El 2015 ¡ya es mañana!
Esta imagen me da nostalgia. Yo nací en el 84, hagan cuenta. Los 30 años futurísticos se nos fueron de las manos. Ya el 2015 está aquí. Y es un poco frustrante y no. Hay cosas que no me imaginaba que podrían existir y otras cosas que aún no existen. Un poco las expectativas de la vida misma, llegan cosas que no queríamos y otras que no sabíamos que queríamos.
Pero este post se trata de mí. Ya saben, que un poco este blog comenzó como un anónimo diario donde hacía catarsis y les hablaba a mis lectores como en "Cartas a María". Y empecé una tradición de año nuevo. El último post del año va del siguiente y el primer post del año, va del año anterior. Así que nos toca hablar de ese bonito año 2015. Que seguramente no es lo que pensaba Marty, ni yo, a mis 5 años.
En general no tenemos mucho optimismo para el año que viene. ¡Pero quizás por eso nos puede sorprender! Esperar nada o esperar mucha adversidad nos podría hacer valorar... ajá, sí, cómo no.
Pero cómo el cambio está en uno JAJAJAJA. No, no puedo más con esa filosofía barata (y al servicio de una ideología, de paso).
Me hago propósitos porque necesito ordenarme siempre, como hacer el punteo antes de empezar a escribir y porque se me da la gana, pero no porque crea que vaya a mejorar la vida de nadie más que la mía. Y tengo casi los mismos propósitos que el año pasado (lo cual quiere decir que no los cumplí, spoiler alert para el próximo post). Además como ya dije, estoy viviendo una etapa de cambios y quizás estoy jugando a la fe que no tengo "el universo proveerá".
Pero ya hice mi google keep, no sé qué más quiero hacer el otro año, por el momento se me ocurre esto, creo que ando menos previsora que otros años y un poco más concreta.
Eso sí lo que siempre me propongo:
El de siempre: ser más inteligente que mis impulsos.
Procurar a quién merece y a la aniuxa que merezco
¡Feliz año! ¡A bailar las penas más y a quejarse menos!
Soy bien fan de leer mi horóscopo. A veces me tranquiliza. No estoy loca, es que pues Mercurio no sé qué y por eso ando con el humor que llevo (enojada, triste, sensible y así). Parte de mí sabe que es una estafa. Pero parte de mí no cuestiona lo que me funciona en el día al día. Me da una sensación de falta de control, que me da paz. Y es extraño porque lo que más me afecta a mí es que soy una control freak. Algo cambia y pues, obvio, me preocupa.
Pero desde como enero de este año, hay ese rótulo en mi pronóstico "Plutón conjunción Sol: cambios inevitables", que parece que durará hasta diciembre del otro año. Es muy extraño, porque eso me da una certeza de aceptar lo inevitable. Como esa oración que dicen los de AA. Y me ha servido un poco como mantra. Ahorita todo está cambiando. Y me pongo un poco ajena a mí misma y veo todo cambiar y no me causa tanto estrés.
Hoy revisaba este blog, donde he escrito desde 2006. Así contando lo que he sido durante casi 9 años. Se dice rápido. Pero acá conté cómo mi fue mi graduación de licenciatura y mi graduación de maestría. Esta semana di un paso más y terminé el doctorado. La pregunta obligada que hasta me la hicieron en ask "¿qué se siente?". Y citando a Linkin Park o para verme más pro a Pink Floyd es un "Numb". Quizás porque todo ha sido muy reciente. Podría decir que siento raro que hoy sea domingo y no me esté preparando para ver a mi directora mañana, pero hasta ahí. Tengo muchas cosas qué hacer aún, trámites burocráticos que solucionar, y que la tesis redunde en cosas publicables.
Sí he celebrado. Pero no me siento "finalizada". No sé. No estoy ya para contar los pormenores de la defensa como hubiera hecho cuatro años (porque en realidad es un poco aburrido). Quizás sí expresar gratitud a quienes me acompañaron. Quizás, dejar la frase bayunca típica, como que me dieron un papel verde y me sentí con tarjeta verde el Externado. Pero sí hay un grado de satisfacción de haber terminado una investigación que duró cuatro años. Que fue en algo que yo quise hacer. De la región de la que vengo. Seguro lo que pasa es que simplemente, abrir un pedazo de conocimiento le deja a uno más interrogantes que certezas.
