A penas lunes

Increíble como un lunes puede ser tan lunes y un domingo tener cara de lunes y un sábado tener cara de domingo. Pero no entiendo de hipersensibilidades a las fechas. Hoy fue un día extraño y por ratos muy malo. Creo que no tiene que ver con que sea lunes. No entiendo a mucha gente. No entiendo a los que tengo a la par y me siento como hormiguita sin poderles picar... nada. Los idiotas quizás se echaron repelente en contra de insectos.

Trabajo. Estudio. Muchas veces soy agradecida por lo que tengo, pero oí que el mundo es de los incorformes. Y me quejo. A lo mejor no sirva de mucho. Pero lo hago. No sé como el/la o los/las que tengo tan cerca en el trabajo pueden ser tan fríos con los demás. La gente es un costo laboral y ya. Ni yo que soy economista, digo. No sé... me intriga pensar cómo la gente se va convirtiendo en un ser que no es capaz de ponerse en los zapatos de los demás... De qué nos sirve un buen salario, de que nos sirve llegar a la casita feliz, de qué nos sirve pensar que dominamos el conocimiento si no nos doblegamos ante las situaciones ajenas. Muchos me acusan de ingenua, tal vez. Me enoja. ¿Y qué hago? ¿Irme para abajo? Siempre la hormiga-ésta sintiéndose pequeñita.

A veces me da la impresión que porque hay gente en malas condiciones tenemos que soportar todo. Cuantas veces no he oído: "Pero gracias a Dios tengo trabajo"... "Tanto profesional sin empleo, yo tengo suerte". Acaso la flexibilidad laboral nos exige ser flexiblemente conformes con lo que no nos gusta. Sólo porque hay gente en peores condiciones ¿uno debe aceptar malas condiciones? ¿uno debe ver las malas condiciones de los demás, sin actuar?

Estoy en dilema... mejor pongo una sonrisa en mi rostro, mientras le doy vueltas a este asunto, gracias a los que leen esta vomitiva catarsis.