jueves, 16 de septiembre de 2010

Home...I can't say where it is but I know I'm going home

Me he estado cuestionando, en medio de todo, de las diez mil cosas que tengo que hacer, de las diez mil cosas que he hecho últimamente mis definiciones de "hogar" y sobre todo de "patria".

Durante el mundial, debo confesar que envidiaba un poco a los mexicanos que han sabido compartirme su territorio en estos dos años. Los envidiaba verlos con su camisa verde, con sus sombreros, con sus pinturas en la cara. Envidiaba ese sentimiento que les veía de ser mexicanos.

Y es algo que yo ya había observado desde mi primer 15 de septiembre en México. Esa emoción de poner la banderita en las casas, de tener una bandera enorme y celebrar algo como una independencia con una fiesta tan familiar que parece cena de Navidad o Año nuevo. Además salir a las plazas y gritar "Viva México" y ponerse bigotes y brillantinas.

No lo entiendo. Lo veo y me admira. Me da una envidia leer cosas como ésta, de la querida Olga.

Porque en El Salvador la independencia es un desfile por la mañana, nada más. Un desfile al que además no fui desde que tuve 8 años. Porque los jesuitas, y muy bien que lo hacen, nunca hicieron participar al colegio en dichos festejos (tampoco dan asueto el día de la raza). Y el 15 de septiembre es más bien algo así como un asueto que nadie entiende muy bien, pero que está ahí para descansar. Y pasa y ha pasado todos los años como algo sin importancia más allá si cae viernes o sábado para que se un findesemana largo.

Y poco me emociona.

Poco emocionan muchas cosas "nacionales" de mi país. Mi nacionalidad recae en vosear, hablar ají con la jota y comer pupusas. Y eso es extraño. Todo es extraño. (En este momento puede verse la imagen de los gatitos que dice "Nadie me quiere", así es #sufrocomoaniuxa)

Y me siento quizá además extranjera, hasta de mi misma patria. Pinche -leáse bien el mexicanismo a propósito y sentido- vida de estudiante extranjera en festejos extranjeros. Y entonces recuerdo y vuelvo a mis lecturas de siempre, de mis ex-patrias.


El Gran Despecho
Roque Dalton

País mío no existes
sólo eres una mala silueta mía
una palabra que le creí al enemigo

Antes creía que solamente eras muy chico
que no alcanzabas a tener de una vez
Norte y Sur
pero ahora sé que no existes
y que además parece que nadie te necesita
no se oye hablar a ninguna madre de ti

Ello me alegra
porque prueba que me inventé un país
aunque me deba entonces a los manicomios

Soy pues un diosecillo a tu costa

(Quiero decir: por expatriado yo
tú eres ex - patria)






*El título del post es gracias a U2 en Walk On

Y hace un año hablé de mi país trasnacional, en CampoPagado

1 comentario:

  1. Siempre vas a llevar a tu patria con vos. A mi me gusta esa parte de la canción cuando dice "Home, is where your heart is." Pero bien. Por lo demás, si me dió envidia el festejo mexicano. Saludos.

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