Es extraño, porque ya no soy la eterna estudiante. Categoría que me ha definido institucionalmente durante seis años (maestría y el doctorado inmediato). Pero quizás ya entendí, que nunca lo dejaré de ser. Que no necesito un carné o una adscripción institucional. Siempre voy a ser esa que quiere saber más. Y segurito, ahorita ya veré en qué me meto.
Desde la vida "cuanti", tiendo a ver a la pobreza como un hogar que no satisface cierta canasta normativa. Es por tanto una medida con respecto a un valor económico y me da idea del bienestar de las personas. Cuando veo datos de la pobreza no puedo emitir un juicio cultural, más bien: son personas que no logran suplirse de ciertas cosas que la mayoría sí.
Pero la pobreza es un valor cultural. Oh, porque los pobres son felices, los ricos lloran y son infelices nos dijeron en las telenovelas y en el cine (aunque hay más de algún estudio serio que ha revelado que no es cierto, la gente con más dinero o en un estrato socioeconómico superior es más feliz o que la relación es más compleja como este). Independientemente, ricos y pobres, antagónicos y completamente distintos (¡qué diría Marx!)
Cuando era muy joven, me embobé leyendo los Miserables. Los miserables, es un libro que se pone del lados de los que viven en la miseria, casi todo el libro. Mi adolescentez, que estuvo marcada por la teoría de la liberación, casi cierra el libro cuando en la tercera parte del libro octavo dentro de la novela empezaba con "El mal pobre". Luego comprendí, años después, que era un poco como el lumpen proletariado.
Sin embargo, hay realidades que se conjugan con la escasez de recursos... sobre todo cuando nos quitamos de la cabeza la idea de la pobreza y nos vamos a algo más complejo: la desigualdad. La desigualdad es relacional a>b, en lo que existe entre a y b. No es una medida de algo contra algo normativo que aparece neutral. La pobreza me dice que hay quién se la pasa mal, pero no me dice quién se la pasa bien.
Lo que nunca hizo el gran Victor Hugo, fue señalar estas "malas" actitudes como algo propio de la pobreza, si no más bien mostrar como en la pobreza también se daban malas decisiones y malas personas. De este episodio me acordé cuando hace un par de días, Tazy subió este video de Marco Antonio Regil, sí ese que te pregunta un precio para darte premios, sobre cómo piensan los pobres, de una manera muy peyorativa.
Todo un estudio de movilidad social. Cambie su modo de pensar y ascenderá socialmente. Lo cual deja de fuera a la estructura de oportunidades por decir lo menos, sin tomar en cuenta el contexto histórico. Obviamente, lo que me impresiona del video son los sentidos comunes, los que hacen que la gente se ría y le aplauda. Esos sentidos comunes son los más ideologizadores. Porque aparecen ciertos y nos dejan con algo tan simple "los pobres son pobres porque quieren".
Luego la pobreza, si uno es culpable, es negativa, da pena. Se convierte no en el pobre feliz de Pedro Infante, si no un poco como barrer debajo de la alfombra. Hay que esconderla. Hace poco viajé a Guadalajara por avión (ay, bien finolis que me hace sentir los oulets y viajar en madrugadas) y pasé por El Tapatío. Yo que cuando voy a Guadalajara me la paso en Chapalita y en "Chapu, we", y siempre me había ido en camión nunca había visto esta gran zona de casas pequeñas y en malas condiciones. Le pregunto al taxista qué cómo se llamaba. Y me dijo "El Tapatío, estas casas las pintaron de blanco para que no dieran pena en los Panamericanos hace un par de años". Y sí.
Ahí está el reportaje. La pobreza que ya de por sí en su concepto se basa de una falsa neutralidad, también hay que esconderla tras un blanco más neutral.
Y no tengo ninguna conclusión, sólo un poquito de asco.
