sábado, 31 de julio de 2010

De exámenes de grado y forever estudiant-ana



Pues parece que fue ayer cuando hablaba de cómo me gradué de la universidad (aquí y aquí). En aquéllos días de anonimato "y así". 

Cuatro años después estoy en México. Haciendo un E-X-A-M-E-N y oral. Nunca en mi vida había hecho un examen oral. Yo hablo hasta por lo codos, no dejo hablar a la gente y sin embargo estaba paniqueada. 

¿Por qué sueño cosas los día de mis graduaciones? Ese día me desperté y había soñado que llevaba a la gatita púchica (no he ni hablado de la gata en mi blog, el tuiter está matando este asunto) a El Salvador y que además la llevábamos a la playa y la gata nadaba. No pues, lindísimo sueño y super significativo (!!!!).

Y bueno me levanté tarde. Me había acostado la noche anterior a las 2 ensayando mi presentación. Jamás en mi vida había hecho eso... normalmente preparo la presentación la veo mil veces, pero nunca digo en voz alta nada. Y me sentía rara. Casi que me quería poner el lapicito en la boca por aquello de la dicción como hacía mi papi cuando ensayaba. Pero no, no me puse el lápiz. Tampoco. 

Ensayé tres veces. La primera me tardé 23 minutos, la segunda 26 y la última 27. Dije que si seguía ensayando el peligro fuera que entrara en un loop mi presentación tuviera duración infinita. Así que me fui a dormir pensando en una presentación infinita donde nunca dejaba de hablar y todos caían dormidos.

Mi mami me despertó a las 11 y 30. Lo cual fue bueno. Dormí lo suficiente. Y era la hora adecuada para desayunar, bañarse, ordenar un poco la casa (barrí un poco), y empezar con eso terrible de peinarse. La plancha que tengo ya no sirve... me tardé 10,000 años en peinarme (bueno realmente 2 horas, fraccionadas) y no me duró nada. Porque a la mitad que me peinaba decidí ensayar una vez más. Y la planchada es más divertida si tu hermanito te ayuda con una parte del pelo y si ves un capítulo de "Amar en Tiempos Revueltos".

Cerca de las 3 PM decidí empezar a vestirme.  Hace un par de semanas decidí que iría de falda a la graduación, pero las lluvias me hicieron cambiar de decisión. No tanto porque me fuera a mojar las piernas (en todo caso pensaba irme en taxi y llevar sombrilla), sino porque me imaginaba que empezaba a temblar por el frío mientras exponía y que la voz se me quebraría aún más al hablar. Entonces la Gé me prestó un pantalón a última hora. Desempolvé los únicos zapatos de tacón que traje a México (no me los había puesto en más de dos años), desempolvé una pequeña chaquetita y decidí que pondría un top celeste (primero pensé en uno rosado, pero luego si me ponía el celeste podría ponerme unos aretes que son más bien mi estilo y en medio del disfraz hubiera estado divertido). Era algo así como "something borrow'd, something blue, something new". (Pero no estrené nada).

Como tenía que planchar el pantalón, me recordé de cómo en Seinfeld no se ponían en pantalón para que no se arrugara. Pero no me iba a quedar en calzones, así que puse un pants (rayado, de colores estrambóticos). Poco antes de la 4 pm veo mi ventana y la gata estaba afuera, se había salido por la ventana de mi cuarto. Y mi hermano me dijo "Voy por ella" y yo le dije "No, cambiate". Y salí. Cuando estaba afuera, en tacones, maquillada y con pelo planchado y pants ante la mirada extraña de unos bichos del edificio de la par caí en la cuenta de cómo andaba vestida. Pinche gata. 

Bueno nos fuimos, llegué (excesivamente temprano), en un taxi que nos cobró más de lo debido. Pero ya. A esperar los 30 minutos más largos del mundo para que empezara el examen. La mara empezó a llegar... la Jacqueline estaba más nerviosa que yo.  Y bueno, la Nathaly me sirvió el agua en el vaso y me llenó la botella. La gente me abrazaba y yo empecé a respirar como hago al inicio de yoga... No me sirvió mucho.  

Y empezó el examen.

Empecé hablando (muy muy rápido, hasta que la directora de la mesa me paró). Creo que eso hizo que mi presentación durara menos de mis "ensayos". Y luego las preguntas. Muchas preguntas. Yo trataba de obviar casi todo. Cuando exponía solo ver mi pantalla y cuando me preguntaban sólo oír... tratar de no ver nada ni a nadie. Como raro. Preguntas raras, normales, fáciles y díficiles, pero muchas. 

Luego la deliberación.

