Gustavo, se te extraña. A veces me pregunto porqué te lo digo por estos lados. Luego me acuerdo que eras un egocéntrico de primera y que hubieras gozado terriblemente de que yo dijera mundialmente lo grande que sos (seguís siendo).
Hace un año nos dejaste.
Yo sólo estoy muy agradecida de haberte conocido, de haber aprendido tanto de vos y de habernos reído mucho.
"Que morir no nos mate"
Un beso hasta las estrellas.
Tanti auguri a me II - La Comedia
(es altamente recomendble leer primero "Tanti auguri a me I - El drama" -)
Dedicado al pobre infeliz que se autodedica sus textos.
Luna llena.
Hoy es mi cumpleaños y me levanté de buen humor; organicé una buena fiesta para celebrar esta noche con todos los accesorios: mujeres, música, amigos, tragos, y todo el sólido requerido para romperse la boca comiendo.
Para amenizar un poco el tiempo hasta la noche decidí leer algún cuentito entre los publicados hoy.
Cuando vi “Tanti auguri a me - I” y con la coincidencia de mi cumpleaños no me pude resistir. Lo abrí y me puse a leer lo que decía.
¡Ay! ¡Para qué!
El que lo escribió, “festejó” su cumpleaños como llorón de velorio, haciendo balances negativos de su vida y un montón de guarradas más, que me dieron ganas hasta de pegarle.
Por lo que dice se nota que está lleno de las culpas típicas de los chupacirios, (si no fue monaguillo por ahí debe andar) que lo convirtieron en maníaco depresivo e hipocondríaco y además un pajero a la quinta potencia!
¿Qué se puede decir de un tipo que dice que por mujer tiene una perra?
¿Qué decirle a un tipo que dice tener dos canales porno y no coge por miedo al sida?
¡Larga la paja pibe! (¿Se la hará con condón?)
¡Eso no le hace bien a nadie! (bueno, una de vez en cuando tampoco hace daño)
Jeje, recordé (milagrosamente) el viejo chiste que decía que masturbarse hace daño a la memoria y a otras cosas que no recuerdo...
Le voy a mandar de regalo un pastel de Fluoxetine del que salten un par de putas que le den vuelta la cabeza para que deje de escribir bobadas.
Le voy a recomendar a Vaerjuma a ver si aprende como se hace, tal vez don Pablo lo convenza de que es inmortal y se decida a echarse un polvete.
Ta bien que en los cumpleaños se hacen balances de vida, a mi también me da por mirar en retrospectiva los años vividos hasta aquí, pero al discursito de él, hay que tragarlo con un vaso de lágrimas, porque sólo no pasa por la garganta.
Mi balance no es muy destacado pero es satisfactorio.
Nací en los gloriosos sesentas en un mundo convulsionado por cambios políticos y culturales.
No recuerdo muy bien las circunstancias de mi nacimiento porque era muy chiquito, pero los viejos que son buenos cronistas del pasado me han ilustrado unas cuantas cosas. Por ejemplo mi viejo me contó que en el sanatorio donde nací, la nurse de la tarde tenía una delantera digna de un dream team brasilero, y que yo la miraba con ojitos de lascivia cada vez que me atendía. Le tenía mas ganas a las tetas de la nurse que a las de mi vieja... (al parecer mi viejo también) y bueno, siempre me destaqué más por ser un auténtico gourmet que por mis inclinaciones incestuosas.
En mi infancia los sesentas aún no habían sido glorificados por la historia, así que los pasé en una infancia feliz pero sin estar demasiado enterado, hasta que en el 69 el mismo día que cumplía ocho años, vi al hombre pisando la luna por televisión, lo recuerdo como si fuera hoy, salí al patio de mi casa, mire la luna y pensé: Ellos están allí ahora.