Llevo ya casi 9 meses no comiendo carne. Y sí, me gustaba mucho la carne. Todavía si huelo un pedazo de arrachera medio crudo, babeo. Y entre la crueldad animal y mi propio organismo diciendo: NO, la carne nos cae mal [la última vez fue en la cena de navidad, ya comía yo muy poca carne porque ya estaba en mi proceso de lectura sobre lo que comía, y pues nada que todos muy contentos el 25 pero mi estómago me dijo YA NO]. Tomé la decisión de dejar de comer carne, todas. Y bueno, aquí hay todo un atlas bien documentado del tema y mucho más interesante que mi anécdota navideña.
Y no, no quería llegar a esto... volver a algunos lácteos pero reducir su consumo. Eso, cuando estás en la terminal camionera y te comés un pan (hecho con leche y huevos) con queso, porque literal, no podés más sólo con una bolsa de papitas. Hay momentos que a mí no se me da lo radical. Cuando ni siquiera hay un taco de nopal por ahí mal puesto, hay que tomar la decisión de qué será lo menos... O bien, dios mío, nadie se va morir por un pedazo de pizza de queso con los amigos, porque uno no quiere imponerse frente a los demás (tache social, el mío, mi talón de aquiles). Con todo eso no puedo decir que soy vegetariana el 100% de los días. Quizás sólo estoy en transición.
No sé qué soy. Quizás me puedan poner una etiqueta: ovo-lacteavegetariana social (afuera de mi casa), vegan friendly (pero no voy a tirar los zapatos que ya tengo, solo no compraré nuevos de cuero); a lo mejor soy almost vegan, vegan de casa. Lo que sea. Díganme como quieran. También se pueden burlar un poquito y me voy a reír un tanto más, pero la cuestión es fáctica:
Porque todo es más convincente en una infografía, porque lo de hoy es el periodismo de datos
El ser humano piensa que todo está dado. Se produce y hay algunos costos que no pasan facturan, no pasan factura para el productor y el consumidor que come lo más barato. Yo entiendo que mucha gente va escoger comprar lo más barato, que no hay tiempo para leer de qué se trata comer distinto, que no hay tiempo de cocinar. Con reducir el consumo de productos de origen animal, no solo nos estamos haciendo un favor (la carne está carísima y pues no es lo más sano), sino que también estamos consumiendo un poquito menos cruel y menos rapazmente con los recursos naturales ¿Nadie piensa en su huella ecológica? [Mi rume ya nos puso focos de LED, le debo eso que no había pensado antes]. Y sí, sí hay crueldad aún en los vegetales, hay que intentar comprar local y al campesino por eso.
No estoy evangelizando, estoy un poco defendiéndome en mi espacio. Estoy un poco harta de la burla gratuita por mis decisiones alimenticias, sin que me hayan preguntado por qué.
Todo el mundo pregunta que de dónde saco la proteína para comer
¿de dónde la sacan los animales que se comen?
Me he dado cuenta la poca tolerancia, por el que come distinto ¡Ustedes no se lo están comiendo! ¡No voy por la vida con pedazo de lechuga y metiéndoselos en sus bocas! ¿Pero y la proteína? ¿De dónde sacás la proteína? Preguntan todos asustados. No les importa que tome cerveza, que me desvele estudiando, que no haga el ejercicio debido. Pero mi proteína... esa sí es fundamental. No tenía idea de la fuerza de la cultura de la comida con la sociabilidad y el cuestionamiento profundo de la gente cuando le tocan sus tradiciones. ¡No puedes hacer mole con tofu! ¡Uy no se puede llamar pozole vegetariano! ¡Antinatural!. Cuando tomé algunas de mis decisiones alimenticias nunca me imaginé defendiéndolas frente amigos, contestando amplios cuestionamientos a meseros con mala cara, gente ofendida por quiero saber qué contiene lo que vende. La parte social ha sido más inesperada, no dura. Creo que es una enseñanza hasta un poco grata por imprevista, nunca pensé que aprendería tanto de nosotros como sociedad a través de lo que me como.