Y salir a platicar con la gente.

Y luego el dictamen.

Todo se hizo tan corto. 



Y ya.

Leyeron el acta, firmé y me dieron flores. Quizá sea lo más cercano a casarme que alguna vez tendré. 




Y ya. Festeje con los que tenía que festejar, sobre todo con mi mami y el brotherhood. Aunque me hicieron falta gente que por motivos sobre todo geográficos y el que no exista el don de la ubicuidad (o por lo menos no lo venden en Walmart), no llegaron. Extrañé a mi papá y el resto de mis hermanos, a Mario, a la Doris, a la Gaby. Me imagino claramente a Mario siguiendo la broma de mi frase célebre "Es muy díficil ser joven en El Salvador".



El lunes empiezo otra vez "Forever estudiant-ana". 4 años más y a ver si sobrevivo, jamás pensé que iba estudiar un doctorado... nunca lo pensé. Pero son "cositas" que pasan.


Peace out.


P.D. Esta es la presentación, por si alguien quiere ver qué fue lo que me trajo a México 2 años.

sábado, 17 de julio de 2010

Zombie

Este día empezó a las 7 AM.

No me levanto a esa hora en México. En El Salvador era de lo más normal. Últimamente me levanto con muchos sobresaltos... o con dolor en el estómago, ese dolorcito de nervios, de "ahhhh", justo esa sensación a los 5 minutos antes de que se va hablar en público.

Odio eso.

Levantarme con esa sensación.

El otro día que me levanto y voy a tomar agua. Y como que no sé, será en ese momento en el que hacés cosas zombies que te acordás de los sueños. Y uno sigue haciendo cosas pero uno está de nuevo soñando. Bueno a mi me pasa y en mi egocentrismo crónico pienso que lo que me pasa a mí le pasa a todo el mundo. Y pues, no.

La onda es que he tenido esos flashes ya varias veces. Me siento un poco como viviendo así como en dos planos. Y que cuando me pierdo de éste -que supongo que es el real, pero aún no lo sé- sueño. Me pierdo. Fantaseo cual pendeja.

Y está bien. Es bastante funcional para quitar dolores de cabeza, también. No solo para dolores gástriticos de la mañana. Y también es un bien sucedáneo del yoga.

Y quien sabe.

Hasta aquí llega este post escrito mientras me acompaña mi segunda taza de café en 30 minutos.

Y escrito a altas velocidades, ¿no es hermoso haber tenido clases de una rústica mecanografía?

martes, 13 de julio de 2010

Hugo Lindo

No sé porqué entre las conversaciones en tuiter con la Virginia, resultó que le estaba recomendando leer a Hugo Lindo.

Fui a mi pequeña repisa, tomé el tomo II de Poesía Completa "Mañana será el asombro" y empecé a leer.

Dejo unos poemas que me gustan del que considero es el mejor poeta que ha tenido El Salvador.

XXVII

Nadie podrá morir mientras el día
como un espejo claro
duplique y multiplique los amantes.

Mientras las hojas
en su lento abandono
repitan el crujido de los pasos.

Nadie podrá morir
mientras el viento,
el dulce viento de los dedos ágiles,
lleve en su filo de cristal, chasquidos
brotados al amparo de los árboles.

Mientras se digan en diverso tono
las palabras de ayer,
de hoy,
de mañana,
las eternas palabras, siempre nuevas,
vírgenes cada que se pronuncian.

Nadie
mientras la manos enlazadas
busquen su vibración y su ternura,
mientras tiemble una abeja entre los pétalos.

Nadie
mientras la voz diga su nombre
y lo mantengan flameando
en el leve contorno del oído.

Nadie
mientras se rece su estatura,
se bendiga su pie,
se hable en voz baja
y vuelen mariposas por el bosque.

Nadie podrá morir mientras yo diga
tu nombre, amor.

Y he de cantarlo siempre


[De "Sólo la Voz" - 1967 ]





Yo soy esta conciencia

Esta manera simple de estar en la ventana
viendo llover.

Esta diaria agonía
de preguntar, y preguntarme el mundo,
la verdad,
el dominio invisible,
y anochecer sin nada entre las manos.

Yo soy esta conciencia, enarbolada
sobre el asta que el pez y la serpiente
y el lagarto y el pájaro y el mono
fueron labrando para mí.

Y adentro,
abajo,
en la caverna de los siglos,
toda la zoología me custodia los gestos.

Pero la zoología fue en el árbol,
y vivió de la luz de las naranjas
y el color de las hierbas.
Su sangre tiene sueño y clorofila.
Tiene cotidelones en el sexo,
yemas en el amor,
brotes menudos,
una sustancia de hoja bajo el cuerpo.

