Últimamente ando entre las bases de datos, los planes y la poesía. El 14 de febrero las hormigas caseras (o sea Sandra Aguilar y yo) junto con René Figueroa, fuimos a los Tacos de Paco, donde William Alfaro y Salvador Canjura eran anfitriones del primer miércoles de Poesía y que estaba dedicado al amor. Salvador señalaba el contador electrónico que marcaba "208"... Poesía de amor.
Estaba yo allí con 5 poemas. Que consideré de alguna u otra manera de "amor". Y es que me es díficil darme cuenta de cuáles son mis "temas" ¿Qué pretendo decir? De alguna u otra manera siempre he sido un poco "creepy" y me acuerdo que mis primeros cuentos de chiquita (digo de edad porque no soy tan alta) eran sumamente sangrientos. Después me volví un poco surrealista y creadora de mundos llenos de caracoles, enanitos, selenitas, lunas, vaquitas marinas, elefantes, jirafas... luego no sé cómo caí en la poesía.
¿Pero temas específicos? No. Suelo ser dispersa. Estoy suscrita a un boletín que siempre mandan invitaciones a certámenes: Poesía infantil, narrativa que exalte los valores de paz y de justicia, cuentos para conservar el medio ambiente y siempre hay que otra cuestión para mujeres y el feminismo. ¿Son necesarios todos estos apellidos? ¿Cómo defino tantas cosas tan mías, más que como mías?
La post-guerra
Siempre le huí a la guerra literariamente hablando. Tanto para las cosas que quiero decir como para leer. Mucha gente habla de muchas novelas testimoniales que no he leido y no sé si alguna vez lo haré. Sólo he leído una: "No me agarran viva" de Claribel Alegría y DJ Flakoll, y con esa me basta y sobra, la llevo en mi corazón. A pesar que soy hija de la guerra de alguna manera y parte de la juventud desesperanzada y desesperada de post-guerra, no he querido hablar de eso. Quizás por respeto. Quizás por cobardía. Quizás porque no he definido lo que todo eso significó para mí. Quizás y quizás ¿Será ese mi apellido? No creo. No seré la señora "De Post-Guerra", me rehuso a adoptar el apellido de ese mi marido...
El amor a final de cuentas
El amor ahí está siempre presente. A veces queriendo y a veces matando. Pero ahí está. Quizás a veces se disfraza y se esconde en los buses y los centros comerciales. Quizás no escriba. Por cobardía. Por respeto. Quién sabe.
Y terminaré con mi frase más común de los últimos días "No sé".
Pasaba por aquí, ningún teléfono cerca y no lo pude resistir...
ResponderEliminarYa que estamos con pura onda poetica, ahi les va un poema del siglo 17...Dedicado al senor Rafael Menjivar.
ResponderEliminarODA AL PEDO
Alguien me preguntó,
¿Qué es un pedo?
y yo le contesté muy quedo:
el pedo es un pedo,
con cuerpo de aire y corazón de viento.
El pedo es como un alma en pena,
que a veces sopla,
que a veces truena.
Es como el agua que se desliza,
con mucha fuerza, con mucha prisa.
El pedo es como la nube que va volando,
y por donde pasa va fumigando.
El pedo es vida,
el pedo es muerte,
y tiene algo que nos divierte.
El pedo gime, el pedo llora,
el pedo es aire, el pedo es ruido,
y a veces sale por un descuido.
El pedo es fuerte, es imponente,
pues se los tira toda la gente.
En este mundo un pedo es vida,
porque hasta el Papa bien se lo tira.
Hay pedos cultos e ignorantes,
los hay adultos, también infantes,
hay pedos gordos, hay pedos flacos,
según el diámetro de los tacos.
Hay pedos tristes, los hay risueños,
según el gusto que tiene el dueño.
Si un día algún pedo toca tu puerta,
no se la cierres, déjala abierta.
Deja que sople, deja que gire,
a ver si hay alguién que lo respire.
También los pedos son educados,
pues se los tiran los licenciados.
El pedo tiene algo monstruoso,
pues si lo aguantas te lleva al pozo.
Este poema se ha terminado,
con tanto pedo que me he tirado.
(anónimo)
Ni idea de cuales son mis temas... pero de que he escrito a causa del amor y sus diversas fases en mi vida pues, si... aunque la soledad es lo que mas marca...
ResponderEliminarpero se vive...
Victor
Amigo ReyZope: Tu poema me ha conmovido hasta lo más profundo (de siete metros de intestino, sin incluir el colon: ¡eso es hondura!), y lo agradezco con toda la fuerza de mi digestión.
ResponderEliminarYa me dio hambre. Voy a hacer méritos, y luego a seguir chambeando.
Un saludo siempre,
Rafael.
La incertidumbre no me deja escribir más poemas de amor
ResponderEliminarEs un fenómeno global?
Felicidades ninda