A veces, como dice un amigo, cuando uno se cansa de pelear, solo hay que decir "soy alérgico" y la discusión se acaba.
[Este post fue una petición de @Gvichez, un vegano más estricto que yo]
Un post data bien importante:
Hay que seguir siendo críticos con las modas de consumo incluso en el veganismo, las super dietas y sus super alimentos, lo que hacemos porque está de moda y que queremos todo rápido y milagroso. Eso también jode, hay un proceso de gentrificación alimenticia.
[Esta es una opinión, no se desgarren las vestiduras, o bueno sí, que de eso vamos hablar]
A veces juzgo al anime por su portada. Sobre todo porque el excesivo fan service me da cosita. A veces la historia está buena y uno por que vio en la portada de Netflix una teta o un trasero y ya no la vio. Y a veces lo contrario, tan adorable que se veía Chobits y no la soporté, porque es una historia sin sustancia alguna, que termina en... fan service.
Porque pues, ya estaba (estoy) un poco harta de que, por ejemplo en Code Geass, en una historia interesante tener que ver cosas sin sentido solo por relleno. O empezar a ver un slice of life que no va para ningún lado más que para un capítulo en la playa y ay, dios, van a andar en trajecito de baño. O dizque algo romántic,o más en target femenino como Golden Time. termina siempre en personajes sositos de mujer insoportable. En serio, #encerio, ya, basta, hagan, anime, b.u.e.n.o. VOLVAMOS A LOS 90 O ALGO.
La temporada pasada nadie había visto Kill la Kill pero ya todos la habíamos visto, en los gifs. Esas niñas cejonas que tenían mucha teta y rebotaban con colores. Algo sí había notado, algo parecía distinto, los colores o algo. El trazo. Algo. Algo parecía... ¿viejo? Pero no daba ni cinco pesos por el programa. O sea, esta es la muestra de Kill la Kill:
[NO ES CIERTO SI YO HUBIESE VISTO ESTE VIDEO NO HUBIERA DUDADO DE VERLO]
Pero los buenos amigos, son aquellos que nos hacen dejar nuestro prejuicios y complejos moralinos (¡Gracias, Frost!). Kill la Kill es un anime que es otra gran relectura del género de guerrera mágica (otro grande es Puella Magi Madoka Magica. Me encanta cuando se toma la sustancia más precisa de un género y se le da vuelta para hacer algo más interesante.
Creo que es de los animes, donde a pesar de todo, más ha mantenido una visión femenina. (Leí un estúpido post que decía que si la protagonista fuera hombre, Ryouko, el anime fuera creíble).¿De qué va? De una historia de un "power up", Ryouko, una bastante tomboy heroína tiene un trajecito (de esos de sailor, escueleros japoneses), que le da poderes superespeciales. No puedo seguir explicando porque las cosas pasan muy rápido y cualquier cosa podría ser un spoiler y no serlo. Pero, el anime va del mundo femenino y la ropa y las maneras de ser mujer. Como en el drag, todo es una sátira y un llevado al extremo, y la sexualidad no se escapa de eso.
Alaska, Drag Queen - RuPaul's Drag Race Season 5.
Bien dice la wiki que toda la idea de la serie viene de un juego de palabras:
"fashion" (ファッションfasshon?) and "fascism" (ファッショfassho) is the same, as is that of "school uniform" (制服seifuku?) and "conquest" (征服seifuku?), and that the titular kiru may mean "kill" (キル?), "to cut" (切る?), or "to wear" (着る?).
[Bien profundos o bien viajados, estos cheros que hicieron este anime]
Y por más loco que parece esto, pues es juntar casi la mostaza con la mayonesa (la mayonesa es horrible gente, no se debe juntar con nada), noto algo de crítica al mundo actual (sobre todo ese visto desde las mujeres). La cual va desde lo más simple (¿por qué los uniformes son militares?) hasta cosas un poco más complejas (¿la ropa puede tener poder? ¿la ropa nos hace humanos?).
