lunes, 8 de agosto de 2011

La Casa "revisited"

Una de las cosas que trajo la agradable compañía salvadoreña que tuve los últimos 10 días, fueron los ejemplares de "Memorias de La Casa", antología de La Casa del Escritor como ya dije por acá.

En la primera hoja: "A la memoria de Rafael Menjívar Ochoa" y el corazón se me hizo chiquito. Leí el prólogo y realmente oía a Mario Zetino hablando. Es más lo podía ver hasta en sus gestos. Y además sus palabras solo me hacían asentir. "Solo se aprende a escribir de una manera: escribiendo", recuerda Eliot y dice lo que somos "un grupo de amigos con una manera común de entender la literatura".

Luego los poemas de todos. Cada quién puesto según el orden que llegó a la Casa (yo estoy casi al final, pues). Tuve chance de conocer los poemas de Erick Chávez, a quien nomás conocí virtualmente el día de la presentación del libro en el CCESV. Pero esa sensación de estar con tu mara y tu mara que admirás no tiene precio. El libro es una de mis más preciadas joyas (permítanme el lugar común poco certero, porque realmente ni me gustan las joyas, pero se entiende)

Dejo además un poema mío, el favorito de Rafa, de paso, además de que es lunes y parece algo adecuado. Es el doceavo poema de un poemario demasiado íntimo de apenas 21 poemas no muy largos.



Se me ha olvidado mi orfandad un lunes por la noche
y en el pecho no hay golpes sino latidos

Es lunes y pienso en mis piernas tan fuertes
en mis brazos algo flácidos
en mi abdomen lleno de ira

Es lunes y soy capaz de empujar alguna piedra
alguna hoja
algún soplido de viento

Y pienso en mi cabeza tan pesada
en mi corazón tan corazón y tan poco músculo
y quizás ya no es lunes
y los sueños sólo nos recuerdan que el dolor es parte de las piernas

Se me han olvidado mis hijas y es martes por la mañana
pero vuelven convertidas en doce,
luego en quince
luego en sal

Nadie nunca ha visto lo que una lágrima borra de los ojos
Por más veces que he nacido
por más veces que me he hecho renacer
sigo pensando que el camino no es mi camino
porque no hay frío suficiente que elimine el vacío que dejan las hojas cuando caen
ni escarcha sobre la que las lágrimas al fin parezcan tontas

Quizás ya es miércoles
quizás no hace frío
quizás no importa

Las cosas no se olvidan para siempre
solo se olvidan.




1 comentario:

  1. Me gustó mucho tu poema. Me gustaría leer más poesía tuya después. Un abrazo.

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