banal y vacuo. ¡Las listas!

Este año no vi tantas películas como el año pasado. Dice mi letterboxd que vi (o al menos llevé la cuenta ahí) fueron 89 (unas 20 menos que el año pasado).  Mi top 3 del 2014 (o al menos eso logré dilucidar por mis subjetivos ratings): Gran Hotel Budapest, La Grande Belleza y Kaguyahime no monogatari (La leyenda de la princesa Kaguyahime). [Aunque también me gustó mucho "Chicos y Guillermo, a comer" y "Joven y bella", ambas francesas].

En música, parece que sigo oyendo lo mismo de siempre, salvo algunas excepciones, según mi last.fm (aunque algo le pasó al scrobbling y no cacha lo que oigo offline):


Y pues sí, el disco de tUnE-yArDs y el regreso de los New Pornographers, fueron cosas muy bonitas de oír en el 2014. Además el soundtrack de Zankyou no Terror a cargo de Yōko Kanno (el 7 en la lista) fue otro agasajo.

Esto da para el momento otaku. Este fue un buen año para el anime. Shinichiro  Watanabe nos regaló dos grandes animes,  Zankyou no Terror y Space Dandy. Space Dandy es una cosa hermosa que se ha quedado en mi corazón como pocos animes. Es realmente una genialidad en términos de animación (cada capítulo tiene un animador diferente), pero es una comedia aparentemente ligera que se va transformando en una historia que no deja su humor pero si se va volviendo más inteligente. Es mi favorito del año, seguro se merece más que esta mención y un solo post.  También este año nos sorprendió Kill la Kill (de este anime hablé aquí).



Finalmente, las series y la televisión simple. Este año conocí RuPaul Drag Race y me parece de las cosas más amenas e inteligentes que se ha hecho con el formato de reality. Sí, vimos Mad Men y estamos que lloramos porque ya solo nos quedan 7 capítulos. Pero también descubrimos Fargo y Masters of Sex. 

Y ese fue el año en cortito y en banal.

Nos seguimos leyendo. 

[Si quieren leer el post anterior sobre el 2015 y mis propósitos, está aquí]

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