A pesar de estos atisbos, la serie no es profunda (¡y qué bueno!), no busquen eso. Quizás algunas tramas pueden ser incluso predecibles. Lo interesante a qué ritmo pasan las cosas. Al contrario de Attack on Titan, ¡la serie avanza! y logramos saber cosas y resolver varios misterios en 24 capítulos. Sin embargo, al final se cae un poquito, y como que ya las últimas situaciones son emocionantes por estar cerca del Gran Desenlace.
Quizás a la serie le falta la narrativa, pero creo que no era la apuesta. El objetivo no era exactamente contar una historia, era mostrarla con mucho contenido visual (el fan service va también de las explosiones hasta los lugares y personajes comunes, es todo lo que amamos de una historia de héroes y acción y nos lo dan, sin que tengamos que pensar mucho). A pesar de la sátira, no hay una "moraleja". No, no es una anime revindicativo de la mujer, no busquen leer cosas así. Es interesante la perspectiva, no más (y porque yo logro ver una distinta y poco tradicional). Pero no propone muchos cambios, creo que no pudieron llegar hasta allá.
El fan service, a mi parecer, tiene más sentido que algunos de los casos que relaté arriba. Es parte de la sátira y la hipersexualización. La idea de contraponer la sexualidad del cuerpo y la ropa, y un poco luchar contra eso. Y, en todo caso, pareciera que hay más fan service masculino. Pues no existe ningún NINGÚN personaje masculino que sea protagonista, hay al menos tres o cuatro personajes femeninos que llevan la rienda completa de la historia. Los hombres son... bastante de relleno, sobre todo los que muestran carne; y debo decir que muchas veces es muy divertido. Fue como dijeron el fan service no es ofensivo si se hace con cuotas iguales de género o algo. Lo cual... ¿es un avance? No sé.
Del dibujito, soy fan del trazo loco. Hay algo de homenaje al anime old skul en el trazo, que puede ser divertido, puede ir contra las proporciones cuando se les da la gana, puede ser detallado, puede ser estático y puede tener muchos brillitos. La paleta de colores no se me hace parecida a la actual (he creído que hoy todo es más azul), está es más verde, amarilla, sepia. No sé. Quizás me vuelvo loca o veo demasiado anime.
Básicamente de esto va el anime
Y bueno, si son open minded, les gusta las cosas rápidas y sin sentido, se han reído de cosas como Machete y entienden que la sangre de Kill Bill puede ser divertida, esta serie les puede gustar. Ya la subieron a Netflix, y sería mi primer "ecchi", esa terrible palabra que puede alejar o atraer a la gente.
Yo soy fan, sobre todo de la ropa.
[Al fin, pobre post tenía como tres meses en borrador]
[Háganse un favor, vean también RuPaul's Drag Race, es el mejor reality que he visto en mi vida]
Y no, no me corté las venas. Tampoco me corté las venas porque la gente se cortaba las venas. Pero me sirvió para un ejercicio de nostalgia de mis primeras lecturas. Todos empezamos con Gabo y es un gran inicio.
Yo empecé con "Crónica de una muerte anunciada". Venía de leer literatura infantil. De leer "Mujercitas" y quizás había sido mejor entrenamiento "Tom Sawyer" y un par de la colección Barco de Papel que tenían sus "twist" que me admiraban.
Pero llegué a Crónica. Y se me movió el piso. ¿Cómo así que me está contando desde ya el final de manera tan bonita que quiero seguir leyendo? Creo que eso me marcó. Leer a Gabo era desafiar las reglas de lo que ya había leído.
Pensando en escribir este post pensé llegar a la imagen en mi cabeza del libro que leí y cuando lo leí. Yo estoy segura que tiene que haber sido por ahí de mis 12 años. Pienso ¿fue antes o después de El túnel? Entonces quizás fue a los 11. Luego acuerdo haberlo leído en el baño de mi casa (sí pues, todos lo hemos hecho). Pero el baño de mi casa en mi recuerdo es el baño de la casa nueva que fue construida hasta 2002. Y eso es imposible. Recuerdo haberlo sacado de la pequeña bodeguita. Es un recuerdo claro. Pero también me acuerdo de la profesora Elena de tercer ciclo y algo con respecto a ese libro.
