viernes, 12 de enero de 2007

Solvente e histórica-cultural (i)

¡SOLVENTE!

Bueno... ya había mencionado que fui a sacar la solvencia de la PNC el jueves. Es increíble la cantidad de gente que hace ese trámite. Claro, es un documento que se vence cada tres meses, en muchos lugares es requerido para trabajar y todo lo demás. A pesar de todos los avisos nada me iba a preparar para lo que viví. Llegué poco antes de las 10 AM, gracias a Marito que me acompañó y que se quedó afuera con los "acompañantes". De entrada para comprar la solicitud me tardé más de 30 minutos, compartiendo menos de 4 metros cuadrados, con un aproximado de 50 personas. Habían como 5 filas de 10 personas, filas estilo banco, pero todos juntitos. En este primer momento uno empieza a reconocer a sus vecinos, el señor de gorrita, la bicha con el pelo liso y el lápiz corrido, el bicho del celular, etc. Y siempre y siempre estará la infaltable, la señora con el niño que llora.... Claro, que en ese lugar, que habrían más de 200 personas, habían más que una señora... Muchos llantos. Cancelé mis $2.26 y listo. A escribir sobre mi mano en la solicitud. Aquí estuvo lo más terrible -al leer las cursivas piénsese en la música de psyco-: la revisión de la papelería.


Imagínense esto: un espacio de unos 3 por 3 metros, con unas 7 u 8 filas de 15 personas. Para que haya una mesita con dos policías chequeando que uno haya escrito bien su nombre y haya marcado el tipo de solvencia que quiere sacar. Claro que para llegar a este cuadradito lleno de gente había que pasar por una fila a la par de los baños (que corría muy muy lento). Ahí uno va haciéndose más y más vecino de los que tiene cerca. Y empecé a notar que habían más hombres que mujeres.

Creo que la tasa de creación de empleo de mujeres ha crecido, entonces no es que las mujeres estén trabajando más... si no que noté que muchos hombres habían señalado la opción de una solvencia para solicitar la licencia de portación de armas. Justo los dos señores -el de la gorrita y el otro que se puso hablar mucho conmigo que quería la solvencia para trámites migratorios- empezaron a hablar de armas. Como si fuese lo más normal del mundo. Y hablaban en plural. No sólo tenían una. Tenían varias.

"Voy a llegar con mi amigo", "Sí, ya te describí", "Sí, ya vas a ver", "Ahí llegamos". Decía el bicho del celular que tenía un amigo que le ayudaba a hacer la fila. A veces cuando la fila se movía daba gracias por tener un poco más de aire, o tener la suerte de estar cerca del ventilador, o tener cerca la pared para apoyarse. Cuando hacían falta como 3 filas, vi un rótulito -sí, la música de psyco de nuevo-: Después de pasar por huellas, la entrega de su solvencia puede durar 1 hora máximo. Y ni siquiera habíamos llegado (aquí uno ya no tiene conciencia personal, la lucha es ya colectiva, todos contra la burocracia)al área de toma de fotos que precede a la toma de huellas.

-¿Quiere algo de tomar?- me dijo el señor de la solvencia para trámites migratorios.
Le dije que no, un poco con reticencia, después de que contara que él no tenía problemas, pero un día lo rodearon los radiopatrullas con una orden de captura, pero insistió, pues había una pequeña tienda adentro. Eran ya más de 11 y hacía falta mucho. Le dije que cuando llegáramos al área para la toma de fotos, que en esos mometnos parecía como el oasis, pues era un lugar donde uno espera sentado. Al fin llegamos, a donde el policía. Revisó que mi nombre fuera bien escrito.

-¿Acaba de cumplir 23?
Asentí. Me puso un chequecito en mi edad y me mandó a sentar. Qué felicidad. Al fin había salido de ese cuadro lleno de gente. Me acordé del pobre Mario que llevaba ya dos horas, pues eran ya las 12 del medio día, afuera esperándome. Le dije al señor de gorrita: "Me cuida el puesto" y dejé mis papeles sobre la silla. Despaché a Mario, le dije lo del rótulito. Cuando volví, el señor de los trámites migratorios me tenía un sandwich de pollo y una gaseosa. Le agradecí, realmente me moría del hambre y no sólo eso, no había desayunado y el miércoles en la noche salí; y había vino; y en el vino, melocotón; y recuerdo que me decían, comete la frutita; y me comí la frutita. Y mientras esperaba y esperaba, ahí en el trámite de la solvencia, yo decía "maldita frutita", tenía un dolor de cabeza terrible.