Mirad que el maíz vino de las aguas,
abuelas nuestras,
únicas paridoras del mundo,
y en su vaivén los siglos nos hallaron hundidos,
simplemente, esperando.

Del agua, por la roca, al primer musgo fino.
Del musgo, por el árbol, a la bestia desnuda.
De ella, por las torturas implacables del tiempo,
hasta el don de sabernos dioses desamparados,
lágrimas de los dioses,
invierno de los dioses
lloviendo nuestra lluvia de fatiga sin término

[De "Invierno del Hombre" en "Maneras de llover" - 1969]

Y son más pero tengo que transcribir y no se me da eso tan fácil.

lunes, 12 de julio de 2010

Armando

Sobre una mano gigante que se abre y se cierra hay un pequeño hombre, ínfimo que corre de un lado a otro. Armando ha vuelto. Ha dejado de soñar y ha tomado un zapato para aventarlo sobre el despertador. Observa su mano. Es la misma. La abre y la cierra como esperándose ver en ella. Ha logrado volver, piensa. Lo ha logrado y traga saliva. Observa el techo y el cielo falso le parece que tiene líneas de la vida y líneas de todas esas cosas. Como queriendo aplicar la quiromancia en las manchas estúpidas del techo. No puede evitar ver la mano reflejada en todo lo que observa. No ha logrado levantarse. La cama aparece como una gran palma cuyo dedos son el escritorio del al lado, el recipiente de la ropa sucia y un pequeño librero hecho de ladrillos y tablones de manera, amorfo, pero funcional. Pero no hay abrir y cerrar. La cama permanece inmóvil. El techo también, y sin embargo hay un vértigo. Como si sintiera esa sensación que en efecto, se mueve la tierra en la que está parado. Ha sido capaz de sentir el movimiento de traslación de la tierra. O quizás no. "Armando tenés que levantarte". Se imagina a él mismo como una gran palma que se abre y se cierra. Cierra los ojos y hoy tiene cinco extremidades en forma de dedos. Pensar que su brazo es un dedo índice que señala hacia el ropero y que de su estómago lleno de vellos sale un dedo pulgar. "Tenés que levantarte". Se siente de nuevo pequeño. Con miedo. Como que la cama volviera a ser una estela de sueño. Las sábanas que son la sensación de un vientre de madre que cobija a un hombre viejo que se le ha olvidado su cuerpo. Armando lucha entre las sábanas hasta que logra dejar de ver líneas entre los pliegues de su ropa de cama y deja de leer su futuro en ellas.

Se sienta. Se levanta.

El día comienza con el ruido de la licuadora que viene de la cocina.

Sonríe.

Otras veces no es tan sencillo.

Otras veces Armando observa que en efecto, la mano existe y él es solo un hombre ínfimo, pequeño, sin valor de correr de lado a lado.

viernes, 9 de julio de 2010

Julio loco

Pues sí.

Hoy había un mensaje en mi facebook de un tal "Alex Molina" que le había dicho un tal Julio que yo quería viajar a Roatán y que me mandaba la información.

¡What!

Pues Roatán debe ser bonito... pero se nota que es algún tipo de SPAM o quien sabe.

Y yo dije "como si yo conociera a algún Julio".

Y entonces creo que dilucidé lo que me pasa. Es el julio que estoy viviendo. Este mes es de locos y de muchos cambios. Y como yo soy un poco ciclotímica (ja, yo que me autodiagnostico cada cosa, soy como un hipocondríaca de enfermedades mentales), pues eso me afecta mucho. Paso un día más feliz que a saber qué y otro día que me agarra y puff... Y es muy molesto. Y de remate llueve y luego siento calor y el clima parece más ciclotímico que yo.

Mientras tanto este julio dejaré de ser estudiante de maestría, me graduaré, vendrán mis papás, tendré qué ver cómo será mi vida: dónde me quedo viviendo, con quién viviré, cómo emprendo otra vez otro camino aún más largo que este y seguir lejos de mi casa.  Y además eso de ser "Doctora" es como raro porque en mi mente telenovelesca yo aún sigo siendo la gordita de 16 años que se graduó del colegio, y tener una imagen estática de sí mismo durante casi 10 años es como raro. Debe ser que sufro de alguna otra enfermedad mental que aún no encuentro.

Pero ahí voy... diré mejor que son las hormonas, esas son las culpables de mis cambios de ánimo, como toda mujer presa de su cuerpo, total eso siempre se comprende y es lo políticamente correcto. Ja.
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