Entonces me paré. Dije, ya no escribiré el post. No tengo claridad. No tiene sentido.
II
Se me arruinó la tablet. Mi ritmo de lectura bajó mucho. Picándole al teléfono bajé una aplicación para leer libros. Para probarla llegue a mi carpeta de libros "prestados" en dropbox. Y el primero que apareció fue "Formas de volver a casa" de Zambra. Funcionó. Se leía bien. Leí un párrafo. Lo anote para lectura urgente.
Lo olvidé, porque siempre ando en carreras últimamente.
Alberto me prestó su tablet la semana pasada,en lo que se ve si la mía tiene reparación.
Me urgió volver a Zambra.
Soy una niña de la guerra. Soy más Claudia que el protagonista.
Me da escalofríos leer. Pero ahí voy.
Siento que me puedo encontrar con algo. Algo en mí.
III
El estúpido bus de ETN llega tarde para mi regreso de Guadalajara. Es más estúpido porque no tiene conexiones. Ni pantallas individuales. COMO ANIMALES, hay que viajar a la vieja usanza. Saqué la tablet prestada. Revisé las películas guardadas. Películas que no eran mías. Volví a ver los primeros 30 minutos de Vals con Bashir.
Estuve a punto de llorar con las primeras secuencias. Esa donde es tan fácil pensar que recordamos algo que no existió. (ya había hablado de eso acá).
Es terrible, dudo de mis recuerdos, de nuevo. De todo.
IV
Cuando era pequeña, yo era también Teresita. La hija de la vecina. Me inventé una identidad. Me conté una historia que estaba basada en Jem and the holograms. Me iba al patio, me tocaba un arito y me convertía en Teresita. Me era tan fácil creer en la magia. De alguna manera era normal pensar que la gente era más de una. Porque sabía que muchos tenían dos nombres (el real y "el que querían que le llamaran").
Quizás por eso el realismo mágico me cae tan bien. Porque crecí pensando que tenían sentido ciertos sinsentidos. Pero también me recuerda que uno puede ir al patio y dejar el mundo. Yo siempre quise/quiero dejar el mundo, a veces. No es escape porque siempre vuelvo. Es dar la vuelta. Teresita me servía para cenar donde la niña Menche que me daba leche con café, pero yo nunca hubiera dejado mi cuarto para dormir allá.
Y entonces me fundo entre Teresita y mi pasado. Y quizás hoy de adulta, esa fusión me da miedo. Cuando podría haber sido mágicamente natural.
V
Me pienso a mi misma (ególatra o muy buscadores insights). Y pienso en la efervescencia de la vida. A veces me gusta. A veces no. Ya no tengo la manía por querer marcar todo lo que pasa, pero a veces le tengo temor a que nunca sé que haya pasado. Nunca. Por ahí, entre tanta frase del Gabo que veía en mi FB decían que la vida es como uno se la cuenta, o algo así.
Últimamente, quizás siento que estoy apunto de deslumbrar qué tengo algo qué contarme. No sé muy bien qué es. Pero por el momento parece que hilvano cosas como las muertes de escritores, con mis lecturas y mis casuales revisiones de películas. Como que me busco un hilo conductor para decirme algo. Veo esas conexiones porque estoy en búsqueda. Pienso que es casual, mágico: el mundo es un pañuelo y ese pañuelo me quiere decir algo. Pero quizás sólo son narrativas propias. Quizás no terminen en nada más que en una crisis en medio del fin de mi vida de estudiante.
Quizás por eso volví al post. Como ese ejercicio viejo de contar, de contarles.
Me sucede cuando leo a un autor que "suena" como algo. Quizás eso explique mi fascinación por leer más a hombres que a mujeres (perdón, sé que debería ser menos sesgada y apoyar la causa de las mujeres escritoras, pero me derrito por los hombres). Me encantan los narradores fuertes. Omniscientes o metacientes (me acabo de inventar la palabra, esos que saben que ellos cumplen la función de narradores, ayúdenme con mi ignorancia)
Quizás por eso me enamoré de Vonnegut. Nunca lo había leído. Pero llegó una tablet a mis manos (¡Gracias, Alberto!). Y con ella un kindle. Y en cuestión de instantes ya tenía a Vonnegut ahí cerquita. Con su expresión sarcástica y sus dibujos en Cuna de Gato y Desayuno de Campeones. "Es que me hace reír" dicen las enamoradas, algo así.
