El 24 de marzo se conmemora el vigésimo sexto aniversario del asesinato del Monseñor Romero. Arzobispo de San Salvador, defensor de la justicia, era la "voz de los sin voz", en medio de una época donde todavía no se declaraba una guerra pero que estaba llena de desapariciones y represión, su muerte fue lo que detonó la desesperanza y la guerra. La represión no respetó ni siquiera su entierro. La represión había tocado ya todo lo sagrado. Los escuadrones de la muerte aún siguen impunes.
Y se escribió la guerra con la sangre de muchos más.
¿Y así se construyó la democracia de la que me hablan tanto en la tele?
No gracias. No la quiero.
No hay ningún juicio. No hay nada. Sólo la sensación que los fantasmas impunes rondan:
Saravia dijo que está dispuesto a señalar a responsables impunes del magnicidio que desató una sangrienta guerra civil en ese país.
''Ellos están gozando una vida libre de remordimientos habiendo sido los más comprometidos'', aseguró Saravia, quien fue lugarteniente de Roberto D'Aubuisson, el fallecido líder ultraderechista creador de los escuadrones de la muerte y fundador del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), actualmente en el poder.
Publicado en El Nuevo Herald"Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño"
Si el pueblo no olvida.
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"La represión no respetó ni siquiera su entierro. La represión había tocado ya todo lo sagrado" Vaya tela, no lo sabía. Desde aquí nos perdemos muchas cosas de otros lugares tan hermanados con España. Gracias por hacernos descubrir a los "ignorantes" que en cada pueblo, en cada país, por desgracia, hay injusticias, pero el recuerdo de los que ya no están debe perdurar. Me quedo con una cosa: "Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño"
ResponderEliminarLa primera vez que supe de tu país fue al escuchar en TV historias de violencia, asesinatos, ejecuciones políticas. De eso hace ya bastantes (nunca demasiados) años. Cierto es que tal vez los nombres nunca quedaron en mi memoria... pero eso no impida que ésta se sacuda al leer textos como el tuyo.
ResponderEliminarRecuerdo que tenía 14 años cuando ví un documental sobre Monseñor Romero.
ResponderEliminarEse día no pude dormir. Después dormí como siempre.
Es una pena que lo que un día nos estremece, después se vaya transformando en parte de nuestro cotidiano.
Gracias por estar ahí para recordarnos que nuestra labor es al menos no olvidarlo tan fácil. Sólo así podremos exigir justicia.