Los setentas trajeron música disco, dictadura militar y a Starsky y Hutch (todavía no decido cual de los tres era peor). Bailábamos la quinta sinfonía de Beethoven (inmundamente arreglada) con los pasos de baile de fiebre de sábado a la noche que yo tanto practicaba. Tuve el obligado saco blanco con las solapas de la camisa negra por fuera que me convertían en el rey de la noche. Luego vino la primera borrachera, el primer trabajo, la primera mujer, el primer porro, las corridas de la policía, la primera guitarra, las canciones de protesta que cantábamos escondidos en reuniones a puertas cerradas llenos de fervor revolucionario y esperanza de cambio. Hasta que los ochentas me encontraron de pelo largo viviendo en una pequeña comunidad, vendiendo amor y paz en medallones forjados por mis manos en las plazas y perfumado con patchuli. Uff, recuerdo especialmente la primera vez que usé patchuli, me lo puse como si fuera un agua de colonia cualquiera: mojé mi mano en la esencia y la esparcí por mi rostro y mi cuello, ¡Ay!... Ese día había pasado a buscar a una compañera, y era tanto el tufo a la esencia, que ella caminaba a unos prudentes 5 metros de mí. No la culpo, yo hubiera caminado a diez metros de mí si hubiera podido. La gente me miraba de reojo y con cara de asco al pasar, hasta hubo quien tapo su nariz diciendo: ¡dios mío!
Me duró tres días el hedor.
Fuimos hippies tardíos, pero ya se sabe que aquí las cosas siempre demoraban más en llegar antes de la globalización. Ya no había Vietnam para protestar, pero nada había cambiado en realidad, asi que la consigna “yanquis go home” y el sexo libre estaban tan vigentes como hoy en día.
Mochila y carpa fueron mi hogar de caracol durante un año de exploración de las fronteras cercanas y en todos los veranos de años siguientes en que anduve persiguiendo platos voladores por campos profundos.
Los noventas me encontraron disfrazado de yuppie con camisa, corbata, pelo corto a la moda, y ganando más dinero que mucha gente que trabajaba más que yo. Finalmente pudo más la bohemia y en vez de ahorcarme con la corbata o cortarme las venas con el reloj, me saqué todo y mandé a cagar esos horarios inhumanos que me obligaban a entrar a trabajar a las ocho de la mañana. ¿qué alma perversa pudo haber diseñado la semana inglesa? Un inglés seguramente. ¡Yo sabía que estos Tommys eran unos sádicos! Lo supe cuando mandaron a los gurkas a recuperar las Islas Malvinas. Si hubieran sido tan flemáticos como dicen, habrían mandado únicamente a James Bond, que hubiera matado a Galtieri, se hubiera cogido a la flamante viuda, y hubiera terminado el conflicto con una sola baja y 6 orgasmos. Pero el 007 estaba al servicio exclusivo y “personal” de la Dama de Hierro. Me pregunto como podía vivir la Thatcher en el lluvioso clima londinense; debería estar toda oxidada. Si Bond se vio obligado a cambiar a la Úrsula Andress por ese adefesio de Margaret (aunque la Úrsula tampoco era ningún bombón) debió usar una mezcla de aceite con ácido fosfórico como lubricante sexual.
Ya me fui por las ramas; prosigamos:
Luego del albur empresarial, viví 6 años a bordo de un taxi tras bambalinas de la Montevideo nocturna, hasta que finalmente llegó el 2000 con su paranoia a cuestas y cambio de rubro.
De niño, cuando escuchaba decir que en el año 2000 se terminaría el mundo, calculaba que con 39 años cumplidos ya sería un viejo por lo que el supuesto fin no tendría mayor importancia. El 2000 no terminó con el mundo ni conmigo, y la década continua viento en popa a pesar de Bush.
Hoy festejo otro año vivido y tengo grandes planes para los venideros, pues a diferencia de ese que cree morir de todo lo morible, yo estoy muy sano. Y aunque eventualmente me tocara morir ahora mismo, no tendría problemas en darle la bienvenida a la huesuda. Fui feliz, soy feliz la mayor parte del tiempo, y seré feliz mientras pueda reirme de mi mismo y aprender algo nuevo cada día.
¡Estoy vivo! - ¡Tanti auguri a me!
¡¡¡Me voy a aprontar que esta noche tengo fiesta!!!
Gustavo Malomo
Montevideo 21 de julio de 2005 a las apuradas.
¡Gracias a todos mis amigos!
Bello mi Ani, gracias por traer esto para nosotros.Hoy vi unos minutos Orlando, fue grato, deseaba que estuvieras vos y ruth, fue duro saberlo lejos, pero a la vez sé qué él ESTA!
ResponderEliminarMalomo fue grande y aún lo amamos, quién es así de inmortal después de la muerte, sólo él!
Vive a través de nuestro amor. De nuestra unión.
Te quiero nena, si algún día no estoy o no estamos cerca, quiero que lo sepas.
Otro año Gus.. Otro
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