[Luego aprendí cómo usar los epub y hoy hay una fila de libros electrónicos que se le suman a la fila de libros físicos que tengo por leer]. [ANA, HACÉ LA TESIS]
Pero ante este narrador tan simpático, tan impresionante (que impresiona e imprime) ¿cómo podía seguir leyendo a otro? ¿Cómo se hace en esa transición? Esa donde los autores revuelan la cabeza y ya hasta las instrucciones del champú me parecen dictadas por esa voz muda conocida, en mi caso la de Vonnegut.
Tuve que dejar pasar un tiempo. ¿Sólo a mi me pasa eso? ¿Cada vez mis neurosis están peor? No lo sé. Pero me cuesta hacer la transición cuando las maneras de narrar son tan "así" (véase cómo me adhiero a definiciones concretas). Intenté empezar con Perec (y no, no logré despegarme de Vonnegut). Sí, soy esa lectora indisciplinada, que además cree en la suerte de que los libros deben llegar cuando deben llegar y no cuando uno quiere.
Pensé que era una cuestión de géneros. Que debía leer cuentos para despedirme de la novela. Los cuentos son cortos, muchos más manejables. O pues quizás leer poesía. Buscando ahí en ese laberinto de epubs que construí en bibliotecas virtuales, llegue a Kawabata. Tan elegante y pulcro. Menos atiborrado. Como si fuera un gran señor con sombrero, sacando palabras e imágenes de él. Hay hoy una parte de mí que lee todo con voz ronca muda (sin timbre, a pesar que me da la impresión de ser ronca, no me imagino un timbre en específico). Leo como con tiempos espaciados. Como que esa lectura serenara por ratos, para luego caer en todo lo que no se dijo. No, no me vuelve como quinceañera loca (oh, Vonnegut, soy tu fangirl arrebatada). Pero es el elegante enigma lo que me enamora. Es el misterio o morbo elegante.
Soy fácil. Ya terminé un libro y voy por otro. Temo que me enamoro muy rápido.
Mi balance del 2013 es como regular-medio. Tuve muchos altibajos. Cosas buenísimas. Muchas sí. Pero la salud me jugó muy mala pasada. Pero en parte, en esos momentos me sentí muy muy querida. Entonces cómo explicarlo. Sí estuvo jodido, pero no estuvo mal. Digo quizás el 2012 tuvo un saldo muy bueno y este año más bien no se puede juzgar como uno solo. Como si fueran varios períodos, diferentes. Quizás en parte porque fui varias. Y eso me agotó.
El primer trimestre tuve la compañía de mi mejor amigo. y eso fue hermoso, tener a alguien que te conoce toda la vida para llegar a hablar de la cotidianidad en otro país. Pensé que nada podría superar esa compañía hasta que encontré a una buena roomie con la que hablo como si fuera mi amiga desde el kinder. Y pues no puedo quejar porque Alberto también siempre estuvo ahí y que a pesar que aún resolvemos asuntos geográficos nos hemos sabido acompañar.
Pero me enfermé. Muchas veces. Primero pasé varias veces en cama por la gripe. Una tras otra. Para terminar en una crioterapia seguida de una caída con una fractura en el tobillo. Una mala racha. No saben, el costo de oportunidad de estar sano es ahorrarse un montón de dinero. Valoren su salud. Pero como dije, tuve amigos, novio, vecina que respondieron de manera impresionante. La primera semana recibí muchas visitas, flores y dulces además de muletas y sillita para bañarme. Me hizo evaluar lo que he cosechado en México. Tengo relaciones fuertes y que puedo contar con gente, aún cuando no es mi ciudad de origen. Les agradezco un montón. Ustedes son mi familia en México.