Renovada por la comida, discutíamos de lo poco eficiente del sistema en que estábamos. Y reíamos. Ambos señores tenían un humor medio negro. En las sillas era un poco divertido, porque había que irse moviendo conforme avanzaba. Parecía el jueguito de las sillas de las fiestas infantiles. Llegué a la ansiada foto, que me pusiera de frente. Mi peor cara. De perfil y ya.

-Pase a las puerta 9-

Entré a la puerta y casi lloro de felicidad. Había aire acondicionado. Era un cuartito y una señora me pedía mi solicitud con la copia ampliada de mi dui . Me marcó unas cosas y me dijo, haga fila para las huellas. Yo vi como sacaban las huellas a la par mía y vi la fila. No reconocía la cara de las filas, pero supuse que al haber varios fotógrafos y fotográfas mi manada había partido. Cuando busqué el final de la fila, me di cuenta que la fila tenía un corredor oculto. Era una fila larguísima...

-Sí- me dijo con empatía la chica de pelo liso con delineador corrido. Luego venía el señor de la gorrita y se quedó tres puestos atrás de mí. Un señor bajito de bigote le contaba un chiste, algo de Mario Valiente y Calderón Sol. El señor de gorrita daba ideas de cómo mejorar todo esto. Otro muchacho decía que hace tres años le había tardado una hora y hoy llevaba tres (igual que yo). Era la una de la tarde.

Habían tres personas tomando las huellas. Todos pedíamos que no nos tocara la señora rubia que le gritaba a la gente que no ponía la mano como ella quería. Salí beneficiada. No me tocó ella. Me llenaron las manos de tinta y me dieron un pedazo de papel empaque para limpiarme...

Salí y a esperar que gritaran mi nombre. Tardé como 20 minutos. Hablé con el muchacho del celular, la muchacha de pelo liso me dijo que iba a trabajar en Teleperformance y me preguntó que dónde iba a trabajar yo. La gente hablaba de ir a sacar también los antecedentes penales. Me encontré al señor de la solvencia por trámites migratorios, me dijo que a él no le habían tomado las huellas, porque ya las tenían en el sistema.

Los rostros de la gente al tomar su solvencia eran de verdadera felicidad. Más que una solvencia parecía un diploma.

Me despedí de todos.

Le llamé a Mario. Me dijo que me esperara -porque estaba en su casa- que fuera a visitar la Iglesia de San Esteban. Yo le dije que lo esperara afuera... y mi historia todavía va a la mitad.

7 comentarios:

  1. Para estos casos, se recomienda una dosis extra de paciencia, de preferencia en forma intravenosa, para que surta efecto de inmediato, justo antes de iniciar el trámite. En medio de la fila, puede ir tomándola en grageas, dos pastillitas cada hora, hasta un máximo de ocho pastillitas. Si pasa de ese tiempo, suspenda la medicación y comience a desesperarse.

    ;-)

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  2. "Más que una solvencia parecía un diploma."
    De plano que esas lineas me hicieron reir por un buen rato! :)
    Y define todo el martirio que te toco vivir, bueno lo importante es que ya la tenes, ahora a cuidarla!

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  3. hey Aniuxilla te he oido hablar de vino en varias ocasiones (aparte de las 2 bot de chiquita)asi que que tenemos que hablar porque esta semana creo que he conocido el vino hay te cuento y me cuentas

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  4. Sabes leyendo esto lo único que se me viene a la mente es que definitivamente las oficinas gubernamentales son iguales en todos lados. Hace unos meses tuve que ir a renovar mi pasaporte en New York y pase por una situación similar jejejeje lo peor es que hay que perder todo un día para una simple diligencia.

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  5. perdón olvide agradecerte por visitar mi blog y si estoy totalmente loca =)

    saludos

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  6. q raro, yo me tarde menos de 40 minutos! pueda q haya influido la hora a la q llegaste, si llegas temprano salis tri rapido, por cierto, a ver si llego a conocer a tu compañera de tramite porq yo trabajo en Teleperformance, valga el comercial, si conoces a alguien q necesite trabajo yo te puedo ayudar ahi, pues digamos q tengo influencias en el departamento de contrataciones ;)
    saludos

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