El teléfono suena. Y la verdad no quiero contestar. A veces la incomunicación revela más. Que quizás esté ocupada, que quizás no tenga ganas. Esos quizases pueden estar (o no) en la mente de la persona que llama. Y los quizases se reflejan reales, tan certeros, tan míos. El teléfono no sonó más.
A veces la incomunicación dice más. Muchas veces (la mayoría), duele.
Ani. Mayo 2005
(Cara de Victor con un símbolo de interrogación en la frente o sobre la cabeza)....
ResponderEliminarÁnimo, a veces pensar en lo que no es nos chancome los ojos y no permite ver lo que es.
En todo caso, sigo con un ? en la cara mental.
Je je... creo que tenía que poner una nota que son micros...
ResponderEliminarNada personal jijiji
:D
y hoy yo estoy chancomida y con el ?
igual, no se de lo que hablas, pero siempre puedo dar mi propia interpretación:
ResponderEliminarel telefono, es un gran invento... cuando hay alguien no ausente al otro lado.
(la verdad es que podría decir algo mas profundo, pero... no ando inspirado jaja)
lo que importa es que escribes muy bien, y las letras siempre seran el desahogo de las almas libres.
he dicho!
la incomunicación es comunicación con nosotros mismos...
ResponderEliminareso es la que más nos duele y la que más nos enseña
Hola. Solo queria contarte que la direccion de mi blog ha cambiado.
ResponderEliminarLa nueva direccion es http://soysalvadoreno.blogsome.com
Ana. De verdad que buena eres con esto de las letras, me has dejado impresionada. "A veces la incomunicación dice más", claro que es así. Por eso duele tanto el silencio de los hombres cuando no quieres ser claros y recurren a ese eco solo, para decirlo.
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