Addendum: Esas bonitas muletas son cortesía del Rufián, a quien le debo la vida en forma de semitas.
Pero en medio de todo eso, me fui a Montréal (no sin antes sufrir por la visa). Y me la pasé andando en bici más que nunca (justo antes de la fractura, al menos le di buen uso a la pierna antes). Debo decir que eso ha sido de las mejores experiencias que he tenido en la vida. No me sentía tan libre desde que hacía minitorneos de bici cuando tenía 10 años.
Llévenme de nuevo. Te extraño Bixi
Trabajo no me faltó. La tesis avanzó. Quizás el último semestre del año hubiera querido tener más energías y fuerzas para hacer más cosas y hacerlas mejores. No pude ir a Chile a un congreso latinoamericano por la fractura, pero creo que he logrado un par de cosas más. Por ejemplo hablé con gente de varias partes del mundo, aquí en México, sobre mi tesis y estuvo bien.
También le debo mucho a la pluma. No he escrito todo lo que debiera o quise escribir. Pero eso sí, nos mantuvimos en la columna de la Prensa Gráfica en Séptimo Sentido. Donde he hablado de lo que me ha enojado o impactado más de este año: El caso de Beatriz, el juicio contra Ríos Montt, el cierre de Tutela Legal y los cambios que siento en México. Es un espacio a veces me saca en "guinda", porque es un registro que exige mucho: actualidad y universalidad. A pesar de esto, creo que ya me gustó, no es para nada el tipo de reflexión que hago en este blog. Ha sido una sorpresa que cada que me he encontrado a alguien en El Salvador me dice, "siempre leo tu columna", vecinos, tíos, papás de mis amigos. Me sentí leída y aunque eso hace que me muerda la trenza de la pena, me da alegría saber que lo que escribo llega a alguien.
Y hoy las superficialidades. Dice Letterboxd que vi 116 películas. Destacan de mi vida en el cine, laptop y dvd: "Starlet", "Stoker" y "The Conjuring". Mientras que vi con ansías la sexta temporada de Mad Men y hasta hice un post de ello, pero también me la pasé viendo American Horror Story. En mi lado otaku, también escribí de un par de animes, pero seguro la serie en este género que marcó este año fue una emitido en 2005,Samurai Champloo.
En mi mundo musical. Dice Last.fm que me la pasé oyendo a David Bowie, y cómo no, con ese maravilloso disco de "The Next Day", no podríamos esperar menos. Y aquí lo demás que oí:
Por ello, haré mi top 5 de discos que salieron este año, porque Erick Chicas me lo pidió por facebook:
1. The Next Day - David Bowie
2. No Blues - Los Campesinos!
3. New - Paul McCartney
4. Reflektor - Arcade Fire
5. Lightning Bolt - Pearl Jam
[/mención a Daft Punk, es un gran disco, todos lo aman, está bien hecho, no más es ese tipo de música que no me prende tanto como los mencionados, no soy crítica es personal/ Sí, Editors tuvo un nuevo disco, pero no se acerca a sus discos anteriores.]
Mis mejores momentos en conciertos fueron dos, ver a We are Wolves en Osheaga y ver en Vivo a Vetusta Morla en el Metropolitan en la Ciudad de México. Los mejores conciertos del universo. Esos que no están tan llenos de gente pero que te ponen la piel chinita.
Vetusta Morla en el Metropolitan. Gracias Orus :)
También viajé un poco dentro de México. Me nortié un poquito.
Macroplaza - Monterrey
Mazatlán - Foto de Alberto G.
Y ya. Les deseo que el 2014 nos mejore a todos. Aún cuando quizás no sea tan bonito como queremos, que nos haga mejores, al menos. Nos seguimos leyendo en este blog que se niega a dejar de existir por su dueña con egolatría que sigue escribiendo.
Actualización: Se me había olvidado mencionar que el 2013 significó enamorarme de Kurt Vonnegut. Nunca lo había leído y hoy siento que debía haberlo hecho hace años. Si bien me gustó más Cuna de Gato, me la pasé subrayando como loca Desayuno de Campeones.