De las pocas tradiciones/rituales que tengo es ésta en este blog (¡Diario, mi querido diario!). Cada año, desde 2006, el último post del año habla del año siguiente y el primer post del año anterior. Debo hablar del 2012.
Y me da miedo.
Y no. no es por los mayas. Es que antes sabía que podía hacer una serie de propósitos en el año. Hoy ya no tengo ganas y veo el 2012 con muchas metas. Pero no tengo ganas de pedirme cosas. Entiéndame. No quiero.
Primero porque no me he hecho caso, cuando me pido cosas. Entonces quizás, quizás este año que viene, ése donde parece que el mundo se va acabar, yo pueda usar la autopsicología inversa. Si es que si existe. Pero aunque no exista, la aplicaré.
Es decir, no le pido al 2012 nada. No me pido nada el 2012. Tengo que cambiar muchas cosas. Demasiadas. Listarlas y darles nombre puede ser útil. Listarlas y darles nombre los últimos 6 años consecutivos y que sigan siendo casi las mismas es un poco... inútil. Y es que para el 2012 no quiero hacer más ejercicio, no quiero leer más, no quiero aprovechar mejor el tiempo. No quiero ponerme límites y quizás ese propósito se me escapa de las manos. Porque limitada sí soy.
Más bien quiero aprender a vivir más tranquila. Y sí, ya estoy trabajando en eso. Sin que haya un cambio en el calendario.
Y me da miedo.
Y no. no es por los mayas. Es que antes sabía que podía hacer una serie de propósitos en el año. Hoy ya no tengo ganas y veo el 2012 con muchas metas. Pero no tengo ganas de pedirme cosas. Entiéndame. No quiero.
Primero porque no me he hecho caso, cuando me pido cosas. Entonces quizás, quizás este año que viene, ése donde parece que el mundo se va acabar, yo pueda usar la autopsicología inversa. Si es que si existe. Pero aunque no exista, la aplicaré.
Es decir, no le pido al 2012 nada. No me pido nada el 2012. Tengo que cambiar muchas cosas. Demasiadas. Listarlas y darles nombre puede ser útil. Listarlas y darles nombre los últimos 6 años consecutivos y que sigan siendo casi las mismas es un poco... inútil. Y es que para el 2012 no quiero hacer más ejercicio, no quiero leer más, no quiero aprovechar mejor el tiempo. No quiero ponerme límites y quizás ese propósito se me escapa de las manos. Porque limitada sí soy.
Más bien quiero aprender a vivir más tranquila. Y sí, ya estoy trabajando en eso. Sin que haya un cambio en el calendario.